La carrera científica de Sigmund Freud se inició en una época en que declinaba la enorme influencia que había tenido la Fisiología de la Naturaleza en la salud física y mental en Francia, Viena y Alemania.
Para el año 1873, primaba el Principio Fundamental de la Visión Metafísica sobre la realidad de la Ley de las Polaridades, a través de la cual los científicos sustentaban la existencia de fuerzas antitéticas como la noche y el día, el sueño y la vigilia. Es decir, fuerzas opuestas o contrarias.
En ese contexto de complejidad científica, el joven Sigmund Freud mostró interés por la Fisiología de la Naturaleza, expresando su deseo de estudiar medicina después de asistir a una conferencia del profesor Carl Bruhl sobre Anatomía Comparada. Es decir, una conferencia sobre el estudio de las semejanzas y diferencias en la anatomía de los organismos vivos.
Por su parte, cuando Freud estudiaba medicina, la Fisiología de la Naturaleza fue desentronizada como dominante por la Fisiología Física, cuyo promotor fue Johannes von Müller, un influyente zoólogo y filósofo, quien emprendió la tarea de darle a la ciencia de los organismos vivos un fundamento físico y químico, haciendo de la Fisiología la más atractiva de las disciplinas científicas de la época.
Como tal, Johannes von Müller, Herman von Helmholtz, Carl Ludwig, Emil Du Bois-Reymond y Emst von Brucke, formaron una especie de club privado, sustentando con datos científicos que en el organismo humano, no existían otras fuerzas activas que no fuesen las fuerzas físicas y químicas inherentes a la materia.
En ese contexto de auge y predominio de la Fisiología Física, Freud y Josef Breuer iniciaron las investigaciones sobre la histeria, cuyo propósito era conocer las causas que provocada esta misteriosa enfermedad.
No obstante, en el año 1885, Freud se dedicó a investigar sobre la Fisiología del Cerebro y la neurología clínica, trabajando directamente con personas con trastornos psicopatológicos, especialmente, aquellos pacientes con síntomas histéricos complejos.
Ya para el otoño del año 1885 al invierno del 1886, Freud realizó estudios en París, donde asistió regularmente a las conferencias que J.M. Charcot ofrecía los martes. La cautivante atracción que ejerció Charcot en Freud, la expresó Freud con las siguientes palabras: “Como maestro, Charcot era realmente fascinante, pues cada una de sus clases era una pequeña obra de arte por su plan y realización”.
Los apuntes y reportes sobre el conocimiento de la teoría y los métodos terapéuticos de Charcot, les permitió a sus analistas colegir que, dicha teoría provocó en Freud un interés por conocer e indagar sobre los fenómenos histéricos, incorporando a sus prácticas de neurología clínica los conocimientos científicos franceses para el tratamiento de la histeria.
Asimismo, ya para el año 1926 Freud asumió la teoría de Josef Breuer al decir, que “el aparato psíquico tiene la tendencia a mantener la suma total de las excitaciones histéricas, por lo que aplicó en sus consultas clínicas el método catártico (purificador o purgante) con los pacientes histéricos con sintomatología compleja, incluyendo los tratamientos en los casos de la neurosis de angustia.
Según Siegfried Banfield, las Teorías y los Aportes de Freud en materia de salud mental, concebían al organismo humano como una totalidad. Es decir, cuerpo, cerebro, células y conexiones cerebrales, así como sus vínculos con el mundo exterior, vivencias y experiencias catastróficas, colocando como ejemplos, a los pacientes con trastornos histéricos y neuróticos.
En tal sentido, las Teorías Freudianas fueron aportes extraordinarios para comprender la neurosis, especialmente, la histeria y otros cuadros psicopatológicos manejados actualmente por los neuropsicologos, tomando en cuenta las bases científicas aportadas por Freud para el tratamiento de la mayoría de los trastornos psicoemocionales conocidos hasta la fecha.
En cuanto al análisis e interpretación de la sexualidad humana, los aportes de Freud fueron extraordinarios, especialmente, aquellos aspectos relacionados con la eyaculación precoz y la impotencia sexual, así como otros síntomas o patologías relacionados con la sexualidad humana.
Como hemos podido observar en el cuerpo de este artículo, Sigmund Freud fue un pensador y científico, que hizo aportes extraordinarios a la Medicina y a la Psicología, al descubrir que la mente humana tiene una vida psíquica inconsciente, y que, hay muchos comportamientos humanos que las personas no los controlamos conscientemente.
Freud descubrió que el Yo, es la instancia psíquica encargada de hacer que la fuerza del Ello no tome el control del organismo humano y asuma decisiones catastróficas a corto plazo, y que el Superyó no llegue a asfixiarnos por su carácter restrictivo.
Para Freud, la psiquis humana es extremadamente compleja e indescriptible, indicando que existen millones de seres humanos que llevamos una vida carente de autoconocimiento, carácter, autocontrol, sentido y gobernados por sus temperamentos, sus impulsos y sus instintos extremadamente anárquicos y narcisistas.
“Siempre termino liderando los proyectos, no sé por qué” (La anterior es una de las tantas expresiones de las personas narcisistas).
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