Quise que me hablara un poco de dónde vive. Quería que me contara Haití, la perla de las Antillas. «Donde vivo», me dijo don Gilberto, «es un lugar profundamente sorprendente».

En lugar del clásico «érase una vez…». Comenzó su relato de la siguiente manera: «Mientras viajaba todos los días por el mundo, gracias a mi impresionante correspondencia y una fantástica colección de sellos postales, clasificados en el mayor desorden… »

Me habló de los filibusteros franceses que se establecieron en la isla La Española y luego de la noche de agosto de 1791, cuando los esclavos del Santo Domingo francés se rebelaron, y luego de la Independencia en 1804. Me hizo leer El guardián desconocido de El Negro Cimarrón y me habló de la imponente escultura dedicada a este mítico cimarrón, símbolo de libertad e independencia para todos los países del Caribe. Me habló de Toussaint Louverture y luego de Dessalines, de la inestabilidad política, de la dictadura, del deseo de esa democracia cuyos efectos tardan tanto en hacerse sentir. Sí, me ha contado largamente este país que él llama el teatro de nuestras desgarraduras colectivas.

Entre las líneas de los textos Terremoto, Espaguetis con alambre y Al preguntar las ruinas, descubrí los estragos causados por el terremoto de 2010. Y ahí me dijo, en voz baja, que mucho antes del terremoto, el «Estado no existía. Ayer, algunas familias saquearon. Gracias a la ley del silencio de los tiempos nuevos, todas las familias saquean sin autocensura». Y todo esto me lo ha contado con esa manera notable, deliciosa y sutil de hablar desde donde vive. El humor sigue siendo, en efecto, la mejor manera de soportar lo insoportable. Permite también denunciarlo de manera elegantemente incisiva y corrosiva.

Quise saber un poco más sobre este maravilloso cronista de la vida cotidiana y política que mezcla tan bien hechos políticos e historia personal. Lo primero que me confió es que su nombre proviene del cantante francés Gilbert Bécaud, a quien tanto amaba su madre. Se hizo llamar don Gilberto más tarde, cuando llegó la escritura. Don Gilberto se especializó en historia, pintura y literatura haitiana. También es traductor-intérprete y columnista y me dijo que amaba el idioma francés. Este amor se debe en particular al Sr. Antoine Guerrier, a quien rinde homenaje en el texto A Nuestros Directores porque le dio las llaves para permitirle devorar los clásicos. También se centró en la literatura estadounidense, española e iberoamericana. Para decodificar las relaciones de don Gilberto con España, hay que leer los textos Viva España, El héroe discreto e Hispanistas de Puerto Príncipe.

Como ciudadano del Sur, don Gilberto ama a Pablo Neruda, pero tiene una admiración sin límites por Sonia Chocrón, una poetisa venezolana, para la que escribe notas encantadoras. Ha publicado colecciones de poemas y artículos en un diario del lugar donde nació. Me dijo que tenía mucho interés en rendir homenaje a la primera persona que publicó en Francia una de sus cartas: Ledji Below, en 1989 en Afrique Magazine. «Me encanta África», me dijo y me sumergí en el texto «Yo, sujeto marroquí». Porque cuando llegó a España, se le creía marroquí…

Fue un día de abril de 2013 cuando este hombre que ama la voz ronca de Billie Holiday y los amores tumultuosos de Frida Kahlo y Diego Rivera descubrió la existencia de nuestro portal. Inmediatamente llamó a esa puerta, detrás de la cual encontró una complicidad fascinante con otros autores. Entonces se apropió de este lugar para dar su testimonio sobre el país donde vive. «¡Lo que es maravillosamente hermoso en esta familia, tomo diariamente el café con al menos quince autores!» Los textos de don Gilberto muestran que, dondequiera que estemos, compartimos los mismos miedos, las mismas aprehensiones, los mismos deseos.

Sylvaine Rapaud (Francia), 29 de diciembre de 2013 (Traducido por Don Gilberto)

Gilbert Mervilus

Historiador

Nacido en Puerto Príncipe en el año 1963, Gilbert Mervilus es especialista en historia, pintura y literatura haitiana. Tras realizar sus estudios en la capital del país, se especializó en Gramática, Historia de la Lengua Española y Literatura de España y América Latina en diversos cursos de formación. Posteriormente ha realizado estudios avanzados en Literatura y Arte francés. Inicia sus actividades como profesor de español en 1986, a las que siguieron las de Traductor e Intérprete en 1988; Traductor de Corresponsales Extranjeros en Prensa; Profesor de Español en la Universidad de Quisqueya (1998–2001); traductor en el Ejército de la E.U.A. de 1993 a 1994; traductor e Intérprete Oficial del Ministerio de Salud Pública (2001–04). Es autor de numerosas publicaciones y conferencias [ La Historia de la Pintura Haitiana ,Costa Rica, 1988; La Pintura Moderna,1993; Una Nueva Cotización del Arte Haitiano,octubre1994]; y traductor jurado.

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