El 11 de agosto de 2025, Colombia y América Latina se estremecieron con la noticia de la muerte de Miguel Uribe Turbay, senador y precandidato presidencial del Centro Democrático, tras más de dos meses en cuidados intensivos por un atentado en Bogotá. A los 39 años, Uribe, herido de bala el 7 de junio durante un mitin en el barrio Fontibón, dejó un vacío en la política colombiana y renovó el debate sobre la violencia política en la región. Para los dominicanos, esta tragedia recuerda los desafíos de la democracia en América Latina. ¿Quién fue este líder? ¿Por qué su muerte marca un antes y un después? En esta nota, exploramos su vida, su legado y el impacto en las elecciones de 2026.
Una vida marcada por la política y la tragedia
Nacido en Bogotá el 28 de enero de 1986, Miguel Uribe Turbay creció en una familia con un profundo legado político. Nieto del expresidente Julio César Turbay (1978-1982) y hijo de la periodista Diana Turbay, asesinada en 1991 tras ser secuestrada por el cartel de Medellín, Uribe llevó la política en la sangre. Estudió Derecho en la Universidad de los Andes, con posgrados en políticas públicas en Harvard, y destacó como concejal de Bogotá (2012) y secretario de Gobierno (2016). En 2022, se convirtió en el senador más votado de Colombia, con 223,167 votos, liderando la oposición al gobierno de Gustavo Petro.
Su camino a la presidencia
Uribe anunció su precandidatura para las elecciones de 2026 en marzo de 2025, centrando su campaña en seguridad, inversión extranjera y reducción de impuestos. Como líder del Centro Democrático, fundado por el expresidente Álvaro Uribe, fue una voz crítica contra Petro, lo que lo convirtió en un blanco de tensiones políticas. Según encuestas, lideraba las preferencias para 2026, lo que hacía de su atentado un golpe al panorama electoral.
El atentado que conmocionó a Colombia
El 7 de junio de 2025, durante un mitin en Fontibón, un joven de 15 años disparó contra Uribe, hiriéndolo en la cabeza y la pierna. Tras múltiples cirugías en la clínica Santa Fe de Bogotá, su estado era crítico. El 9 de agosto, una hemorragia cerebral agravó su condición, y falleció el 11 de agosto a la 1:56 a.m., según confirmó el hospital. Las autoridades arrestaron al menor y a varios cómplices, investigando posibles vínculos con grupos armados como Segunda Marquetalia.
Un legado que trasciende
Uribe deja una esposa, María Claudia Tarazona, y un hijo, Alejandro. Su muerte reavivó el dolor por la violencia política en Colombia, recordando el asesinato de su madre. En República Dominicana, su historia resuena como un llamado a proteger la democracia en la región. Sus propuestas de seguridad y desarrollo económico inspiran debates sobre el futuro político de América Latina.
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