El Gobierno de Perú anunció este lunes que ha decidido romper relaciones diplomáticas con México por otorgarle asilo a Betssy Chávez, ex primera ministra del izquierdista Pedro Castillo (2021-2022), procesada junto a él por el fallido intento de golpe de Estado de finales de 2022.
"El Gobierno peruano ha decidido romper relaciones diplomáticas con México", informó en una rueda de prensa el ministro peruano de Exteriores, Hugo De Zela.
El canciller explicó que esta decisión se ha tomado "frente a este acto inamistoso y teniendo en cuenta las reiteradas acciones en que el actual y el anterior presidente (Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente) de ese país han intervenido en los asuntos internos del Perú".
De Zela sostuvo, en ese sentido, que el Gobierno peruano hoy ha "conocido con sorpresa y con profundo pesar que la expremier Betssy Chávez, presunta coautora del golpe de Estado que pretendió dar el expresidente Pedro Castillo" se encuentra en la embajada del país norteamericano.
"Quiero lamentar profundamente que el Gobierno mexicano persista en su equivocada e inaceptable posición, que ha llegado al punto de obligarnos a romper relaciones diplomáticas con un país con el cual hasta antes de estos hechos teníamos una relación fraternal y múltiples coincidencias", remarcó.
El canciller aclaró que la ruptura de las relaciones diplomáticas "no significa" que se hayan "roto relaciones consulares" con México.
De Zela también dijo que ahora lo que "tiene que ocurrir es recibir una comunicación formal del gobierno de México para dar inicio al proceso" del eventual asilo para Chávez, algo que aún no ha sucedido, según precisó.
Betssy Chávez está siendo procesada por la Justicia de Perú por su presunta participación en el fallido intento de golpe de Estado que dio el 7 de diciembre de 2022 el entonces presidente Pedro Castillo, de quien era primera ministra.
Chávez fue liberada a inicios de septiembre pasado mientras se encontraba en una clínica de Lima, en la que fue internada por presentar signos de deshidratación tras la huelga de hambre que mantuvo durante 12 días en la prisión en la que estuvo detenida desde junio de 2023.
El Tribunal Constitucional (TC) había ordenado poco antes su excarcelación inmediata al determinar que había sido víctima de una detención arbitraria cuando la Fiscalía no solicitó a tiempo la ampliación de su prisión preventiva.
Tanto la actual presidente de México, Claudia Sheinbaum, como su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, han exigido en varias oportunidades la libertad de Castillo al considerar que fue este quien en realidad sufrió un golpe de Estado que atribuyen a los grupos de poder peruanos que dominan el Congreso.
Castillo insiste en que aún es presidente de Perú y que su destitución fue ilegal
El expresidente Castillo insistió este viernes en que todavía sigue siendo el mandatario constitucional del país andino al advertir que fue destituido de forma "inconstitucional" tras protagonizar un fallido intento de golpe de Estado en diciembre de 2022.
En su alegato de defensa ante la subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso, que trata una demanda para inhabilitarlo políticamente y que no pueda ser candidato en las próximas elecciones de 2026, Castillo recriminó a los parlamentarios su comportamiento obstruccionista frente a su Gobierno y su baja aceptación entre peruanos, que apenas llega al 5 %.
"El día de hoy estoy ante un Congreso totalmente deslegitimado, ante un Congreso que no tiene vergüenza, ni moral, ni política, ni ningún espacio ni en la calle, ni dentro de sus propios pasos", señaló Castillo desde Barbadillo, la prisión reservada para expresidentes de Perú, donde está recluido desde el 7 de diciembre de 2022.
Ese día, Castillo dio un mensaje a la nación donde anunció el cierre del Parlamento ante la posibilidad de que ese mismo día el Legislativo promoviese una moción de vacancia (destitución presidencial) tras salir a la luz indicios de corrupción que apuntaban directamente al mandatario.
Sin embargo, el expresidente no tuvo apoyo de la Policía y de las Fuerzas Armadas, por lo que fue detenido cuando aparentemente se dirigía a la Embajada de México para refugiarse junto a su familia, al tiempo que el Congreso convocaba un pleno de urgencia para votar ipso facto su destitución.
Horas más tarde, el Congreso destituyó a Castillo con 101 votos y sin darle opción de defenderse, un número insuficiente para haber procedido con la destitución el mismo día, ya que para eso se requerían 104 votos, equivalentes a cuarto quinto de la cámara, como sí sucedió recientemente con su sucesora, Dina Boluarte, que fue removida del cargo con 123 votos y con opción a defensa hace dos semanas.
"A su títere Boluarte la vacaron con más de 104 votos, conmigo no pudieron. Por eso sigo siendo presidente constitucional de la República, secuestrado en Barbadillo. Por eso me dirijo al pueblo peruano: no más partidos como estos, no más congresistas mediocres", señaló Castillo.
"A raíz del golpe ocasionado por este Congreso, hoy el pueblo no solo se vuelca en las calles, sino que pide mi libertad y mi restitución", agregó al recriminar a los parlamentarios que permitiesen que el presidente en funciones del país fuese detenido sin haber sido antes destituido.
El izquierdista enfatizó en la baja aceptación que tienen el grupo de partidos de derecha que controla el Congreso peruano. "Me tienen acá (en prisión) porque no acepté firmar su hoja de ruta", aseveró Castillo.
"Hoy me quieren limitar porque a nadie les reciben en ninguna plaza. Son repudiados. Les reto a caminar a cada uno de ustedes por cualquier calle. Me pueden inhabilitar, pero haciendo eso tendrán sus propias respuestas en el pueblo. Políticamente este Gobierno de facto y este Congreso ha amontonado piedras para su propia tumba", agregó.
Castillo incidió en su inocencia ante el juicio donde la Fiscalía pide una condena contra él de 35 años de cárcel por rebelión, si bien el tribunal está evaluando cambiar el tipo penal de la acusación en mitad del proceso por el de conspiración al considerar que el de rebelión no aplica en el caso del exgobernante.
El izquierdista culminó su alegato señalando que está "del lado correcto de la historia" y que "no pondrá acabar con una persona que les quiere quitar sus derechos (a los congresistas)", entre los que llamó "basura" al fujimorista Fernando Rospigliosi, que ocupa actualmente la Presidencia del Legislativo, y que le respondió en redes sociales con emoticonos de carcajadas.
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