Nuestro país ostenta con orgullo el título de destino turístico número uno del Caribe, recibiendo más de 11 millones de visitantes el pasado año 2024 y aportando 10,974.4 millones de dólares a la economía del país. Con más de tres décadas de desarrollo turístico sostenido, nuestro país ha construido una sólida infraestructura hotelera, ha diversificado su oferta y ha posicionado su marca país con éxito en los principales mercados emisores de turistas. Sin embargo, existe una deuda pendiente que amenaza la sostenibilidad y la competitividad de este liderazgo: la educación técnica y la formación especializada del capital humano del sector turismo.

Un  estudio realizado a finales del 2023 por una prestigiosa universidad dominicana, y cuyo objetivo era determinar las “necesidades en la formación de competencias y otras oportunidades académicas del sector turismo”, concluyó que las prioridades del sector se concentran en el nivel técnico de servicios básicos, tales como: recepcionistas, camareros, bartenders, ama de llaves, plomeros, cocineros, pasteleros, entre otros. Y resaltó, además, la necesidad de la enseñanza del idioma inglés a todo el personal, en todos los niveles. El gobierno, a través del Instituto de Formación Técnica Profesional (INFOTEP), ofrece programas orientados al sector, sin embargo, los requerimientos sobrepasan por mucho a lo que puede ofrecer en la actualidad el instituto.

A pesar de que el turismo representa una de las principales fuentes de empleo en el país, gran parte del personal que labora en hoteles, restaurantes, tour operadores agencias de viaje y otros servicios de la cadena de valor del sector, carece de una formación técnica adecuada. Muchos aprenden en la práctica, a fuerza de experiencia, pero sin una base académica que respalde su desempeño ni oportunidades claras de desarrollo profesional. Esto limita la calidad del servicio, afecta la reputación del destino y reduce la posibilidad de escalar nuevas posiciones dentro del sector.

En un país donde el turismo es el motor económico por excelencia, resulta paradójico que no contemos con una política educativa robusta para este sector. La formación en turismo y la industria de la hospitalidad debería ser una materia obligatoria en  colegios y escuelas secundarias que, aunque recientemente se firmase un acuerdo entre el Ministerio de Turismo y el Ministerio de Educación, no pareciese estar ejecutándose. Los jóvenes dominicanos deberían, además, conocer desde temprano las oportunidades que ofrece esta industria y prepararse con herramientas modernas, multilingües y adaptadas a los nuevos retos del turismo sostenible.

República Dominicana tiene todas las condiciones para convertirse en el hub académico del turismo en el Caribe y América Latina. Tenemos los destinos debidamente acondicionados, la experiencia en cada uno de los subsectores del sector, el clima idóneo para una experiencia de estudios incomparable y el entorno multicultural, ideales para ofrecer formación de primera calidad.

Es hora de concretizar las ideas anunciadas de crear un Instituto de Educación Superior en Turismo en el país , o lo que sería mejor, establecer una “Universidad del Caribe para el Turismo”, una institución especializada, de carácter internacional, que reciba estudiantes de toda la región y que forme a los futuros líderes, técnicos, chefs, gerentes y especialistas del sector. O bien una “Escuela Internacional de Ciencias Turísticas para el Caribe”. Esta iniciativa debería ser, idealmente, del sector privado, a fin de otorgarle las necesarias garantías de continuidad en el tiempo.

La inversión en educación técnica no es un gasto, es una estrategia de desarrollo. Países como Suiza, España y Costa Rica han demostrado que la calidad del capital humano es un diferencial clave en la experiencia del visitante. En la era del turismo experiencial, donde los detalles marcan la diferencia, la amabilidad no basta: se necesita conocimiento, manejo de idiomas, cultura de servicio, herramientas digitales y conciencia ambiental.

Elevar el nivel educativo del sector es una responsabilidad compartida entre el Estado, el sector privado, las universidades y los organismos internacionales. Es también una oportunidad para dignificar el trabajo turístico, generar movilidad social y proyectar al país como un modelo de gestión turística integral.

Ya es tiempo de que nuestro liderazgo turístico se refleje no solo en cifras de llegada de visitantes, sino también en la calidad humana y profesional de quienes los reciben.

Magaly Toribio

Mercadóloga y Hotelera

Magaly Toribio, Hotelera y mercadóloga por convicción, politóloga para intentar entender el mundo, amante de las palabras y la buena lectura. Ex- viceministra de turismo, reconocida en múltiples ocasiones por los principales gremios del sector turístico nacional e internacional. Experta en marketing turístico y gestión sostenible de destinos turísticos. Investigadora, académica y consultora privada de empresas, universidades y destinos turísticos. Presidente de la empresa TARGET Consultores de Mercadeo y creadora de la primera empresa del país suplidora de soluciones de movilidad para turistas con discapacidad, Scooters DR.

Ver más