Educar: Un acto de VALIENTES. En educación cada acto de valentía impacta y transforma la vida propia y la de otros miles.  La carrera del MAESTRO demanda la atención de la sociedad.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, expresó enfáticamente el Día Mundial del Docente en 2020, en el marco de la pandemia: “Necesitamos más que nunca docentes valientes que formen ciudadanos comprometidos, en un mundo que necesita ser salvado del odio, la ignorancia y la desigualdad.” Y por su parte Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, expresó en el mismo contexto que “Enseñar en tiempos de crisis es un acto de valentía. Los maestros son la primera línea de defensa de la humanidad cuando se trata de reconstruir, sanar y educar para la paz.” Declaraciones y añoranzas que siguen vigentes el día de hoy.

Inicio con este fuerte recordatorio para que ninguna maestra y maestro, olvide su valor y de dónde viene, siempre con la bandera en alto para garantizar los aprendizajes de nuestros niños y niñas. La valentía no es una actitud estacionaria ni pasajera, es la fuerza del alma, es una llama encendida en el corazón, que ponemos diariamente al servicio de una experiencia de aprendizaje única, relevante y significativa, que nuestros estudiantes esperan cada día y que por derecho estamos obligados a ofrecerles.

Educación, una profesión para valientes, que combina vocación y disposición con ciencia, que exige la debida articulación del trabajo intelectual con el afectivo, que reconoce como meta de la labor los aprendizajes, que en un lenguaje sencillo se definiría solo como el desarrollo cognitivo, sin embargo, no se puede separar el desarrollo cognitivo del desarrollo cerebral, más la diferenciación que marca el contexto, junto al apoyo emocional que requiere el ser humano para su desarrollo óptimo e integral.

De repente, la carrera que se vendía como sencilla, bonita, “fácil”, toma forma y cuerpo, se convierte en ciencia, compromiso, responsabilidad y reto. Los egresados de la carrera de educación, los que asumen la gestión del aula y todos los compromisos que esto implica, no son profesionales de la educación, son profesionales de la sociedad y tienen mucho más que un rol en el sector educativo, tienen un relevante rol en el desarrollo de la sociedad.

La valentía del maestro, al iniciar un nuevo año escolar, es la decisión consciente de abrir el corazón y la mente, una vez más, al encuentro con cada estudiante y su historia. Es el coraje de volver a creer en la posibilidad de transformar vidas a través de la educación, aún cuando existan incertidumbres, limitaciones o cansancio. Es la fuerza silenciosa de quien, con vocación, afronta la responsabilidad de guiar, sostener, motivar y enseñar, independientemente de que el contexto no siempre sea favorable.

La labor de quien enseña requiere una valentía distinta y constante, debe tomar decisiones en cadena, en tiempo real, con altos riesgos, posee responsabilidad propia y sobre otros, debe velar por su seguridad física, mental y cognitiva en paralelo con la seguridad integral de los estudiantes. Es un modelo constantemente visto y demandando por estudiantes y toda la comunidad, labora bajo una presión sostenida que a través de actos valientes y renovación de compromiso diario, hace posible los aprendizajes significativos para cada estudiante y la sociedad.

La labor de enseñar es, sin duda alguna, una labor de alta EXIGENCIA, una labor para VALIENTES.

Exigencias en la formación, en la reflexión constante, en la comprensión del mundo para una justa gestíón en el marco social, en la co-responsabildiad de la construcción de un mundo en crecimiento sostenido, donde los profesionales detrás del proceso, tienen la responsabilidad de brindar esperanza, oportunidad y posibilidad de reducir reales brechas sociales que se distinguen entre las personas, no solo por los marcos de contexto económico y social, sino por la oportunidad de una educación de calidad. Todos los problemas de la sociedad, son problemas de la Educación.

En ese contexto, ser valiente es mantener la firmeza de la vocación de enseñar, es mantener el propósito superior de la enseñanza, es asumir la reflexión como práctica y rutina para mejorarse constantemente desde el interior, aprender todos los días a lo largo de la vida, mantener el entusiasmo a lo largo del año escolar. Esto, es un acto de valentía.

Ser valiente es atreverse a ser diferente, sostenerse diferente y brindar a cada niño y niña esa distintividad, que compromete el corazón y que regala el modelo a seguir que necesitan: genunino y sincero, para abrir puertas a ese ser humano que el mundo de hoy necesita.

Ser valiente es reinventarse, renovarse y reconocerse como un aprendedor constante. Eso es VALENTÍA MAESTRA, demostrada diariamente en el corazón de las escuelas.

Ser valiente es reconocer que pertenece a una selecta parte de la sociedad de héroes y heroínas, parte de una profesión transformada que pasa de la vocación y conocimiento a la articulación entre las demás competencias, neurociencia, inteligencia artificial, enfoques flexibles, diferenciaciones de la sociedad y definición entre generaciones.

Ser valiente es enfrentar con valor y responsabilidad todos los retos que implica enseñar el día de hoy y preparse para estar a la altura siempre, sabiendo que lo que es vigente hoy, mañana habrá evolucionado.

Ser valiente es dejar brillar tu luz, con la responsabilidad de iluminar miles de caminos, es la lucha justa que te permite reconocer que el motor de tu existencia es el servicio y en el compromiso de servir, entregas tu presencia al mundo al que te debes, firme y con voluntad.

Ángela Español

Educadora

Ángela es maestra de profesión y vocación, apasionada por la educación, con un recorrido que le ha permitido conocer la escuela en sus diversas realidades. Es egresada de la carrera de educación de la Universidad Católica Santo Domingo, con especialidad en Liderazgo y Supervisión Escolar, Tecnología Educativa y Liderazgo Directivo con enfoque en Latinoamérica, de la Universidad de Salamanca, IESE, IPADE e IAE. Además posee una formación en Competencias Directivas de IESE Business School y especialidad en Consejos de Dirección del INCAE. Es egresada del programa de Alta Dirección en Barna Management School en alianza con el IPADE de México. Actualmente cursa el programa de especialización en Educación del Carácter, Valores y Virtudes en la Universidad Francisco de Vitoria- España. Fue coordinadora durante 8 años en el proyecto Espacios para Crecer con impacto directo en República Dominicana y Colombia así como con impacto indirecto en Paraguay y Ecuador, proyecto gestionado por ENTRENA en República Dominicana con fondos de USDOL. En esta experiencia para la erradiciación del trabajo infantil a través de la educación, tuvo a su cargo el diseño de programas, productos y líneas de formación para impactar positivamente la vida de miles de niños, niñas, sus escuelas y familias. En un recorrido de 14 años en el ecosistema de INICIA Educación, donde fungió como Directora de Portafolio de Fundación INICIA Educación y fundadora - Directora Ejecutiva del Instituto 512 hasta julio de 2025, tuvo la oportunidad de aportar desde diversos espacios en favor de la construcción de una educación sólida, digna y significativa para los aprendizajes de miles de niños y niñas a través de la formación de equipos docentes de calidad, con propuestas distintivas, innovadoras y transformadoras para su desarrollo y aprendizaje a lo largo de la vida. En este recorrdio se desempeñó como miembro del Consejo de Estrategia e Inversión de INICIA Educación y miembro del Consejo de Instituto 512. Creadora de proyectos de innovación con impacto y tracción nacional. Gestora y co-fundadora desde el 2014 hasta julio de 2025, del proyecto INTELIGENCIA QUISQUEYA (IQ.EDU.DO), que a la fecha ha apoyado la preparación de cientos de miles de estudiantes en República Dominicna para la presentación de pruebas nacionales. Editora y creadora de la revista INFORMA 512, Mujeres por la Educación y publicación Tips 512. Fundadora y directora del Congreso 512 durante 10 ediciones. Gestora de soluciones integrales para la continudad de la educación a nivel nacional durante la pandemia por COVID-19 en apoyo a las políticas de emergencia del Ministerio de Educación de República Dominicana y creadora, editora y directora del programa Desde el Corazón de la Educación. Ángela además, fue la creadora e impulsora de la comunidad educativa 512, que desde 2109 a la fecha acoge alrededor de 60 mil docentes que crecen y florecen a través del sentido de comunidad a favor de un bien común: La educación de calidad para cada niño y niña del país y del mundo, la única que merecen y la única que por derecho estamos obligados a ofrecerles. Ángela es miembro de la Junta de directores de ISFODOSU a título personal por designación presidencial desde 2017 hasta la fecha. Docente del Diplomado en Liderazgo y Gestión del Instituto 512, miembro fundadora y coordinadora de la Coalición Latinoamericana para la Excelencia Docente representando a Fundación INICIA Educación junto al Diálogo Interamericano y Fundación Varkey, docente en Leading Education red latinoamericana para la formación de líderes en el sector educativo, autora de libros infantiles, artículos pedagógicos y autora del Decálogo para Maestros Extraordinarios. Además, ha contribuido con artículos y conferencias en eventos nacionales e internacionales a favor del fortalecimiento de la comunidad educativa global. Actualmente, se desepmeña como asesora-especialista en procesos de transformación educativa a nivel nacional e internacional con el compromiso y la esperanza de seguir ampliando espacios de colaboración, construcción y crecimiento para la educación y es Asesora estratégica del ecosistema de INICIA Educación y el Instituto 512. A su vez, impulsa las iniciativas Maestros Extraordinarios, Desde el Corazón de la Educación y Mujeres por la Educación, como oportunidad de continuar posicionando espacios de valor y transoformación positiva a la comunidad educativa global.

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