El título no es mío, es el título de un libro que escribió un Hermano De La Salle, haciendo alusión a los amigos de los jóvenes de hoy, que, en muchos casos en vez de representar una red de apoyo y sostén, que es lo que se espera de un amigo, el vínculo resulta superficial,  en un ambiente de apariencias, la alegría en sin duda parte del disfraz, en donde se enmascara la verdadera  fragilidad psicológica del joven, y es que  en estas interacciones, el auto concepto, el autoestima, está bien condicionada por la respuesta ante la presión social del grupo y el sentimiento de vacío subyace en aquel joven, al no poder expresar su mundo interior y mostrarse como realmente es, ya que no son capaces de confiar en el otro para hablar de las cosas que en su vida les pudieran estar afectando y mostrar de este modo, tal cuales son.

Bajo la fachada que se proyecta en las redes sociales a través de la tecnología, hoy más que nunca dar la apariencia de estar “in” “top” “up” entre tantos otros términos, se ha convertido en una obsesión para muchos el mostrar a los demás  que “se la está pasando bien” a través de un trago, un cigarro o un “viper”

La amistad es una experiencia intrínsecamente humanista y abstracta, es una experiencia que se vive muy particularmente, producto de la interacción entre dos personas y es de dos porque, aunque tengamos varias relaciones de amistad, cada cual tendrá un matiz diferente y su propia identidad.

Muchos sociólogos e historiadores destacan que la amistad está relacionada con la cultura, en cada cultura el grado de amistad de los individuos variará según los valores y costumbres sociales, para los caribeños y latinoamericanos por ejemplo, el vínculo entre compadres tiene un significado muy alto de la amistad, basado en actitudes como la lealtad, la complicidad y compartir en confianza con cierta frecuencia, mientras que en otras culturas europeas el concepto de amistad no alude a la interacción con frecuencia hay amigos que en la distancia y el tiempo, permanecen intacta su confianza y lealtad, aunque con el surgimiento de las redes sociales, el contratiempo de la distancia para compartir, no tiene necesariamente que producirse.

Cuando hablamos de que el amigo llega a tiempo hablamos de aquel amigo que en los momentos de necesidad se muestra accesible, no se hace esperar, se percibe presente, precisamente en aquellas crisis en que la mayoría están a la defensiva o bien negando su vinculación con el del problema, crisis que muchos vivimos en las diferentes etapas del ciclo de la vida.

En las diferentes etapas de desarrollo los individuos vamos a pasar por diferentes crisis, estas dificultades vitales que son normales, representadas por situaciones estresantes como lo son  rupturas conyugales, crisis financiera, problemas legales, pérdidas de un ser querido, perdida de la salud, son más llevaderas cuando se comparten con mediante la amistad.

Sobre este tema continuaremos abundando la semana próxima