La supuesta muerte del jefe del cuerpo de operaciones especiales Wagner suscita muchas interrogantes porque dicen cosas que no cuadran. Se sabe que el Sr. Prigozhin tomaba muchas medidas de seguridad antes de viajar en sus aviones, entre las que están medidas evasivas como la de viajar con dos aviones iguales y tomar la elección a última hora de en cual montarse, de manera que no se entiende cómo un avión salió desde un aeropuerto y el otro avión desde otro aeropuerto y mucho menos con 40 minutos de diferencia.

Luego, con el poder que tenía Prigozhin podía ordenar que su nombre no estuviese en la lista de pasajeros. Además, esos aviones están sometidos a una exhaustiva vigilancia y control por asistentes del propio grupo Wagner por lo que hay que descartar que le colocaran una bomba. Finalmente, el segundo avión llega a San Petersburgo y desde allí se dirige fuera de Rusia.

Yo no me tomo ese café, Ya hubo una ocasión en que Prigozhin simuló su muerte. Para mí, ha sido un teatro, mal montado, en que, evidentemente, la idea ha sido sacar de la escena a la plana mayor del Grupo Wagner y poderla sustituir con comandos más plegables al mando superior del ejército ruso.

Es sabido que entre el Estado Mayor del ejército ruso y Prigozhin existían contradicciones que se expusieron durante los combates por Bajmut. Pienso que el objetivo es sacar de escena a este señor. Mi crítica es que el engaño no fue bien hecho, ha sido totalmente burdo y por tanto lleno de cabos sueltos.

Lo cierto es que ya no veremos más a Prigozhin en el escenario de la guerra de Ucrania y para mí es lo mejor pues esas posturas y desacatos en medio de la batalla, denunciando al Estado Mayor ruso de ser “tacaños“ con el suministro de municiones es una locura, cosa que de ser desmoralizante también crea confusión. Son posturas más de un payaso de niño rico que de un comandante de batallón.