Durante siglos, el modelo académico tradicional privilegió la enseñanza teórica donde los estudiantes eran elementos pasivos del proceso de aprendizaje. Los docentes dictaban, ellos tomaban notas y memorizaban. También se consideraba que los alumnos que no se adaptaban a este modelo eran menos brillantes que los demás, y el diagnóstico de coeficiente intelectual (CI) o la inteligencia basada en este tipo de prácticas se aceptó por muchos años como el único válido.

Desde los años ochenta del siglo pasado hasta la actualidad, se ha escrito mucho sobre las distintas maneras de aprender y se han creado modelos teóricos que procuran explicar las diferencias en la forma de aprender de las personas, ya que todos aprendemos de manera diferente debido a las características individuales. Por eso, es imperativo que los docentes aprendan a identificar cómo aprenden sus alumnos y las condiciones que les permiten desarrollar mejor sus habilidades, ya que existen muchas maneras de adquirir conocimientos y retener lo aprendido.

La expresión estilos de aprendizaje se define como la manera compleja y las condiciones en las que los alumnos pueden percibir, procesar, almacenar y recordar lo que aprenden de manera más eficiente. Se refiere a las estrategias que el individuo utiliza para aprender (Awla, 2014). Los estilos de aprendizaje se refieren a cómo los estudiantes prefieren aprender y, en muchas ocasiones a cómo les resulta más fácil aprender. Por tanto, es importante que los docentes conozcan los diferentes estilos de aprendizaje, para incorporarlos a su forma de enseñar. Así, se equilibra la enseñanza y no se favorece únicamente un estilo en particular, sino que se emplean distintos estilos de aprendizaje (Awla, 2014).

En la segunda mitad del siglo pasado, dos fenómenos comenzaron a captar la atención de los pedagogos. Por una parte, quienes sacaban mejores notas en la escuela no siempre eran los más exitosos al enfrentarse a la vida real, y por otra, personas con un historial académico no muy bueno resultaban tener excelentes herramientas para progresar, innovar y forjar su propia carrera profesional. Esto dejó patente que el modelo de enseñanza tradicional y la evaluación a partir del mismo no funcionaba para todos ni era completamente confiable; y que las personas pueden desarrollar conocimientos y habilidades en contextos muy diferentes. A estas diferencias individuales, que se expresaban en forma de patrones consistentes de respuesta a ciertos estímulos, se les denominó estilos de aprendizaje, y estos a su vez determinan cuáles son las condiciones más adecuadas para que un estudiante desarrolle conocimientos y habilidades.

Los estilos de aprendizaje se pueden clasificar en cognitivos y sensoriales. El cognitivo es la manera natural, habitual y preferida en la que un individuo absorbe, procesa y retiene nueva información y habilidades. El sensorial incluye el estilo visual, auditivo y kinestésico. Estos tipos de aprendizaje son muy variados. De hecho, la ciencia ha demostrado que existen hasta 13 tipos de aprendizaje con los cuales adquirir conocimientos, cada uno de ellos implica formas de estudio diferentes, formas diferentes de aprender. Lo importante de esto es que estos 13 tipos de aprendizaje suponen una adaptación del proceso de adquisición de conocimientos a las necesidades y preferencias de los alumnos. Además, se acabó eso de pensar que una persona no sirve para los libros, si tiene muchas formas más de aprender el mismo contenido. A continuación, se describen estos tipos de aprendizaje:

  1. Aprendizaje implícito. Este aprendizaje ocurre sin que nos demos cuenta, de forma no intencional y da como resultado conductas automáticas como hablar o caminar. Es el primero en existir.
  1. Aprendizaje explícito. Es un tipo de aprendizaje que requiere la activación de los lóbulos prefrontales de nuestro cerebro. Es intencional y consciente, es decir, el alumno tiene intención de aprender.
  1. Aprendizaje asociativo. Se clasifica en condicionamiento clásico, que se produce cuando se asocian diferentes estímulos sin que exista ninguna acción voluntaria. Ejemplo: Vemos una fruta y se nos hace agua la boca; y condicionamiento operante, se produce cuando la asociación entre estímulos se produce a través de una acción voluntaria. Ejemplo: cuando aprendemos a abrir un puerta mediante una llave.
  2. Aprendizaje no asociativo. Consiste en cambiar nuestra respuesta a un estímulo por ser repetitivo y continuo, es decir, por estar acostumbrados a él. Se relaciona principalmente con la sensibilidad y las costumbres, por eso podemos distinguir dos formas: la habituación y la sensibilización.
  1. Aprendizaje significativo. Es un concepto que forma parte de la teoría constructivista. Ausubel lo acuñó para referirse a aquel aprendizaje que se da cuando el alumno consigue relacionar la nueva información con los conocimientos ya consolidados y transforma su manera de pensar. Es uno de los tipos de aprendizaje más efectivos.
  1. Aprendizaje cooperativo. Es uno de los tipos de aprendizaje más utilizados en las aulas. Se trata de aprender tanto con los propios conocimientos como con los de los demás, es decir, de forma cooperativa y trabajando en grupos de un máximo de 5 personas, donde cada miembro tiene un rol y unas tareas concretas.
  1. Aprendizaje emocional. Ha ido cobrando cada vez más importancia por ayudar a los alumnos a aprender a identificar y gestionar sus emociones, consiguiendo grandes beneficios a nivel mental y psicológico, con un mayor bienestar y mejores relaciones con los compañeros.
  1. Aprendizaje observacional. Se basa en observar un modelo para aprender a hacer una determinada tarea reproduciendo lo que ha visto
  1. Aprendizaje experiencial. Es uno de los más profundos, más antiguos y que más se emplean en la vida diaria. Es útil para aprender de los errores y consiste en eso, aprender a partir de la propia experiencia
  1. Aprendizaje por descubrimientos. Es un tipo de aprendizaje activo en el que el alumno descubre y organiza los conceptos para su propio esquema cognitivo, interactuando con el docente y estableciendo una relación con los conocimientos que ya tenían.
  1. Aprendizaje memorístico. Es uno de los que más se utilizaban en educación hasta hace pocos años y consiste en memorizar información sin la necesidad de darle sentido. Esta forma de aprender es bastante criticada por ser todo lo contrario al aprendizaje significativo.
  1. Aprendizaje receptivo. Se trata de un tipo de aprendizaje pasivo en el que el alumno simplemente recibe la información que el docente explica. Es un proceso de aprendizaje opuesto al aprendizaje por descubrimiento.
  1. Aprendizaje colaborativo. A los alumnos se les asigna una temática y ellos eligen la metodología a seguir. Se trata de que, a través del trabajo en grupo, cada alumno destaque por sus propias habilidades.

Existen muchas técnicas y programas para abordar cada tipo de aprendizaje, sin embargo, lo principal es observar cómo responden los alumnos a cada tipo. Cada alumno necesita un tipo de aprendizaje que se adapte a su personalidad y necesidades, por lo que es esencial tratar estrategias y actividades en clase que favorezcan el mayor número posible de estilos de aprendizaje. Las siguientes sugerencias pueden ayudar a abordar varios tipos de aprendizaje: 1) Plantear un problema. 2) Método de proyectos. 3) Juegos de roles. 4) Trabajos de investigación. 5) Elaboración de blogs y wikis. 6) Utilización de plataformas educativas. 7) Foros de discusión. 8) Exposiciones.

En el artículo “El mito de los estilos de aprendizaje”, publicado por la Asociación Psicológica Americana en 2019, se menciona que existen dos posturas frente al concepto de estilos de aprendizaje: los esencialistas y los no esencialistas.

Los miembros del primer grupo tienden a afirmar que los estilos de aprendizaje son heredables e instalan en el cerebro, no cambian con la edad, marcan distintos tipos de personas y predicen el éxito académico y profesional. A diferencia del grupo no esencialista quienes tenían creencias más flexibles sobre los estilos de aprendizaje, considerándolos maleables, superpuestos y determinados por factores ambientales (Journal of Educational Psychology).

A partir de estas posturas, se considera que el estilo de aprendizaje no es fijo, puede cambiar y lo importante es brindar estrategias para todos los posibles estilos. De esta manera, será el que más le haga sentido al estudiante, el que aplique en el momento oportuno.