Cuando una persona se relaciona con otra y esa relación es cercana, transparente, solidaria, mutua, de Tú a Tú…, decimos que “somos personas”, si se da lo contrario: dimes y diretes continuos, decimos: “viven como perros y gatos”.

En la relación con el Ser Trascendente, Dios, también tenemos categorías, al ver el comportamiento de las personas decimos: esa persona “es una mujer o un hombre de Dios”, si actúan con moderación, con justicia, con transparencia, con solidaridad y dando a cada uno lo que le corresponde; pero si su actuación legitima comportamientos inadecuados, corruptos y no caen en la cuenta de las violaciones que generan los hechos por la ingenuidad o malicia con que analizan la realidad, decimos: “esa es una beata”, o ese es “un santurrón”, o “un vividor”, “porque buscan lo suyo”.

Nuestras relaciones, tanto a nivel de amistad como de espiritualidad, están calificadas; es decir, nos pueden ayudar a superar o a degradar nuestra “Opción Vital…” ¿Has analizado objetivamente tus relaciones?

La relación Personalizada con el Ser Trascendente, Espiritualidad Personalizada y Vivida en Comunidad, trata de obtener la mejor calificación en nuestras relaciones con el Ser Trascendente, con el Otro y con la Naturaleza…, porque mantiene la misma base:  el Valor Originario, lo que le da sentido a mi vida personal. La Semilla de Dios. El Nosotros.

Somos un cuerpo/espiritual y podemos cultivar al mismo tiempo, con excelencia, unas relaciones de amistad y de espiritualidad, de Tú a Tú, con el Otro, la Naturaleza y con el Ser Trascendente.

¡Atención!!! Podemos tener un comportamiento de doble moral, de dos caras: incoherente, decimos una cosa y hacemos otra…

El mundo en que vivimos, el lugar de vida social, fácilmente nos lleva a individualizar nuestras relaciones de amistad y de espiritualidad y ahí comienza nuestra degradación humana porque el YO se hace centro único de la vida y compite con el Otro, con la Naturaleza y con el Ser Trascendente. “A mí lo mío” y no “al otro como a mí”…

Analizando el proceso de nuestras relaciones de amistad y de espiritualidad vemos que podemos enmarcarlas en cinco DIMENSIONES:

La DIMENSIÓN I, la Realidad en que vivimos; no podemos prescindir de ella si queremos fortalecer nuestra “Opción Vital”. Porque podemos individualizarla y nuestras relaciones con el Otro, con la Naturaleza y el Ser Trascendente llegan a configurar un sincretismo religioso apoyado en el V.O y nuestras creencias e intereses personales y grupales. Así fabricamos nuestro ídolo personal. Un dios “a mi imagen y semejanza” para que justifique el beneficio del Yo.

La Fe tiene que llevarnos a trascender el Yo para poder encontrarnos con el Otro como es en la Realidad, no como /Yo/ lo quiero o lo imagino… La realidad que nos rodea, social y ecológica, a nivel de Fe, es exigente y no podemos prescindir de esa Realidad para mantenernos unidos a mi V.O y al Ser Trascendente…, porque la Fidelidad Creativa a mi V.O., tiene que hacer la Voluntad de Dios, no la del Yo… Así, lo determinante en mis relaciones será “al otro como a mí”.

Puede suceder que pase lo que dice la gente cuando hablamos de Fe: “Dios y Yo sabemos cómo hacer”; en ese sentido estamos anulando al Otro y ese dios de que hablamos es un ídolo: “el Yo”. Lo que Jesús nos ha enseñado es: “al Otro como a Mí”.

La DIMENSIÓN II, nos presenta los componentes del Cuerpo y la Persona y cómo alimentarlos. Este binomio define las raíces de nuestra humanidad, somos una dualidad unificada y única. Somos un cuerpo espiritual. Somos iguales y diferentes. Somos racionales y libres. Somos afectivos e irrepetibles. Somos únicos. “Somos Imagen y Semejanza del Ser Trascendente” (Cfr.: Gn.1,26-27). Aquí está la raíz de nuestra dignidad, la grandeza inviolable de cada persona, sea quien sea.

La DIMENSIÓN III, si analizamos el sentido y origen de la Comunidad donde repolla el Reino de Dios, vemos que Dios vive en cada persona; pero su Reino se hace presente con Jesús y Nosotros en la medida que vivamos su Voluntad: “al otro como a mí”.

La DIMENSIÓN IV, se refiere a la Conversión. El cambio de actitud, de comportamiento, es una exigencia de la Fe, no es lo exclusiva y está al alcance de todas las personas. No podemos seguir ¡igualitos/as!!! Es imprescindible “caer en la cuenta”: tengo que cambiar, por aquí voy “por un callejón sin salida”. Tengo que dar el salto del Yo al Nosotros. Trascender el Yo es el desafío… Este desafío es continuo, no puntual, como le interesa al Yo…

Y la DIMENSIÓN V es La Institución, esta es la instancia que le da continuidad al servicio, solidario o financiado, que vivimos al compartir nuestra “Opción Vital”.

La Institución hace permanente, le da continuidad al servicio ofrecido a quienes lo necesiten, ¡Ojo!, que la Institución se puede yoizar y ofrecer servicios financiados, para asegurar la subsistencia de la comunidad. Eso pasa porque conceptualizamos la Misión y el Compromiso. Es decir, hacemos voto de pobreza en la Vida Consagrada, renunciamos a los bienes materiales personalmente y vivimos en una seguridad comunitaria envidiable…

Es decir, le damos importancia sólo al “Qué” y no “al Cómo”. Recordemos que el binomio pastoral originario es: “Con y Como”, en la meditación del Rey Temporal y el Rey Eternal, en el mes de EE.EE.; no “Con y Para”, ni “Con y Discernimiento” …, porque estos dos últimos binomios no cuestionan mi status de seguridad que me ofrece la estructura institucional…

Trataré de compartir contigo estas V Dimensiones en el proceso de acercamiento que hemos iniciado. Poco a poco iremos profundizando en nuestra interioridad para seguir las huellas de Jesús.

Regino Martínez S.J.

Sacerdote

El sacerdote Regino Martínez es el coordinador del Servicio Jesuita para los Migrantes Refugiados en Dajabón.

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