Ayer el Senado de la República reconoció a un amigo/hermano, Manuel Ernesto Veloz, por sus más de tres décadas dedicadas al desarrollo del principal destino turístico del Caribe desde la presidencia de la Asociación de Hoteles del Este (ASOLESTE).
No siempre la medallas o pergaminos que se entregan en actos como el de ayer, se sustentan en un sólido y extendido historial de servicio a la sociedad, al progreso de una comunidad y al desarrollo del pais, como hizo Ernesto, a quien conocí cuando iniciaba su caminar presidiendo a esa organización.
Formaba parte del equipo que gestionaba el Costa Bávaro Beach Resort, uno de los primeros proyectos inmobiliarios turísticos que se iniciaron en Punta Cana, impulsado por Grupo Intercaribe. Nos encontramos, porque yo tenía varios años como responsable de la comunicación de ASONAHORES, y como nativo de Higüey, estaba muy pendiente del desarrollo turístico en mi región.
Me acercó a él la coincidencia en la valoración del turismo como una interesante oportunidad de desarrollo para nuestro país. Eran los años en que el turismo era una idea, un sueño, una atractiva tentación para mentes abiertas a nuevas opciones, dispuestas participar en una tentadora aventura de cambio, posible, pero que exigía imaginación, y fe en las nuevas opciones que se abrían espacio en la economía mundial. Eran tiempos en que mirábamos a México que ya era una potencia turística latinoamericana.
Ernesto pronto me abrió las ventanas de su alma y me mostró su capacidad para conducir procesos complejos, esquivar las trampas de la política de baja estatura, navegar en mares revueltos, enfrentar situaciones difíciles, y como dijo el senador de la Provincia La Altagracia, Cholitín Duluc, “su capacidad para buscar consenso, y unir voces distintas”. Para “sentarse a la mesa con calma, escuchar con respeto y recordar que las soluciones más sólidas nacen del diálogo”.
Él ha sabido construir, como dijo el senador, el “equilibrio perfecto entre el consenso y la crítica responsable”, y un “convencido de que el consenso es posible cuando se defiende la verdad, cuando se protegen los intereses de la gente y cuando se tiene el valor de decir: esto no conviene, esto no es justo, o esto afecta al país”.
Transitar por el camino que ya está asfaltado, aún en los días lluviosos o de tempestad, es relativamente fácil. Lo complejo es construir la carretera, asfaltarla y convertirla en un camino fácil y de éxitos. Ernesto se ha ganado la medalla que le entregó el Senado por su dedicación, paciencia y su capacidad de interpretar los retos y manejar la complejidad de los proceso sociales y políticos, en los tiempos difíciles en que se construye el destino de una región con nuevas ideas.
El turismo era un camino en construcción y sumarse al proceso era un reto en los días en que él llegó a Punta Cana, y aceptó asumir ASOLESTE, y dedicarse a consolidar la unidad del empresariado turístico y construir un puente entre el turismo y la comunidad, y las instituciones del Estado. Lo hizo. llegó a la meta y se ganó el reconocimiento y los aplausos de ayer en el Senado. ¡Bien Ernesto! Mereces esa medalla.
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