Tres récords mundiales en el curso de cinco días, tres medallas de oro y una de plata en Juegos Olímpicos, una técnica de carrera que la hace más eficiente que las grandes dominadoras tradicionales de sus distancias favoritas y ahora el entrenador del gran Michael Phelps de su lado. La canadiense Summmer McIntosh ha puesto en peligro todas las hegemonías tradicionales de la natación, las del pasado y las del presente. Y todo esto con apenas 18 años.

A pesar de su juventud, el nombre de Summer McIntosh no es nuevo en la natación. Ya ha ido a dos justas olímpicas, pero es en la ruta a la tercera que ha comenzado a mostrar todo su potencial. Además de tiempos impresionantes, la canadiense hace gala de una versatilidad que la última vez que se vio fue en las brazadas de Michael Phelps.

El selectivo de su país de cara al Mundial de Singapur ha sido un preámbulo de lujo para Summer, con tres récords del mundo anotados en cinco días, todos en pruebas distintas, una hazaña que solo un nadador pudo conseguir antes que ella: Michael Phelps en su consagración mundial, los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Semejante vocación por la velocidad no es de extrañar en una atleta que solo ha perdido entrenamientos para disfrutar de su otra gran pasión, la Fórmula 1, asistiendo a los Grand Prix de Miami y Montreal.

Definitivamente, McIntosh va “sin frenos”, como la describió su compañera de la selección canadiense Penny Oleksiak.

Camino hacia la leyenda

McIntosh comenzó su increíble demostración de los ‘Trials’ de Victoria quebrando el registro de los 400 m estilo libre que permanecían en poder de Ariarte Titmus desde 2023, con un 3:54.18 que rebanó más de un segundo a la marca precedente.

Curiosamente, el último nadador que había quebrado un récord mundial en esa piscina, la Commonwealth Place, fue Michael Phelps 19 años antes, cuando fijó el quinto de sus ocho hitos de 200 m combinado individual.

Dos días después de ese primer logro, fue la hora de borrar de los libros el nombre de la mítica Katinka Hosszu, al mejorar el récord de los 200 m estilos, que la húngara tenía en sus manos desde 2015. McIntosh se convirtió en la primera mujer que lograba nadar la prueba por debajo de 2:06 minutos, al parar los cronómetros en 2:05.70.

Al día siguiente, quebró su propio registro de 400 m estilos, que había fijado en el selectivo canadiense de cara a París 2024 al nadar la distancia en 4:23.65 minutos.

La soberbia demostración incluyó el mejor tiempo de la historia en 200 m mariposa bajo las condiciones actuales. Se impuso en 2:02.26, apenas a 45 centésimas del crono de la china Liu Zige, marcado en 2009, cuando todavía se permitían los ‘bodysuits’ o trajes de baño enterizos.

Eso es lo más cerca que cualquier nadadora ha estado de un tiempo considerado intocable. Antes de ella, nadie había logrado estar a menos de un segundo del tiempo de Zige.

Son prácticamente las mismas pruebas individuales en las que brilló Phelps en Beijing, con un añadido que el medallista olímpico más prolífico de la historia jamás exploró: los 800 m.

McIntosh ganó esa prueba en Victoria en 8:05.07, el tercer mejor registro de todos los tiempos, solo superado por los récords mundiales de Katie Ledecky en Río 2016 y este año en la Serie TYR Pro de Florida.

Su economía de esfuerzo promete nuevas actualizaciones para ese crono. McIntosh empleó en promedio 2,8 brazadas menos por piscina que Ledecky en Fort Lauderdale, todo esto a pesar de que es 10 centímetros más pequeña -y por lo tanto con menos alcance-, y tiene un tramo subacuático en la vuelta mucho más corto que el de la estadounidense.

Sorprendentemente, al terminar su cosecha dorada en Victoria, regaló sus medallas y las mascotas de peluche que formaban parte del premio a niños que fueron a verla nadar.

“Es 10 veces mejor que guardarlos en una caja de recuerdos”, explicaría luego, recordando los tiempos en que ella misma, siendo aún una niña, iba a ver competir a su compatriota Penny Oleksiak, ganadora de siete preseas olímpicas y su primera gran heroína en las piletas.

Del mismo modo en que con el tiempo ella terminó compartiendo selección nacional con Oleksiak, sabe que vendrán muchas más medallas que las que obsequió en el complejo de Victoria.

Paralelismos entre gigantes

Son muchas las formas en que la carrera de Summer McIntosh ha reproducido de alguna manera la de Michael Phelps, aparte de esas tres plusmarcas mundiales que ella consiguió en Victoria y él en Beijing.

Sus historias despegaron de forma similar, como estrellas adolescentes destinadas a brillar por largo tiempo.

En Tokio 2020, McIntosh fue la atleta más joven de la delegación de su país, con apenas 14 años, pero eso no fue obstáculo para que clasificara a dos finales: la de los 400 m estilo libre y la del relevo 4×200. En ambas fue cuarta, con récord nacional.

Phelps también entró a la selección estadounidense siendo prácticamente un niño. Clasificó a Sídney 2000 a los 15 años, con lo que pasaría a ser el nadador olímpico más joven de su país en 68 años, desde que Ralph Flanagan compitió en Los Ángeles 1932, y al igual que McIntosh, alcanzó una final, en su caso los 200 m mariposa, donde fue quinto.

Para ambos, lo mejor vendría en su segunda experiencia olímpica. Phelps se colgó cuatro doradas individuales y dos con los relevos en Atenas 2004. Esto cuatro años antes de su épica actuación de Beijing 2008, donde se convirtió en el mayor ganador de oro en una misma edición de los Juegos Olímpicos con sus ocho coronas en igual cantidad de pruebas.

De McIntosh se esperaban cinco oros en París 2024 y estuvo muy cerca de honrar las proyecciones. Ganó los 200 m mariposa con récord olímpico, exactamente 40 años después de que su madre Jill Horstead nadara la misma prueba en Los Ángeles 84.

Se impuso también en los 200 m estilos, igualmente con plusmarca de los Juegos, apenas en la segunda competencia internacional en la que nadaba esta prueba, y cerró su cosecha dorada coronándose en los 400 m estilos.

En los 400 m libre sorprendió a Katie Ledecky, confinándola al tercer lugar y se quedó apenas a 88 centésimas del primer lugar ocupado por Ariarne Titmus.

La quinta dorada se proyectaba en los 800 m, un evento en el que había sometido a Ledecky a principios de año, pero al final decidió retirarlo de los selectivos y por lo tanto no pudo incluirlo en París.

Para ella, que no alcanzaba los 18 años cuando brilló en la capital francesa, la gloria olímpica comenzó más temprano que para él, que tenía 19 recién cumplidos cuando subió por primera vez al podio en Atenas.

Además de la habilidad de McIntosh en las distancias más extremas, una gran diferencia entre sus perspectivas de sumar y las de Phelps es la mayor competitividad de los relevos estadounidenses, que le deparaban al ‘Tiburón de Baltimore’ buena parte de su cosecha mientras que las postas canadienses tienen opciones más modestas.

La otra ventaja con la que contó Phelps en sus tiempos, el apoyo de Bob Bowman, está a punto de quedar igualada porque después del Mundial de Singapur, McIntosh se mudará a Austin, Texas, para unirse a uno de los grupos de entrenamiento más poderosos de la natación.

Luego de prepararse de cara a los Juegos Olímpicos y al torneo del orbe con dos técnicos diferentes, McIntosh pasará a ser guiada por Bowman, mentor de Phelps y también el hombre detrás de los cuatro oros olímpicos del francés Léon Marchand y los múltiples récords mundiales de Regan Smith, de Estados Unidos.

“Michael Phelps es el más grande de todos los tiempos y fue absolutamente increíble, y Bob no solo creó a Michael, sino también a muchos otros increíbles nadadores, por lo que muestra la consistencia de su entrenamiento y su oficio, y me da mucha confianza”, declaró, en conversación con el canal canadiense ‘CBC’.

Por lo pronto, McIntosh está lista para seguir persiguiendo las hazañas de Phelps. Su cosecha mundialista comenzó a los 15 años en Budapest 2022. A Singapur va por cinco coronas. Si lo consigue, llegará a 13 preseas en mundiales de piscina larga y eso sería más del doble de las seis que tenía el astro de Baltimore a su edad.

Y luego está el ejemplo de Katie Ledecky, que quebró a principios de mayo su récord de 800 m, casi nueve años después de imponerlo por primera vez.

Si se piensa en lo que sigue rindiendo la estadounidense 13 años después de su primera aparición en Londres 2012, podría anticiparse que a McIntosh le quedan tres Juegos Olímpicos en el pico de su nivel competitivo.

France24

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