Los que me conocen muy bien, y hasta los que no, saben que nunca usaría este medio, donde se me ha permitido escribir una infinita cantidad de temas durante siete años sobre la problemática de la comunidad, para promoverme; por eso, cuando hablo de la UASD, a través de los medios, lo hago por amor y para defenderla.

Todos saludamos el acuerdo pactado entre Faprouasd y las actuales autoridades de la UASD para el aumento salarial de un 30% exigido y logrado por el gremio profesoral.

Se pusieron de acuerdo ambos sectores para asumir dicho aumento, no de manera escalonada, sino en dos etapas: un 15 % en el mes de septiembre; el restante, a partir del nuevo presupuesto, haciéndolo efectivo, a futuro, en el mes de enero del próximo año 2026.

Mucho antes de este acuerdo, ya desde hace muchos meses, el Consejo Universitario, del cual Faprouasd es miembro, había aprobado por resolución, encaminar gestiones ante el Gobierno para el logro de dicha conquista gremial. Esta fue una decisión inteligente y correcta, tanto de las autoridades como también del sindicato. Es así que “se hace camino al andar”.

Entonces; ¿cuál fue la razón de la huelga o paro profesoral por varios días donde la UASD y el país perdieron millones de pesos; y los estudiantes perdieron su docencia?

Pienso que si el gremio profesoral tenía una asamblea prevista y promovida públicamente para el miércoles, las autoridades no debieron realizar otra el martes anterior, sino que éstas debieron llamar a Faprouasd para una información, consulta o simplemente para una propuesta. O como me dijo alguien: “las autoridades tenían que involucrar a Faprouasd”. Eso faltó.

Es más provechoso ponerse de acuerdo, y más en estos tiempos, que provocar una huelga donde todos perdemos. “Que esta experiencia negativa se convierta en un hecho positivo”.

Los gremios deben ir más allá de un aumento puntual del salario, pues éste aunque es justo y beneficia, debe ser parte de un plan o proyecto que de manera planificada e integral trabajen mancomunadamente -gremios y autoridades- para diseñar un verdadero programa de calidad de vida de todos sus servidores.

En ese sentido, la apuesta debe ser ir más allá del aumento en una propuesta donde se abra un abanico de posibilidades creativas e inteligentes, tomando en cuenta los méritos y aspectos esenciales de la vida académica, a fin de mejorar, sin traumas, la vida de los profesores, empleados y estudiantes. Desarrollemos el poder creativo y gerencial para transformar y avanzar ante los cambios globales. La UASD lo necesita.

Es tiempo de revisar y poner en ejecución el plan de indexación del salario por los efectos de la inflación sistemática y recurrente que nos afecta a todos cuando se trata de adquirir bienes y servicios.

Rafael Nino Féliz

Educador

Nacido en El Cachón, Barahona. Graduado de Licenciado en Educación con mención en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD. Se desempeñó como técnico de varios departamentos del Ministerio de Educación. Director de Organización de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad (ODC). Director de la Dirección de Bienestar Estudiantil; Tesorero General y dos veces Vicerrector de Extensión. Actualmente docente en las cátedras de Teorías y Crítica de la Literatura y Letras Básicas. Ha publicado más de diez libro de poesía.

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