Todos los que, de una manera u otra, ayudamos a ganar a la oposición en las elecciones del año 2020 en nuestra condición de aliados parciales y temporales del PRM, nunca advertimos que la racha de los gobiernos erráticos del PRD se mantendría con la llegada de Luis Abinader y los modernos al poder.

Creímos, de manera infantil, que la experiencia caótica de la gestión de Hipólito Mejía no se repetiría y que este era un caso aislado, pero nada más incierto que eso porque está comprobado que, penosamente, los perredeístas, ahora perremeístas, no saben gobernar.

Aunque el gobierno actual no ha llegado a una crisis como la cambiaria y bancaria del gobierno de Mejía, un memorial de errores que les presentaré a continuación demuestra claramente la incompetencia de los popis que nos mal gobiernan.

El altísimo costo de la vida; la gente ya no sabe qué hacer, los alimentos y medicamentos aumentan a diario, y el 20 % de los salarios de miseria se gasta en transporte.

Inseguridad pública; las calles están tomadas por la delincuencia y la ciudadanía se mantiene en vilo y en temor absoluto.

Endeudamiento externo récord; en solo cinco años, la gestión del presidente Abinader ha tomado la friolera de casi 28,000 millones de dólares, más que todos los gobiernos anteriores juntos.

Aumento colosal de los gastos corrientes y bajísima inversión de capital en el presupuesto nacional; esto confirma la mala calidad del gasto público.

De lo poco recursos asignados a obras de infraestructura, se ha comprobado por reiteradas denuncias públicas que estas son de pésima calidad.

Los constantes apagones financieros tienen en agotamiento colectivo al país, hastiados de los mismos y del incremento injustificado y permanente de la factura eléctrica.

El inexplicable y desproporcionado aumento del costo de la construcción está impidiendo que la clase media hoy pueda adquirir una vivienda.

Crisis migratoria; el pueblo se ha empoderado del tema, mientras el gobierno hace mutis sobre las acciones para solucionar la misma.

Aumento de la corrupción de los actuales funcionarios públicos; las pruebas son palpables, por lo que han perdido la autoridad moral para perseguir a los funcionarios de gestiones anteriores.

Descontrol y aumento súbito de precios en los colmados, producto de un control de la cadena de suministros por los oligopolios, pero también por la especulación y el acaparamiento de los colmaderos.

El gobierno tiene un déficit fiscal que alcanza el 3.47 % del PIB en este 2025, y para cubrir el mismo, se sigue con el festival de préstamos.

SENASA lo quebró el clientelismo de la reelección al incluirle, sin presupuesto para ello, casi dos millones de afiliados al seguro subsidiado de salud.

Aumento de la pobreza e indigencia por sus fueros; las ayudas sociales del estado a vulnerables por los montos asignados son ridículas.

Colapso en hospitales públicos, ya que les falta de todo para atender la demanda ciudadana.

Crisis en el abastecimiento de agua potable; eso es el colmo de la ineptitud, porque eso sí tiene desesperada a la población.

Aumento de las inundaciones en nuestras calles; cientos de millones en pérdidas materiales por la falta de inversión para resolver el grave drenaje pluvial y sanitario.

La ralentización en la atención ciudadana en las instituciones públicas contrasta hoy con la eficiencia de servicios en los gobiernos anteriores.

Desmejoramiento de la calidad educativa; la falta de aulas y el bajo nivel de aprendizaje del alumnado son preocupaciones, sobre todo por la gran inversión del 4 % del PIB.

El alto nivel de desempleo, la escasez de fuentes de trabajo y la falta de calidad de los mismos hacen que la desesperanza se apodere, sobre todo, de la juventud.

Aumento del consumo de drogas y de los puntos de venta de la misma; Abinader no solo debe actuar para evitar el trasiego de cargamentos hacia EUA y Europa, sino que tiene que poner suma atención al grave daño que se le está haciendo a nuestra juventud, con el porcentaje en drogas que se les deja como pago por parte de los carteles a la estructura local; las drogas terminan en los barrios, enfermando a nuestra población.

La grave denuncia del Tribunal Constitucional de que el gobierno está desacatando 92 sentencias del más alto tribunal de la nación muestra el país en el que estamos viviendo.

Aumento exponencial de la crisis de valores en nuestra sociedad; esta delicada realidad encuentra a una administración gubernamental que no está haciendo nada para evitar que esto acabe con los cimientos fundamentales de nuestra nación.

Como verán, mis queridos lectores, soy consciente de que esta lista se queda corta ante las múltiples situaciones que nos afectan; lo paradójico es que, mientras el país se cae a pedazos, la irresponsable dirección del PRM y sus principales líderes están en precampaña presidencial adelantada, de manera abusiva e ilegal, y aun más, el pueblo sabe que todos están administrando fondos del Estado.

Lo peor que tiene este Gobierno es que no se parece en nada a la población que dice representar, porque la amplísima mayoría de sus funcionarios son caucásicos, donde el 93 % son mestizos, mulatos y negros; son ricos en un país de clase media, pobres e indigentes, y parte de ellos son hijos o nietos de extranjeros, por lo cual tienen pocas raíces auténticamente dominicanas.

Ni siquiera el esfuerzo del trabajador presidente Abinader ha podido evitar los resultados desastrosos de su gestión, por las irresponsables acciones de sus principales funcionarios. Solo me resta decirles a los modernos que no abusen de la paciencia del pueblo, recordándoles la frase del reconocido analista y consultor político Moisés Naim: cito “El poder se ha hecho más fácil de obtener, más difícil de usar y más fácil de perder”.

José Francisco Peña Guaba

Político

José Francisco Peña Guaba, dirigente político dominicano, Presidente del Bloque Institucional Socialdemócrata (BIS) y Secretario General del Foro Permanente de Partidos Políticos (FOPPPREDOM). Ha ocupado diversas funciones en el tren gubernamental y en cargos electivos, actualmente es diputado del PARLACEN.

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