En los últimos días, Israel reanudó sus ataques contra la Franja de Gaza y lanzó una nueva incursión militar terrestre. Dos acciones que se le suman al bloqueo a la ayuda humanitaria que impuso hace un mes y al anuncio del corte al suministro eléctrico dentro del enclave. Con el colapso de la tregua y la imposibilidad de brindar asistencia, organismos internacionales advierten que la crisis humanitaria puede recrudecerse.

Ataques aéreos, seguidos por una nueva incursión terrestre en la Franja de Gaza. En las últimas jornadas Israel colapsó la fragil tregua que se había alcanzado con Hamás. Además, hace unas semanas el Gobierno de Netanyahu había bloqueado el paso a la ayuda humanitaria. Con este nuevo panorama, los organismos internacionales temen que la situación para la población gazatí empeore rápidamente en los próximos días. 

El bloqueo a la ayuda humanitaria —que comenzó a principios de mes— fue justificado por el Gobierno de Netanyahu como una manera de "presionar" a Hamás para acceder a alargar la primera fase del cese al fuego y liberar a más rehenes. Sin embargo, ha sido fuertemente criticado por diversos organismos por los devastadores efectos que tiene en la población civil gazatí. 

Desde entonces, el Gobierno de Netanyahu ha impulsado una campaña que ha derivado en el estrangulamiento de la población civil. El 9 de marzo, cortó el suministro total de energía eléctrica en el territorio y amenazó que el del agua será el siguiente en la lista.

Con el anuncio de la tregua el pasado mes de enero, la crisis humanitaria dentro de la población palestina se redujo parcialmente, pero generó cierta expectativa de mejorar en un futuro próximo gracias a la entrada diaria de toneladas de comida, medicinas y demás objetos de primera necesidad. Estos fueron cruciales para aliviar los riesgos de hambruna en el enclave.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) reveló en su reporte de la situación humanitaria en palestina del 15 de marzo que, desde la entrada del cese al fuego, "toda la población" de la Franja de Gaza ha recibido asistencia alimentaria por parte de la ONU.

Durante las semanas de tregua, más de 500.000 gazatíes recibieron artículos esenciales como mantas, colchas, almohadas, ropa para el frío y utensilios de cocina. Además, recuperaron más de 100 espacios educativos temporales para reiniciar las clases para las y los niños en el enclave, según cifras de la UNRWA.

Pero el 2 de marzo, esa nueva dinámica terminó cuando Israel bloqueó el flujo de la ayuda humanitaria. Posteriormente, con el cese al fuego en los suelos, tras los ataques aéreos israelíes que mataron a unas 400 personas el 17 de marzo, los palestinos recuerdan en carne propia los primeros días posteriores al 7 de octubre de 2023, cuando el Gobierno israelí recrudeció su ofensiva en contra de Gaza y los efectos incursión terrestre del Ejército de Israel.

"Creo que cuanto más avancemos (con los bloqueos de la ayuda), más veremos aumentar el impacto sobre la población. Y, obviamente, el riesgo (…) es que volvamos a la situación que vivimos hace meses de agravamiento del hambre en la Franja de Gaza", dijo Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA. También alertó que la situación se deteriora "rápidamente".

Filas enormes, almacenes vacíos y rostros de preocupación inundan las calles de Gaza, que teme regresar a una de las peores catástrofes humanitarias de las que se tenga registro en la modernidad.

Aquí un vistazo a la situación actual dentro de la Franja de Gaza.

"La mayor campaña de inanición de la historia moderna": 2.3 millones en inseguridad alimentaria

El bloqueo israelí también pone en jaque la situación alimentaria dentro del enclave palestino. Casi dos millones de gazatíes están en situación de inseguridad alimentaria, según datos de la Cruz Roja.

Aunque la situación con el alimento mejoró considerablemente en las últimas semanas de tregua, con más de 388.000 familias palestinas asistidas por las rondas de repartición de alimentos impulsadas por las Naciones Unidas, el bloqueo israelí amenaza con dejar sin alimento a una gran parte de la población en el enclave.

Además, 31% de los menores en el norte de la Franja de Gaza —una de las latitudes en el territorio más afectadas por los ataques de Israel— sufren de desnutrición aguda, según revelaron cifras de UNICEF.

Por otro lado, al menos 80 cocinas comunales en el enclave dejarán de operar por falta de suministros en las próximas semanas si el bloqueo continúa, según información de la ONU. El Programa Mundial de Alimentos advirtió que sus cocinas no podrían aguantar más de dos semanas funcionando si Tel Aviv no levanta el bloqueo. 

Michael Fakhri, relator de la ONU para el derecho a la alimentación, calificó el bloqueo israelí para la asistencia humanitaria en Gaza como "un crimen contra la humanidad" y añadió que el negarle la alimentación a millones de personas en un territorio puede ser catalogado "sin duda" como "un genocidio".

"Denegar la comida a 2,3 millones de personas es la mayor campaña de inanición de la historia moderna", apuntó Fakhri, argumentando que la fase actual del conflicto "no es un alto al fuego", sino más bien una etapa en donde Israel va "acelerando o frenando su violencia".

El acceso al agua potable es otro de los mayores desafíos humanitarios que enfrenta la población gazatí. Tras la decisión israelí por cortar la luz eléctrica en el enclave, las actividades de la planta desalinizadora Deir al Balah se suspendieron, poniendo en riesgo el suministro de agua para el centro y norte de Gaza.

El suministro de agua en Gaza se encuentra en un momento crítico. El corte a la electricidad ha privado de agua potable a unas 600.000 personas en el centro de Gaza, y solo 1 de cada 10 gazatíes puede acceder a agua limpia para beber en la actualidad, según UNICEF.

Para activistas y organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, como Human Rights Watch (HRW), el corte de electricidad y la limitación en el suministro de agua potable por autoridades israelíes constituye un "acto de genocidio" en contra de la población palestina.

"Es una política calculada de privaciones que ha provocado la muerte de miles de personas por deshidratación y enfermedad, que no es otra cosa que el crimen contra la humanidad de exterminio, y un acto de genocidio", subrayó Tirana Hassan, directora ejecutiva de HRW.

Casi 1 millón de niños sin escuelas y dependientes de la ayuda humanitaria

Las infancias son uno de los sectores poblacionales más vulnerables dentro del enclave palestino, con mayores necesidades nutricionales, psicológicas y educativas que son imposibles de cubrir después de 15 meses de la brutal ofensiva israelí sobre Gaza.

Según cifras de Naciones Unidas, alrededor de 1 millón de niños y niñas necesitan de la asistencia humanitaria para sobrevivir dentro de la Franja de Gaza. Los menores de edad representan casi el 50% del total de la población gazatí que depende de la ayuda internacional en el enclave palestino.

"Sin la ayuda que entra en la Franja de Gaza, aproximadamente un millón de niños viven sin lo más básico que necesitan para sobrevivir, una vez más", expresó Edouard Beigbeder, director regional de UNICEF para Medio Oriente y Norte de África, a través de un comunicado el pasado 16 de marzo.

Uno de los mayores esfuerzos de las organizaciones internacionales y grupos humanitarios durante las semanas de tregua fue impulsar la vacunación contra la polio en menores de edad. UNICEF reveló que lograron vacunar a más de 600.000 menores de edad durante el plazo de alto al fuego. Sin embargo, remarcan que aún faltan vacunas por aplicarse.

También reveló que "solo a unos kilómetros" fuera del enclave hay un camión con 180.000 dosis listas para inmunizar a unos 60.000 niños menores de dos años, pero el bloqueo israelí impide la entrada de los medicamentos.

Por otro lado, los niños de Gaza siguen rezagados a nivel educativo. Alrededor del 94.7% de las escuelas en el territorio han sido dañadas por los ataques israelíes, mientras que las antiguas instalaciones de la UNRWA, que funcionaban como escuelas antes del recrudecimiento del conflicto, ahora usan las aulas como albergues temporales para los desplazados.

Además, las infancias han sido una de las grandes víctimas mortales del conflicto. Desde el recrudecimiento del conflicto en octubre de 2023, más de 46.000 palestinos han sido asesinados en la Franja de Gaza. Según la UNRWA, citando fuentes médicas palestinas, 31% de ellos, eran niños y niñas.

Hospitales dañados o destruidos: la crisis de salud

La violencia directa y estructural a la que están sometidos los gazatíes desde hace décadas, pero reforzada desde octubre de 2023, ha provocado un nivel de devastación humana cuyas cifras exactas aún son desconocidas. Y los efectos en la infraestructura también es alarmante. 

Entre los más afectados, se encuentran los centros médicos, esenciales para sostener la sociedad palestina golpeada por la guerra. La mayoría han sido destruidos por Israel. 

Para el pasado 19 de enero, más de 110.000 personas habían sido heridas por los ataques israelíes dentro del enclave en el último año de conflicto, según reveló la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero las instituciones médicas no están disponibles en su totalidad.

De los 36 hospitales existentes en Gaza, solo la mitad permanecen activos parcialmente, ya que todos han resultado dañados por el Ejército israelí

Según datos de la OMS, todos los centros sanitarios del enclave están profundamente dañados o parcialmente destruidos en sus inmuebles, además de que sólo el 38% de los centros de salud primaria están funcionando. 

De los más de 100.000 heridos, alrededor de 25% han sufrido heridas profundas que necesitan procesos de rehabilitación para sanar dignamente, y no podrán hacerlo por la falta de infraestructura y personal especializado, según la OMS. Por otra parte, 12.000 pacientes requieren cuidados especiales "de manera urgente". 

Más allá de la infraestructura, el personal de salud también ha recibido los embistes del conflicto. Para diciembre de 2024, alrededor de 1.057 trabajadores de la salud habían sido asesinados en el enclave palestino, según cifras de la UNRWA.

"Durante dos meses hemos podido atender partos sin el ruido de las explosiones. Nos hemos centrado en la rehabilitación postoperatoria y hemos tenido espacio para dedicarnos plenamente a la recuperación a largo plazo de los pacientes. En una noche, esto cambió", lamentó Fred Oola, Oficial Médico Superior del Hospital de Campaña de la Cruz Roja, en un comunicado este 19 de marzo. 

Naturalmente, el bloqueo israelí también previene la entrada de medicinas. El Comité de Rescate Internacional (IRC) declaró el pasado 18 de marzo que la organización tiene listos contenedores con "más de seis toneladas de suministros médicos vitales" para asistir a miles de gazatíes y asistir al sector salud del territorio; pero reconocen que, con el bloqueo, "sigue siendo incierto cuándo podremos entregar estos suministros".

Con EFE, AP, Reuters y medios locales

 

 

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