Según reveló ayer (07-18-25) el Instituto de los Dominicanos en el Extranjero, 2, 874,128 dominicanos viven actualmente fuera del país.
Pero como solo se han contado los que residen legalmente en los países donde se encuentran, no sería atrevido pensar que estos podrán sumar fácilmente unos 3.5 millones.
Y como el X Censo Nacional de Población y Vivienda 2022 estableció una población de 10.7 millones, los dominicanos seríamos ya unos 14.2 millones.
Esto equivale a decir que, aproximadamente, 1 de cada 4 dominicanos (25%) vive en el extranjero.
Pero, para los fines de este breve comentario, no solo tomaré en cuenta a los que ya partieron, sino también a los que partirían, si tuvieran la oportunidad de hacerlo.
Según las encuestadoras, el porcentaje de dominicanos que abandonaría el país, si tuviera oportunidad de hacerlo, oscila entre 40 y 50 por ciento (Gallup 2017, 49 %; Gallup 2023, 46 %; Investigaciones Digitales y RCC Media 2023, 40 %).
De manera, que si 1 de cada 4 (25 %) ya vive en el extranjero y aproximadamente la mitad de los que todavía viven en el país partirían, si tuvieran oportunidad de hacerlo, tan solo 1 de cada 4 (25%) tendría un argumento (no necesariamente válido, pero argumento al fin) para sostener una postura antiinmigrante, porque ni vive fuera ni tiene intención de hacerlo.
Al resto de los dominicanos (75 %), definitivamente no les luce una postura antiinmigrantes, que rechace la presencia en el país de inmigrantes pobres y negros igual que ellos.
Pero no pocos tienen la desvergüenza de asumir esa postura. Desdichados seres que no quieren extraños en su casa, pero se fueron o desean irse a vivir a casa ajena.
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