El Gobierno de Estados Unidos aseguró este lunes que utilizará el fondo de emergencia del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) para financiar la mitad de los subsidios de quienes dependen de él para comprar comida, en torno a un 12 % de la población, y que están congelados desde el sábado por el cierre del Gobierno federal.
El Departamento de Agricultura, del que depende el SNAP, afirmó -en una declaración presentada ante una corte de Distrito del estado de Rhode Island- que "tiene la intención de agotar los fondos de emergencia del SNAP y proporcionar prestaciones reducidas del SNAP en noviembre de 2025″.
Por su parte, el Departamento de Justicia respondió -en otra declaración- que "cumplirá su obligación de gastar la totalidad de los fondos de contingencia del SNAP".
Sin embargo, el fondo cuenta actualmente "con un total de 4.650 millones de dólares", según el escrito de la cartera de Justicia, por lo que servirá para cubrir en torno al 50 % de las asignaciones de los hogares elegibles para el subsidio. En la actualidad, 42 millones de estadounidenses dependen de estas prestaciones.
"Esto significa que no quedarán fondos para los nuevos solicitantes del SNAP certificados en noviembre, la asistencia en caso de catástrofes o como colchón frente a las posibles consecuencias catastróficas del cierre total del SNAP", añadió el comunicado.
Esta decisión llega después de que dos jueces federales ordenaran al Gobierno presentar un informe sobre la distribución de los fondos y se mostraran a favor de que ese dinero se utilizara para pagar a los beneficiarios del programa.
Originalmente, el Departamento de Agricultura dijo que no tenía intención de usar los fondos de emergencia para financiar el plan de cupones para alimentos durante el cierre de la Administración federal.
Pese a que con esta decisión quedarían cubiertos la mitad de los bonos, queda por ver qué va a hacer la Administración Trump para financiar el resto si el Gobierno federal se mantiene cerrado.
El cierre del Gobierno, que este lunes entró en su trigésimo cuarto día, está a un día de igualar el más largo de la historia y, a medida que se alarga, se están incrementando los reproches entre demócratas y republicanos.
Por un lado, los liberales hacen presión para que se prolonguen los subsidios al programa Obamacare, que ofrece seguros de salud asequibles, y urgen a la Administración Trump a encontrar una financiación a los cupones para comida.
Mientras que los republicanos acusan a los demócratas de querer dar asistencia sanitaria a inmigrantes indocumentados e insisten en exigirles que abran el Gobierno para luego negociar las ayudas.
Esta previsto que esta tarde el Senado celebre una nueva votación del proyecto para abrir el Gobierno provisionalmente, aunque no hay signos de que el resultado vaya ser diferente al de los otros trece intentos anteriores.
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