Un total de 40 uigures que llevaban una década encarcelados en Tailandia, bajo la premisa de haber cruzado la frontera de forma irregular, fueron deportados a China. Pese a las peticiones de la ONU y de organizaciones de derechos humanos de que no procediera con la expulsión, Bangkok ejecuta así un acuerdo con Beijing de devolver a los migrantes.
Un grupo de 40 hombres de etnia uigur que entraron de forma irregular en Tailandia hace diez años han sido finalmente deportados al país del que huían: China.
Así lo confirmó el ministro de Defensa tailandés, quien ha señalado que Beijing le aseguró que se ocupará de estos migrantes.
El anuncio da cuenta, por lo tanto, de una deportación secreta, ya realizada después de que Naciones Unidas y grupos de derechos humanos la condenaran.
Los uigures fueron devueltos de acuerdo con las normas internacionales, declaró a Reuters Phumtham Wechayachai, viceprimer ministro tailandés, en la primera confirmación de ese país sobre la expulsión de los uigures, la segunda en la última década.
“Se hizo de acuerdo con la legislación tailandesa y los principios internacionales. No hay ningún problema. Se les cuidará bien porque son su gente”, aseguró Phumtham, quien también se desempeña como viceprimer ministro.
“Están siendo sometidos a controles sanitarios. Después los enviaremos a casa. Sus familiares los han recibido”, declaró, añadiendo que el jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Tailandia había viajado en el mismo avión que los detenidos.
“Creo que es un procedimiento normal repatriar a aquellos considerados inmigrantes ilegales y los uigures no son diferentes, tienen que ser devueltos. ¿Cuántos años más tenían que estar detenidos, 11, 12, 13? Son seres humanos, deben poder regresar", indicó en una rueda de prensa el jefe de la Policía tailandesa, Kittirat Panpetch.
Pero el viaje, a ojos de la ONU, no es una simple repatriación. El organismo había advertido a finales de enero a Tailandia que parara "de inmediato" cualquier plan de deportar a China a 48 uigures por el riesgo a represalias contra los miembros de esta minoría. Se desconoce cuál es la situación de los ocho no deportados.
Por su parte, las ONGs Human Rights Watch y Save Uyghur habían alertado en las últimas semanas de que Tailandia planeaba llevar a cabo las deportaciones. Elaine Pearson, directora para Asia de HRW, dijo que "el envío de uigures detenidos a China constituye una violación flagrante de las obligaciones de Tailandia bajo la ley doméstica e internacional".
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Una etnia señalada por Beijing
Los uigures son una etnia turca, mayoritariamente musulmana, originaria de Xinjiang. Tras décadas de conflicto con Pekín por la discriminación y supresión de su identidad cultural, el gobierno chino emprendió una brutal represión contra los uigures que algunos gobiernos occidentales consideran un genocidio.
Un número indeterminado de uigures han sido recluidos en campos y prisiones, mientras ex detenidos denuncian malos tratos, enfermedades y, en algunos casos, la muerte.
Según HRW, “Se estima que medio millón de uigures siguen encarcelados como parte de la represión en curso, en la que las autoridades han confundido sistemáticamente conductas pacíficas cotidianas, como la oración o el contacto con familiares en el extranjero, con terrorismo y extremismo”.
La misma organización afirma que “los uigures que se considera que han salido de China ilegalmente son vistos con gran sospecha y sujetos a detención, interrogatorio, tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, señaló Human Rights Watch. Las autoridades también han cometido reiterados abusos contra familias uigures que viven en el extranjero”.
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Con EFE, Reuters y AP
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