Si algo merece elogiársele a Luis Abinader, presidente de esta república debatida y debatiente, es su conducta pública: abierta, transparente y ajustada estrictamente a las demandas del trabajo. Abinader no frunce el seño, no baja la mirada, no levanta la voz, no evade responsabilidades y, lo mejor: no discute con nadie, sea de izquierda o de derecha, ni les da respuestas a Leonel Fernández, a Danilo Medina ni a nadie más que lo cuestione en sus quehaceres. Pero tampoco los menciona por haber cometido algún error cuando trabajaron en el Palacio Nacional durante largos veinte años… (Obvio: entiende que las cosas se juzgan por sus resultados).

Ramón Colombo

Periodista

Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.

Ver más