La República Dominicana sigue por una senda de progreso y bienestar, en el medio de incertidumbres y tensiones internacionales. Las perspectivas para el 2025 también son muy buenas. En efecto, la economía dominicana concluyó el año 2024, con un sólido crecimiento de 5 %, con una inflación de 3.3 %, el déficit fiscal fue menor al presupuestado de 2.9 % del PIB o RD$ 217,754 millones, y con una política monetaria moderadamente expansiva con el objetivo de mantener la liquidez del sistema financiero necesaria con los objetivos de desarrollo. Se proyecta el crecimiento del PIB en el 2025 entre 4.5/5 %.
Los sectores generadores de divisas tuvieron un comportamiento muy robusto y positivo en el 2024. El total de ingresos de divisas ascendió a US$ 44,000 millones, que es una cifra muy respetable. Por su lado, el total de las exportaciones nacionales y de zonas francas alcanzaron los US$ 13,852 millones, desglosado en exportaciones nacionales US$ 5,435 millones y de las zonas francas se exportaron un vigoroso US$ 8,417 millones. Estos son resultados muy elocuentes. Las perspectivas de exportar aún más en 2025 son muy alcanzables y reales.
Las remesas de dominicanos ausentes ascendieron a US$ 10,756 millones, y crecen cada año. Los ingresos por turismo, de acuerdo con el Banco Central, aumentaron a US$ 10,974 millones, con una oferta hotelera y redes de transporte aéreo muy diversificada y en crecimiento. La inversión extranjera directa sigue creciendo cada año y ascendió en 2024 a US$ 4,512 millones, en inversiones en proyectos hoteleros, industriales, inmobiliarios y mineros. También hay una notable cartera de inversiones externas en bonos y valores del país y el manejo y pago de la deuda pública, externa e interna, es muy confiable y cumplidor.
La República Dominicana está bien afianzada y con una sólida economía muy diversificada, que puede aguantar y ser muy resiliente
Como resultado del dinámico panorama económico, se estima que el déficit de la Cuenta Corriente terminó en un 3 % del PIB. El monto de las reservas monetarias internacionales concluyó el año con US$ 13,388 millones, ligeramente inferior al del año anterior, pero que representa un nivel adecuado de cinco meses de importaciones. De hecho, la tasa de cambió se devaluó en el 2024 en un 5 %, que es un ajuste cercano a la inflación y manejable, necesario para mantener la competitividad de los sectores generadores de divisas.
La política monetaria se mantuvo proactiva para mantener la liquidez del sistema y apuntalar el crecimiento económico, con estabilidad. En más de una ocasión durante el año se liberó el encaje legal por un monto de RD$ 35,355 millones, para dirigir los fondos a financiar viviendas sociales y mipymes. También se redujo la Tasa de Política Monetaria a 5.75 %, del 7 % que estaba a finales de 2023, para inducir a la baja las tasas activas de interés bancaria.
A través de diversos instrumentos monetarios el Banco Central y la Junta Monetaria inyectaron al sistema RD$ 175,000 millones, para estimular la economía después del grave impacto de la pandemia covid-19 y para apoyar a los sectores productivos. La cartera de préstamos bancarios hacia el sector privado aumentó en un 13.5 %, lo que sin duda estimuló el crecimiento de la economía.
Visión para el 2025
Como hemos podido apreciar, el cuadro macroeconómico de la economía es muy estable y sólido, lo que prepara al país para navegar con éxitos los grandes desafíos e incertidumbres internacionales, en particular de Estados Unidos. Las diferentes medidas económicas y de aumento de aranceles generalizados a prácticamente a todas las naciones, que con inusitada premura ha tomado la administración de Donald Trump, ha puesto en peligro la estabilidad económica y política del mundo. La guerra comercial afectará la inflación, las tasas de interés, el movimiento comercial mundial y los flujos de capitales de los Estados Unidos.
El radicalismo extremo de la derecha populista de Trump y de sus partidarios MAGA, en poco tiempo mantienen en vilo y en desasosiego al mundo y a las economías de los países emergentes. El entorno internacional de guerras arancelarias, de amenazas de disputas por impuestos, conflictos comerciales y el asomo de una recesión en Estados Unidos, no puede ser un ambiente global más alarmante para el mundo. Si aumenta la inflación estadounidense, como todo indica que sucederá, esto podría afectar las tasas de interés y los flujos de capitales en nuestro país, pero no creo que causaría ninguna crisis interna.
Sin embargo, la República Dominicana está bien afianzada y con una sólida economía muy diversificada, que puede aguantar y ser muy resiliente. No me parece que seamos afectados por la cola de la tormenta. Para empezar, comercialmente somos nosotros lo que tenemos un enorme déficit comercial con Estados Unidos de más de US$ 6,000 millones. Es decir, es el vecino del norte el que tiene un ventajoso superávit en la balanza comercial, por lo tanto, no lo van a protestar ni amenazar. En política estamos muy alienados con Estados Unidos en materia de seguridad, en posiciones diplomáticas y la lucha contra el narcotráfico.
Algunos consideran que de caer en recesión Norteamérica, podría afectar al turismo, remesas, las tasas de intereses o a la inversión extranjera en República Dominicana. No creo que afectaría a nuestro país, pues la fortaleza de la macroeconomía y la estabilidad nos mantendrán protegidos y en buen y sólido desempeño. La tranquilidad política y social del país es otra gran garantía. Si pudiera afectar las deportaciones de dominicanos indocumentados residentes en Estados Unidos y en las remesas, pero no sería en números relevantes que incidieran en la economía y su estabilidad.
El 2025 seguirá siendo un año de crecimiento con baja inflación y equilibrio macroeconómico, que es tan indispensable. Las autoridades proyectan un crecimiento del PIB entre 4.5/5.0 %, y con inflación dentro de la meta del 4 %. Los sectores generadores de divisas, inversiones y empleos seguirán creciendo. Sería muy recomendable fortalecer la economía con más inversiones públicas y privadas, más obras y proyectos, que tanto generan encadenamientos de los sectores productivos y la creación de empleos. En resumen, el país tiene una economía sólida, competitiva y rentable para los inversionistas, con una robusta democracia.
Compartir esta nota