Cómo se construya un edificio y con qué materiales puede ayudar a disminuir el consumo energético en uno de los sectores que más de este suministro necesita. Para probarlo, en Paraguay evalúan qué tan rápido se derrite el hielo en tres construcciones diferentes con el Ice Box Challenge.
Las edificaciones son una de las fuentes que más energía consumen en todo el mundo. La Agencia Internacional de la Energía calcula que estas infraestructuras necesitan el 30% del suministro energético global y casi el 40% de toda esa energía se gasta en calentar o en ventilar las edificaciones, según el Departamento de Energía de Estados Unidos. Y entre más extremo sea el clima, mayor será el consumo energético.
Pero desde la arquitectura se pueden construir edificios pensados para que necesiten menos aire acondicionado en los tiempos calurosos y menos calefacción en los días fríos. “Se puede lograr por ejemplo que dentro de una casa haya entre 20°C y 25°C, por más que afuera el termómetro esté en 40°C”, explica Juan Manuel Vázquez, director ejecutivo y uno de los fundadores del Instituto Latinoamericano PassivHaus.
Este organismo privado promueve la descarbonización de las edificaciones con diseños que sean sostenibles y pretenden replicar el estándar PassivHaus o vivienda pasiva que nació en Alemania hace más de 30 años. El pionero fue Wolfgang Feist, quien en 1990 construyó la primera vivienda del mundo con este estándar en Darmstadt, Alemania.
En 1996, fundó el centro investigativo PassivHaus Institut y desde entonces ha comenzado a expandirse en ciertas partes del mundo. Al momento en todo el planeta hay cerca de 30.000 edificaciones certificadas con el estándar. En América Latina, existen alrededor de diez, con Chile y Argentina teniendo la mayoría; una en Brasil, otra en México y una más en Uruguay. El edificio piloto en la región fue el Banco BCI Vitacura en Santiago de Chile, construido en 2010.
Pero, ¿en qué consiste el estándar? Su objetivo es reducir la huella de carbono de las edificaciones mediante dos vías: trabajando con materiales que tengan menos energía embebida, es decir que en su producción y transporte se genere menos dióxido de carbono; y con la energía operativa, que es la que consume en un edificio para calentarse o aislarse. Respecto a la primera, la clave es la descarbonización.
En cuanto a la energía operativa, Paolo Cassa, también director del Instituto Latinoamericano PassivHaus, resume que esta se reduce con materiales de alto espesor para aislar térmicamente la construcción. También con diseños herméticos para que no se escape el aire interno ni entre el exterior y con sistemas de recuperación de calor. “El edificio debe respirar como un pulmón, sin perder la temperatura”, indica.
Es por esto que la clave está en la termodinámica. “Es cuestión de estudiar las tres maneras en las que se mueve el calor: conducción, convección y radiación. Y la clave está en que en el vacío no hay ni conducción ni convección”, señala Vázquez. Esto no es una causalidad, teniendo en cuenta que Feist, el pionero de PassivHaus, era físico.
Vázquez lo explica de manera más clara al señalar que gran parte consiste en aislar las construcciones del calor o del frío que hay en el exterior. Para lograrlo, el estándar tiene cinco principios que se basan en cómo cortar el movimiento de las temperaturas exteriores hacia el interior.
Uno de los principios es eliminar lo que se conoce como puentes térmicos para que no haya ninguna conexión entre el exterior y el interior. “La energía fluye como cualquier fluido. Si a un fluido le cortas los caminos de entrada o salida, se va a acelerar por los puentes por donde pueda transitar. Lo mismo pasa con el calor. Si adentro hay 20°C y afuera 30°C, el fluido intentará entrar por donde sea y cuando llega a esos puentes térmicos, pasará rápidamente. Por eso, hay que eliminar esos puentes”, precisa.
Otro punto importante es aislar la edificación con material que no conduzca tanto el calor. Vázquez apunta que es igual a vestirse con ropa de montaña rompeviento en invierno, en vez de utilizar un abrigo de lana. Además, otro objetivo de la construcción es blindarse frente a filtraciones no deseadas de temperatura.
El lugar más difícil para lograrlo son los ventanales. “La ventana es el talón de Aquiles de cualquier edificio”, precisa Vázquez. La razón es porque son los sitios más complejos de aislar de la temperatura exterior. En estándar PassivHaus propone que sean vidrios dobles y que ambos estén separados por algún material que no sirva de puente térmico para el calor, sino que los corte, como lo pueden ser diferentes materias plásticas. Otra opción es crear un vacío entre los dos vidrios con cámaras de aire: “Sirve especialmente para los climas más extremos, como la Antártida, porque en el vacío no hay conducción ni convección, entonces la energía no se mueve”, explica.
Finalmente, está el principio más básico y más barato de todos: posicionar el edificio pensando en la posición del sol y en las posibles sombras que pueda recibir. Por ejemplo, que no haya muchas ventanas al este y al oeste, por el sol naciente y el poniente. “Cómo se oriente un edificio cambia la trayectoria del sol y cambia también las sombras que ese edificio tenga. No requiere dinero, sino cabeza”, sostiene Vázquez.
Ice Box Challenge llega a Paraguay
Con estos diseños arquitectónicos, se calcula que una edificación puede ahorrar entre el 75 y el 90% de la energía que consumen los aires acondicionados y las calefacciones. Para probarlo, el estándar PassivHaus creó un reto desde hace casi 20 años y ahora se realiza en Paraguay.
Del 20 al 29 de marzo, guardarán una tonelada de hielo en tres cajas diferentes en Asunción. El objetivo es ver cuál de las tres infraestructuras es capaz de manejar mejor la temperatura para que el hielo se derrita menos. Una caja está construida con los estándares de Paraguay, otra con las guías del Consejo de Construcción Sostenible del país y la última con el estándar PassivHaus.
El reto se ha hecho antes en otros lugares del mundo. Comenzó en 2007 en Bélgica y se ha replicado en sitios como Australia, Nueva York, Glasgow e India, entre otros. Paraguay es el segundo país latino en realizar el Ice Box Challenge después del que se hizo en Chile en 2021. Y esta vez, France 24 es el medio aliado del reto.
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