La fiscalía de Brasil solicitó este martes a la Corte Suprema que condene al expresidente Jair Bolsonaro por "asociación criminal armada" y "golpe de Estado", en un proceso que ha desencadenado una crisis diplomática entre Brasil y Estados Unidos.
Bolsonaro, de 70 años, enfrenta un juicio ante el máximo tribunal acusado de haber liderado una “organización criminal” para desconocer los resultados de las elecciones de octubre de 2022 e impedir la toma de posesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Cuatro meses después del inicio del proceso, la fiscalía reafirmó su tesis de que Bolsonaro, capitán retirado del Ejército, y siete de sus excolaboradores más cercanos intentaron “garantizar su permanencia autoritaria en el poder mediante intentos de perturbación violenta del orden democrático”, según un documento oficial divulgado en la madrugada.
El juicio ha provocado reacciones internacionales. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 9 de julio la suspensión del 50% de las importaciones brasileñas a partir del 1 de agosto, alegando una supuesta “caza de brujas” contra el exmandatario.
Para la fiscalía, Bolsonaro actuó “de forma sistemática” durante su mandato (2019–2022) y tras su derrota ante Lula, con el fin de “incitar a la insurrección y desestabilizar el Estado democrático de derecho”, generando un “ambiente propicio para la violencia y el golpe”.
Una vez comprobada la participación de Bolsonaro en los hechos, el Ministerio Público solicitó que sea condenado por los delitos de “organización criminal armada”, “tentativa de abolición del Estado democrático de derecho”, “golpe de Estado” y otros cargos que, en conjunto, podrían significar una pena superior a 40 años de prisión.
El exmandatario, quien se declara perseguido político, reaccionó con dureza contra la fiscalía, negó los cargos y denunció irregularidades en el proceso: “Una condena sería una violación del debido proceso”, afirmó en declaraciones al portal Poder360.
Conflicto con Trump
“La forma en que Brasil ha tratado al expresidente Bolsonaro (…) es una vergüenza internacional. Este juicio no debería estar ocurriendo”, escribió Trump la semana pasada en una carta dirigida a Lula.
El presidente brasileño respondió que busca negociar con el gobierno estadounidense para evitar los aranceles, pero condenó lo que calificó como una “injerencia” del republicano en la justicia brasileña, y anunció posibles medidas de “reciprocidad” en el comercio bilateral.
Por su parte, el presidente de la Corte Suprema, Luiz Roberto Barroso, defendió el “Estado democrático de derecho” y aseguró que el tribunal juzga a Bolsonaro con “independencia” y “basándose en pruebas”.
Se espera que en las próximas semanas se otorgue un plazo para los alegatos finales de la defensa. Cinco jueces deberán decidir el destino del exmandatario de extrema derecha.
El magistrado encargado del proceso, Alexandre de Moraes, ha sido blanco de amenazas de sanciones por parte de Washington, luego de que sectores de la derecha brasileña lo acusaran de “perseguir” a Bolsonaro y criticaran sus fallos contra plataformas de redes sociales estadounidenses.
"Nunca existió intento de golpe"
Este martes, Bolsonaro insistió en que “nunca existió intento de golpe en Brasil”, aunque reconoció durante su interrogatorio haber considerado el uso de “dispositivos constitucionales” para impedir la asunción de Lula.
Sin embargo, la fiscalía sostiene que el expresidente “instrumentalizó el aparato estatal y ejecutó un plan deliberado para atacar las instituciones públicas y el proceso de sucesión”.
Según la acusación, el plan fracasó debido a la falta de apoyo de los comandantes militares. El general Marco Antonio Freire Gomes, excomandante del Ejército, declaró durante el juicio que Bolsonaro propuso declarar un “estado de defensa o de sitio” para anular el resultado electoral y convocar nuevas elecciones.
El presidente Lula afirmó que las amenazas de Trump respondían a una campaña organizada por el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, quien reside en Estados Unidos desde hace meses para obtener respaldo de la Casa Blanca.
Pese a estar inhabilitado por la justicia electoral tras haber cuestionado sin pruebas la fiabilidad del sistema de votación, Bolsonaro sigue siendo la principal figura de la derecha en Brasil y ha reiterado su intención de presentarse en las elecciones presidenciales de 2026.
Lula, de 79 años, también ha confirmado su deseo de competir en los próximos comicios.
(Juan Sebastián SERRANO)
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