Estados Unidos e Irán concluyeron este sábado en Omán su primera ronda de conversaciones clave sobre el programa nuclear. Irán calificó el diálogo de “constructivo”, mientras que Washington aún no ha emitido comentarios. Las negociaciones, a puerta cerrada en Mascate, se llevaron a cabo con la mediación del canciller omaní, ya que ambas delegaciones permanecieron en salas separadas.
Estas conversaciones eran esperadas y seguidas de cerca por tratarse de un hecho inédito en varios sentidos. Fueron las primeras discusiones formales entre ambos países enemigos desde la Revolución Islámica de 1979 y, sobre todo, desde que Estados Unidos se retiró unilateralmente en 2018 – bajo la presidencia de Donald Trump – del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y las grandes potencias, que buscaba limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones.
Desde su regreso al poder en enero, Trump ha intensificado su política de “máxima presión” sobre Teherán, restableciendo e incluso endureciendo las sanciones, en particular contra el sector petrolero y el programa nuclear iraní. Sin embargo, el lunes pasado sorprendió al anunciar el inicio de estas negociaciones, tras semanas de tensas declaraciones cruzadas entre ambos gobiernos.
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Las conversaciones se desarrollan a puerta cerrada en Mascate, la capital de Omán, entre el enviado estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, y el viceministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi. Cada delegación permanece en salas separadas y se comunican a través del jefe de la diplomacia de Omán Badr bin Hamad al-Busaidi.
Washington, que ha buscado poner fin al programa nuclear iraní, ha acusado a Teherán de querer fabricar un arma atómica, pero Irán siempre lo ha negado. “Quiero que Irán sea un país maravilloso, grande y próspero. Pero no puede tener un arma nuclear”, advirtió Trump el viernes.
En esa misma línea se expresó su enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff, quien viajó a Mascate desde Rusia para participar en los encuentros. Al diario The Wall Street Journal declaró que “la línea roja para Estados Unidos es la militarización de la capacidad nuclear de Irán”.
“Nuestra postura parte del desmantelamiento del programa nuclear. Esa es nuestra posición hoy”, señaló Witkoff. “Eso no significa que, en los márgenes, no exploremos otras vías para lograr un compromiso”, explicó sobre el mensaje que transmitirá a los iraníes.
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Un escenario económico y geopolítico adverso para Irán
El pasado miércoles, el presidente estadounidense volvió a endurecer su discurso al advertir que una intervención militar contra Irán era “totalmente posible” si no se alcanzaba un acuerdo.
“Si hay que recurrir a la fuerza, lo haremos. Israel, por supuesto, estaría muy involucrado y lideraría la operación”, afirmó Trump, aliado incondicional del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien con frecuencia amenaza con atacar Irán al considerar su programa nuclear una amenaza directa para su país.
Para algunos expertos, Irán – debilitado por las sanciones, la grave crisis económica y los recientes reveses sufridos por sus aliados regionales, como Hezbolá en Líbano o Hamás en Gaza – tiene interés en negociar. “Teherán busca un acuerdo serio y justo”, aseguró el viernes Ali Shamkhani, consejero del líder supremo Ali Khamenei.
Tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo de 2015 y la reactivación de las sanciones, Irán se fue alejando progresivamente del texto. Irán enriquece uranio a niveles muy superiores a los permitidos por el acuerdo extinto (20% para hacer funcionar reactores de investigación y aplicaciones médicas), y posee 274 kilos enriquecidos al 60 % de pureza, cercano al uso militar del 90 %, según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), por lo que la ONU ha aprobado, desde 2006, diversas resoluciones para solicitar que Irán suspenda el enriquecimiento de uranio.
Uno de los primeros puntos en la agenda de las nuevas negociaciones – y uno de los más cruciales – será definir con claridad el alcance de las discusiones, señala Ali Vaez, del centro de estudios International Crisis Group, a la agencia AFP. Según él, Irán podría comprometerse a limitar su programa nuclear a cambio de un alivio parcial de las sanciones, aunque sin desmantelarlo completamente.
El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, subrayó que las negociaciones en Mascate “se limitarán exclusivamente al tema nuclear”. Sin embargo, para el analista Karim Bitar, profesor en Sciences Po París, “el acuerdo no podrá centrarse solo en el programa nuclear; también debería incluir el fin del apoyo iraní a sus aliados regionales”.
Los recientes conflictos en Gaza y Líbano han agudizado las tensiones entre Irán e Israel, que por primera vez han intercambiado ataques militares directos tras años de enfrentamientos indirectos a través de terceros.
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Según las declaraciones de Bitar a AFP, “la única prioridad del régimen iraní es su supervivencia y, en lo posible, lograr un respiro económico mediante una reducción de las sanciones que le permita reactivar la economía, ya que el régimen ha perdido popularidad”.
El acuerdo nuclear de 2015, debilitado por la retirada de EE. UU.
El programa de enriquecimiento de uranio de Irán ha generado durante años temores en Occidente de que el país pueda desarrollar una bomba atómica. Teherán insiste en que su programa tiene fines pacíficos y defiende su derecho a producir energía nuclear con fines civiles. Por eso, el acuerdo de julio de 2015 fue considerado un momento histórico.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, junto con Alemania y la Unión Europea, firmaron con Irán el llamado Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA).
A cambio del levantamiento de sanciones por parte de EE. UU., la UE y la ONU, Irán accedió en ese momento a limitar el enriquecimiento de uranio muy por debajo del 90% necesario para fabricar un arma nuclear y a reducir el 97% de sus reservas de uranio, pasando de 10.000 kg a solo 300 kg.
Sin embargo, este avance se vio frenado bruscamente. Durante su primer mandato, Trump retiró a EE. UU. del acuerdo, calificándolo de “desastroso y unilateral”. En respuesta, Irán dejó de cumplir con los límites impuestos a su programa nuclear.
Con AFP y Reuters
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