En una nueva escalada en su enfrentamiento con el sector académico, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suspendió las visas para los estudiantes internacionales que planeaban asistir a la Universidad de Harvard. La Casa Blanca justifica la medida alegando motivos de seguridad nacional, mientras la prestigiosa institución denuncia una represalia política que pone en riesgo a miles de alumnos extranjeros.
Donald Trump cumple su amenaza contra los nuevos estudiantes extranjeros de Harvard: prohíbe sus visas.
Lo que el mundo académico interpreta como un nuevo paso en la ofensiva de su administración contra la educación superior, la Casa Blanca lo justifica como una medida necesaria para proteger la “seguridad nacional.
Inicialmente se establece que la prohibición será por un período inicial de seis meses en la universidad que hace parte de la Ivy League. Sin embargo, la suspensión puede extenderse más de seis meses.
"He determinado que es necesario restringir la entrada de extranjeros que buscan ingresar a Estados Unidos únicamente o principalmente para participar en un programa de estudios en la Universidad de Harvard o en un programa de intercambio de visitantes organizado por dicha universidad", declaró Trump en un comunicado el miércoles por la noche.
La decisión entra en vigor de inmediato y "se aplica a los extranjeros que ingresen o intenten ingresar a Estados Unidos para comenzar a asistir a la Universidad de Harvard" a través del programa de estudiantes y visitantes de intercambio.
También enfrentan una revisión todos los estudiantes internacionales que ya asistían a la universidad con sede en Cambridge, Massachusetts, con diversas visas y corren el riesgo de que sus visas sean revocadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Así se agrava el conflicto entre el presidente de Estados Unidos y el mundo académico, especialmente con la Universidad de Harvard, que ha rechazado públicamente las repetidas presiones del gobierno para que ceda el control sobre la selección de estudiantes, los contenidos de sus programas y las áreas de investigación.
Al mismo tiempo, la administración Trump ha congelado miles de millones de dólares destinados a becas y otros fondos, y ha propuesto quitarle a Harvard su estatus de exención de impuestos. Estas acciones han llevado a una serie de demandas legales.
"No le conviene a Estados Unidos agravar la discriminación de Harvard contra razas, orígenes nacionales, ancestros compartidos o religiones no preferidas, reduciendo aún más las oportunidades para los estudiantes estadounidenses mediante la matrícula excesiva de estudiantes extranjeros", declaró Trump.
En días anteriores, el secretario de Estado, Marco Rubio, prometió revocar "agresivamente" las visas a los estudiantes de China.
’Por la seguridad nacional'
El FBI había "advertido durante mucho tiempo que los adversarios extranjeros se aprovechan del fácil acceso a la educación superior estadounidense para robar información, explotar la investigación y el desarrollo y difundir información falsa", según la proclamación del gobierno de Trump.
Además, la Casa Blanca afirmó que Harvard no había proporcionado suficiente información al DHS sobre las "actividades ilegales o peligrosas conocidas de estudiantes extranjeros" y reportó "datos deficientes sobre solo tres estudiantes".
"En mi opinión, representa un riesgo inaceptable para la seguridad de nuestra nación que una institución académica se niegue a proporcionar información suficiente, cuando se le solicita, sobre casos conocidos de mala conducta y delincuencia cometidos por sus estudiantes extranjeros", declaró Trump.
En un comunicado, la institución educativa calificó la proclamación del presidente de los Estados Unidos como "otra represalia ilegal tomada por la Administración, que viola los derechos de Harvard amparados por la Primera Enmienda".
"Harvard seguirá protegiendo a sus estudiantes internacionales", añadió.
Una batalla con antecedentes
Una semana antes, una jueza federal de Boston emitió una orden judicial amplia que impedía a al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) revocar la facultad de Harvard para matricular a estudiantes internacionales, que representan aproximadamente una cuarta parte de su alumnado.
Harvard presentó una demanda después de que, el 22 de mayo, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunciara que su departamento revocaría de forma inmediata la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio, esencial para que la universidad pueda inscribir a estudiantes extranjeros.
Sin embargo, esa medida fue rápidamente detenida por la jueza federal Allison Burroughs. Antes de la audiencia programada con ella la semana pasada, el departamento cambió su enfoque y decidió que, en lugar de una revocación inmediata, iniciaría un proceso administrativo más largo para impugnar la certificación.
Aun así, la jueza Burroughs señaló su intención de emitir una orden judicial preliminar más duradera, en respuesta a la solicitud de Harvard, con el fin de ofrecer protección a sus estudiantes internacionales.
En paralelo, el Departamento de Estado ordenó a sus misiones consulares en el extranjero iniciar una investigación adicional de los solicitantes de visa que desearan viajar a Harvard por cualquier motivo.
La medida anunciada el miércoles deja en el limbo el futuro de miles de estudiantes internacionales, pues para el año académico 2024-2025, Harvard matriculó a casi 7000 estudiantes extranjeros, lo que representa el 27 % de su población.
Con Reuters, AFP y medios locales
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