Cuando escribo el término “ocio” no me refiero a la haraganería (holgazanería), sino al “tiempo libre” que está disponible después de cumplir las tareas del trabajo o del estudio.

Es un hecho incontrovertible que si los miembros de una familia dedican su tiempo libre a actividades culturales, deportivas y turísticas esa familia resulta ser más integrada, armónica y progresista. Lo mismo ocurre con los países: si sus ciudadanos dedican su tiempo libre a actividades culturales, deportivas y turísticas ese país resulta ser integrado, armónico y progresista. Por ello, los miembros de una familia y los ciudadanos de una nación deben tener su derecho al ocio o “tiempo libre” para dedicarlo a actividades que consideren pertinentes y sin ninguna obligación específica,  por eso es “tiempo libre” así pues desde hace varios siglos la humanidad ha formulado patrones de derechos universales, tal como se describe a continuación:

En estos últimos años se ha dado un reconocimiento de nuevos ámbitos de expresión, crecimiento y desarrollo personal. Hasta hace poco tiempo hablar de términos como "ocio" u "ociosidad"  significaba referirse a términos cargados de connotaciones negativas, en algunos casos, dada su supuesta oposición al trabajo, o en otras ocasiones, referirse a temas considerados carentes de importancia y relevancia para la sociedad. Pero la situación ha cambiado enormemente, incluso, importantes autores hablan de la "sociedad del ocio". El ocio ha pasado a ocupar un sitio relevante en la sociedad debido a múltiples factores como el aumento del tiempo libre, la reducción de las jornadas laborales, la democratización de la vida cultural, deportiva y turística. La aparición de nuevas actividades y ofertas de ocio y, por supuesto, debido a la importante dimensión económica y comercial del fenómeno.

El ocio que se aborda en este artículo es un “ocio humanista” que defiende el desarrollo de la persona y considera sus experiencias de ocio un ámbito de crecimiento humano.

Un prestigioso autor señala que el fundamento del ejercicio del ocio es uno de los valores del hombre, la libertad que es la base de la dignidad de la persona, cuya meta y sentido es la “autorealización”, “ser uno mismo”. El ocio puede constituir un ámbito para conseguirlo.

Así puede afirmarse que el pasado siglo ha reconocido la primacía del derecho como herramienta, que la sociedad la constituyen todos los ciudadanos y nuevos ámbitos de expresión, crecimiento y desarrollo personal.

Estos tres elementos confluyen constituyendo el objeto de interés de este artículo: El Derecho al Ocio de las Personas con Discapacidad como colectivo históricamente marginado que ha tenido que ir conquistando sus derechos siendo unos de los últimos los relativos al trabajo y el ocio.

La UNESCO centra gran parte de su trabajo actual en la cultura, siendo a partir de los años 70 cuando empieza a entenderse la cultura como elemento indispensable para el desarrollo de los individuos y de las sociedades. Por ello, la UNESCO aborda, entre otras cuestiones, el derecho a la cultura, a la preservación del patrimonio cultural de la humanidad, el respeto a la cultura como elemento de identidad, relación  cultura-tecnología,  derechos de autor y cooperación cultural internacional. A partir de ahí pueden encontrarse importantes documentos, resoluciones y declaraciones vinculadas al Derecho a la Cultura.

También ha abordado la UNESCO otro ámbito del ocio como es el deporte. En 1978 proclamó la "Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte" donde apostaba por el deporte como derecho humano fundamental y como un "medio para proporcionar una sana ocupación del tiempo libre" (art. 2.2). En este ámbito, sus acciones a lo largo de los años han quedado en declaraciones de buenas intenciones, pero es indiscutible su apuesta por preservar el Derecho al Deporte y por la relación que evidencia entre el deporte y el ocio.

En adición a todo lo antes escrito hay que resaltar que la dedicación del tiempo libre a actividades sanas, sirve como elemento preventivo al comportamiento antisocial, como sería el uso de drogas adictivas que causan estragos a muchos países en su casi totalidad o sea en gran porción. El mal uso del tiempo libre impide que los jóvenes aporten a sus países altos desempeños en las áreas deportiva, cultural y de la productividad del trabajo.

Manuel Iñaki Leal Belausteguigoitia

Abogado y literato

No es sencillo hablar de uno mismo. Qué decir sin provocar bostezos. Que tengo la dicha de estar en Santo Domingo; que antes anduve por México (de donde soy), Francia y España; que estudié derecho y más tarde literatura; que hoy me dedico a enseñar francés (Alianza francesa, Liceo Franco-dominicano), a leer y, en menor medida, a escribir, ir al cine, nadar…

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