Ya hay amplia evidencia de que en este valle de lágrimas la gran riqueza material no ipso facto aporta felicidad. Pero el hecho de que tengamos 21 loterías que celebran sorteos diariamente es prueba de que el común de los mortales aspira a ella. A veces la transición de un estado de pobreza a uno de riqueza presenta retos que, de no resolverse, serian perjudiciales. Por eso conviene evaluar cuales serían esos retos en la subregión más pobre del país frente a sus deslumbrantes perspectivas de riqueza. ¿Hasta que punto es el turismo compatible con la explotación de las tierras raras?
Respecto a la pobreza el Grafico #1 presenta el panorama de la pobreza, tanto general como extrema, para las diferentes macro regiones del país. Este revela que las zonas urbanas han experimentado una reducción de la pobreza más pronunciada en comparación con las rurales, mientras persiste una mayor incidencia de la pobreza en mujeres frente a los hombres. El llamado “sur profundo” (Sur, de 9 provincias) recién habría cedido el estigma de ser “la region más pobre del país” a la region Este, pero todavía conserva el segundo más alto grado de pobreza extrema.
Por razones de equidad y sus consecuencias en la cohesión social, dentro del Sur la subregión Suroeste (compuesta por las provincias de Azua, Barahona, Independencia, Bahoruco, Barahona y Pedernales) debería recibir una atención privilegiada del Estado. La insuficiencia del gasto público en esa parte de nuestro territorio y el pobre poder electoral de su población de apenas unos 630,000 habitantes (según el Censo del 2010), posiblemente expliquen la razón del rezago de su desarrollo. Las provincias de Elías Piña, Bahoruco, e Independencia suelen tener los índices más elevados de pobreza monetaria, mientras que la pobreza extrema se concentra especialmente en las zonas de Enriquillo, Valdesia y El Valle.
Por esas poderosas razones muchos recibimos con júbilo el contundente anuncio del presidente Abinader, al inicio de su gestión, sobre su intención de detonar el desarrollo turístico en Pedernales. Sin hacer alusión a las rimbombantes cifras del esperado impacto del proyecto de Cabo Rojo, es dable pensar que las visitas de los cruceros a Cabo Rojo y el anuncio de que se le adjudicó una participación a un grupo de inversionistas privados (Consorcio de Cabo Rojo) son testimonios irrefutable de que la meta presidencial será eventualmente coronada con éxito. De hecho, al turismo se le ha tenido como la principal esperanza del desarrollo económico de esa subregión.
Sin embargo, el reciente anuncio del presidente Abinader sobre el hallazgo de tierras raras en la Sierra de Bahoruco, en “cantidades industriales” presagia un futuro económico aun mejor para la subregión. Hasta ahora se han identificado yacimientos que suman las cien millones de toneladas de material apto para la extracción de los 17 metales que esas tierras contienen. (Se reporta que las reservas de China, el mayor explotador hoy dia, son solo de 44 millones.) Dado la enorme demanda de estos metales para una miríadas de productos tecnológicos sobre los que depende el mundo, no es descabellado pensar que nuestro tesoro de la Sierra de Bahoruco traiga enormes riquezas al país, la cuales serían mayores que las del turismo.
Sin embargo, hay varios bemoles frente a este deslumbrante prospecto económico. Lo más importante no es la “asociación estratégica” que podríamos desarrollar con los Estados Unidos, el principal consumidor de los metales, sino las adversas consecuencias medioambientales que su explotación produciría. Dada la cercanía de Cabo Rojo a los yacimientos de la Sierra de Bahoruco podríamos quedarnos sin turismo si esa contaminación no se domeña. Los expertos reportan que los nuevos métodos de explotación que se están desarrollando podrían evitar esos daños. Pero conviene que nos pongamos alertas a las posibilidades leyendo la cita siguiente.
“Por otro lado, además de este contexto de escasez y monopolio, este “oro verde” tiene graves implicaciones medioambientales. Su producción a menudo se asocia con graves impactos en la naturaleza, ya que los procesos de extracción y refino son altamente tóxicos y generan grandes cantidades de residuos. Por este motivo, la búsqueda de formas más sostenibles de producir y reciclar tierras raras se ha convertido en una prioridad en todo el mundo, siendo al mismo tiempo otra estrategia clave para reducir la dependencia de China. Una de las estrategias para reducir la dependencia de China en este aspecto pasa por reducir la utilización de tierras raras reemplazándolas por otros elementos más comunes. Un ejemplo reciente de este giro de guión es la empresa Tesla, que ha confirmado que su próxima generación de motores eléctricos incorporará imanes sin la presencia de tierras raras.
Otra estrategia se apoya en la economía circular y en la gestión eficiente de recursos. Todas las tierras raras son potencialmente recuperables, reutilizables y reciclables, aunque, frecuentemente, las tecnologías para hacerlos sean complejas. Un camino muy interesante para recorrer ya que según el experto Simon Jowitt, geólogo económico de la Universidad de Nevada, solo el 1% de las tierras raras del mercado son recicladas. Una de las estrategias para reducir la dependencia de China en este aspecto pasa por reducir la utilización de tierras raras reemplazándolas por otros elementos más comunes. Un ejemplo reciente de este giro de guion es la empresa Tesla, que ha confirmado que su próxima generación de motores eléctricos incorporará imanes sin la presencia de tierras raras.”
En consecuencia, lo clave de tomar en cuenta para que una subregión de extrema pobreza pase a ser de extrema riqueza son los potenciales daños ambientales que la explotación de las tierras raras podría generar y el menor crecimiento de la demanda de sus metales. Esto último no debe producir gran preocupación porque los expertos predicen lo contrario. Pero en materia de posibles daños ambientales y como eso podría afectar a Cabo Rojo debemos, como primer paso, consultar a la inteligencia artificial. Su evaluación es preocupante y debe movernos a tomar medidas con anticipación para poder cosechar la enorme riqueza que traerían las tierras raras sin dañar el futuro turístico de Cabo Rojo y la subregión de nuestro suroeste.
Según la IA de Google: “La demanda de metales de tierras raras se espera que crezca No estamos frente a poca cosa: significativamente en los próximos años, impulsada por la transición hacia energías limpias y tecnologías verdes. Si bien se ha pronosticado que la demanda aumente, también se espera que surjan desafíos en la oferta debido a la concentración de la producción en ciertas regiones.” “Los métodos menos contaminantes para el procesamiento de tierras raras actualmente se centran en la minería de transferencia y la recuperación de metales de desechos electrónicos. En el futuro, se vislumbra un mayor uso de tecnologías de separación magnética y procesos hidrometalúrgicos mejorados, así como la exploración de métodos biotecnológicos para la extracción de tierras raras.” “La búsqueda de métodos de procesamiento de tierras raras más limpios y sostenibles es un área de investigación activa y continua.”
La enorme repercusión económica de este asunto suscita gran incertidumbre. Según ChatGPT-4 el “rendimiento bruto estimado por el procesamiento de las tierras raras en la Sierra de Bahoruco sería del orden de US$25,000 millones de dólares a precios promedio.” Pero eso podría duplicarse o triplicarse dependiendo de “si el depósito tiene más elementos pesados (más valiosos como el terbio, disprosio) o si contiene principalmente lantánidos ligeros (menos valiosos como cerio y lantano).” Aunque al suroeste no le toque todo, las migajas derivadas serían suficientes como para enriquecerlo enormemente.
Sin duda, nuestra comunidad ambientalista tiene ante sí la más importante tarea que jamás haya enfrentado. Debe determinar cuáles medidas precautorias deben irse tomando para proteger el turismo de Cabo Rojo y, a la vez, permitir la explotación de las tierras raras. Por ejemplo, una opción seria mudar el procesamiento de las tierras raras a las inmediaciones de Duverge o Enriquillo (no a la isla Beata u otro lugar externo). El grafico que se adjunta, generado por la inteligencia artificial (ChatGPT-4) es un buen comienzo de esa trascendental tarea. ¿Es razonable ese grafico? ¿Deberíamos mudar el desarrollo de Cabo Rojo más al sur, a Bahía de las Águilas, para alejar más al turismo de las tierras raras? ¿O preferiríamos explotar las tierras raras y olvidarnos del turismo? La Academia de Ciencias y la Comisión Ambiental de la UASD deben comenzar de inmediato a emplearse a fondo. La pobreza no puede esperar y la gran incertidumbre menos.
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