Quienes siguen el estudio, análisis y debate sobre las características del nuevo escenario mundial y local para la comunicación social en general, y para el ejercicio profesional del periodismo, están al tanto de que el acelerado proceso de cambio en este escenario ha provocado en la muchas de las sociedades que viven en democracia, una readecuación de la legislación y las normas que protegen a las personas y a la sociedad de los nuevos delitos que esa transformación ha puesta en escena.

El avance de la sociedad digital ha democratizado más la comunicación. Una alta proporción de personas tiene un equipo tan potente y de bajo costo, el teléfono celular, que ha cambiado el escenario y creado grandes grietas en la estructura que el pasado siglo concentró el poder de la comunicación en pocas manos. Al mismo tiempo, las nuevas formas y medios han distribuido el poder de agredir y provocar procesos negativos que dañan la vida de personas y el funcionamiento de instituciones.

En la última década el desarrollo de la inteligencia artificial abre nuevas opciones para el periodismo, pero también crea formas de delito y causar daños graves al tejido social, con las que siquiera soñaban los expertos, o de los más creativos escritores de novelas o guionistas de películas futuristas.

Reflexionaba sobre este tema miércoles y jueves asistiendo al “Sexto Foro de Comunicación Futurible 2025”, cita anual que organizan el Foro Iberoamericano Sobre Estrategias de Comunicación y CINTE, posible porque los interesados podemos asistir gracias a la magia de los sistemas que permiten reuniones e intercambios sin tener que movernos del escritorio. Cuando terminó el encuentro ayer llegó a mi computadora la siguiente información:

Título: “¡Los chiperos cobran fuerza! Brito denuncia usurpación de identidad a varias personas! Contenido: Una investigación realizada por el abogado José Martínez Brito, panelista del programa “Esto No es Radio”, revela un alarmante incremento en los casos de robo de identidad y ciberdelincuencia en la República Dominicana, particularmente por parte de individuos conocidos como "chiperos". Esta situación ha llevado a múltiples víctimas a dar la cara públicamente, exponiendo el devastador impacto de estas actividades ilícitas.

“La fotografía de Emanuel, tomada durante su graduación con su madre, fue robada y utilizada por un delincuente para fines ilícitos y estafas. El chipero impersonó a Emanuel, bloqueó al joven y a sus seguidores, y usó su perfil de emprendedor legítimo para promocionar ofertas de "dinero fácil". Como resultado, Emanuel ha enfrentado la pérdida de amistades, juicios públicos y un impacto negativo en su negocio. Él y su familia están ahora inmersos en un proceso legal que involucra a la DICAT y la Fiscalía para limpiar su nombre y buscar justicia”.

Esto obliga a los responsables de la gestión social y de organizar la convivencia, a adecuar las reglas para el uso de los canales digitales, el periodismo y los medios de comunicación. Si llama la atención la agresiva respuesta de algunos productores de programas de radio y televisión, y políticos de oposición, a la nueva ley que retoma el tema de la libertad de expresión, que incluye los nuevos delitos digitales, presentándola como un intento de reprimir las críticas al gobierno.

Manuel Quiterio Cedeño

Periodista

Periodista. Director del Centro de Información y Comunicación (CICOM). Trabaja y asesora en el área turística, y dirige la revista especializada RT.

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