Estoy cansado de oír a algunos dominicanos hablar mal del arro-habichueli-carne, el más excelso producto de toda la historia patria. Oh, si hasta hay gentes, generalmente de derecha, que niega admitir que ayer comieron arro-habichueli-carne. Los de izquierda aducen razones contestatarias, por la carestía de la vida y las decisiones de la Junta Monetaria. Hay toda una ofensiva negatoria de la identidad dominicana. Protesto y confieso (contra el menú rimbombante de guisos y salsas raras) que no hay cosa mejor que una buena "Bandera Dominicana", especialmente si hay con-con revuelto en el caldero de la salsa…(Bueno, si es que hay salsa).
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.