El almirante estadounidense Frank Bradley negó este jueves haber dado la orden de matar a los supervivientes del primer ataque del Ejército de EE.UU. contra una lancha que transportaba supuestamente drogas el pasado 2 de septiembre en el Caribe, según dijo a periodistas el senador republicano Tom Cotton.
Bradley compareció en una reunión a puerta cerrada de los comités de las Fuerzas Armadas del Senado y la Cámara de Representantes, que investigan la legalidad de las acciones militares dentro de la campaña antinarcóticos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Esta reunión se celebró después de que legisladores estadounidenses de ambas bancadas pidieran explicaciones a la Administración tras una publicación de The Washington Post, que informó que en ese bombardeo, donde murieron once tripulantes de una lancha que transportaba supuestamente drogas, se ejecutó un segundo ataque para matar a dos sobrevivientes del ataque inicial.
Cotton, que formó parte del encuentro, defendió la postura del almirante y dijo que de estar en su lugar hubiera ordenado múltiples ataques.
En cambio, el legislador demócrata Jim Himes definió lo que observó durante la reunión como "una de las cosas más inquietantes" que ha presenciado en su vida y aseguró que en el video del segundo ataque se ve a dos personas en situación de peligro que son asesinadas por Estados Unidos.
Preguntado por la prensa el miércoles en la Casa Blanca, Trump dijo que el Pentágono publicará el video del segundo bombardeo, aunque restó importancia a la polémica, igual que lo ha hecho el secretario de Guerra, Pete Hegseth, quien afirma que no supervisó directamente la operación.
Un funcionario de Defensa explicó a la cadena NBC News que el almirante consideró que los dos supervivientes fueron considerados como objetivos militares legítimos que pudo identificar como "narcoterroristas".
Tras el primer ataque, los dos supervivientes se comunicaron con otro barco sospechoso de estar involucrado en el tráfico de drogas, dijeron dos personas cercanas al asunto.
Según cifras confirmadas por el Pentágono, desde el inicio de las operaciones militares en agosto pasado hasta la fecha se han producido un total de veintiún ataques contra presuntas lanchas que transportaban drogas, donde han muerto 82 supuestos personas supuestamente vinculadas al narcotráfico.
La Casa Blanca liga las embarcaciones atacadas al Tren de Aragua o el Cartel de los Soles, esquivos grupos criminales con origen en Venezuela que la Casa Blanca ha clasificado como terroristas dentro de su gran despliegue militar en el Caribe y creciente presión sobre el Gobierno de Nicolás Maduro.
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