La Justicia israelí llamó al primer ministro, Benjamin Netanyahu, a declarar como testigo tras el arresto de dos de sus asesores más cercanos, dentro de un caso por presunta corrupción a raíz de contribuciones irregulares procedentes de Qatar y un posible conflicto de intereses relacionado con la guerra en Gaza. Este el segundo caso de corrupción en que se ve envuelto Netanyahu de manera simultánea.
La presión sobre el Gobierno de Benjamin Netanyahu por presuntos actos de corrupción sigue aumentando.
En la mañana de este 31 de marzo, el primer ministro israelí se encontraba en el Tribunal de Distrito de Tel Aviv declarando ante la justicia sobre el caso que lo vincula con un supuesto esquema de sobornos y fraude, en el que lleva testificando desde diciembre.
La sesión, que se suponía de larga duración debido a sus ausencias en semanas pasadas debido a "asuntos de seguridad nacional", fue interrumpida de nueva cuenta después de que medios israelíes dieran a conocer el arresto de dos de los asesores más cercanos de Netanyahu. Momentos después, el premier fue convocado por la Justicia a declarar como testigo por ese caso.
En un vídeo publicado en sus redes sociales, Netanyahu confirmó que acató la orden de la Justicia y que recibió a los investigadores, pero los acusó de no haber mostrado pruebas y dijo que, aunque el interrogatorio debía durar unas cuatro horas, "después de una hora, se quedaron sin preguntas".
"Comprendí que se trataba de una investigación política, pero no me di cuenta de hasta qué punto era política, y tienen secuestrados a Yonatan Urich y Eli Feldstein (…) No hay ningún caso, no hay absolutamente nada, solo una cacería de brujas política, nada más", añadió el mandatario.
Eli Feldstein y Yonatan Urich, ambos asesores de comunicación y portavoces de su oficina, fueron detenidos por la Policía israelí a raíz de una investigación judicial sobre un complejo caso de corrupción que ha conmocionado Israel en las últimas semanas: el 'Qatargate'.
¿En qué consiste el 'Qatargate'?
Este escándalo "parece ser uno de esos casos con ramificaciones laberínticas como otros que tienen como blanco a Benjamin Netanyahu", señaló a France 24 John Strawson, especialista en Derecho Internacional y Oriente Medio de la Universidad de East London.
El caso, destapado en 2024 por el diario israelí 'Haaretz', se centra en presuntas conexiones irregulares de dos asesores de Netanyahu, Feldstein y Urich, con el Estado de Qatar y su participación en una supuesta campaña para "limpiar" la imagen del emirato dentro de Israel, mientras simultáneamente trabajaban en el Gobierno.
Feldstein se convirtió en el portavoz de asuntos militares del primer ministro israelí a los pocos días de que se detonara la guerra en Franja de Gaza, en octubre de 2023, pero lo hizo como "contratista"; una modalidad de trabajo que le permitía trabajar en proyectos externos mientras desempeñaba sus funciones en la Administración gubernamental.
Sobre esto, el mes pasado, el Canal 12 israelí reveló que, mientras Feldstein trabajaba con Netanyahu, el emirato habría pagado para "mejorar la imagen" de Qatar, presentándolo como un Estado negociador, en medio de las conversaciones por un alto al fuego y el intercambio con Hamás de rehenes israelíes por presos palestinos.
En 2024, Feldstein ya había sido detenido por las autoridades israelíes acusado de filtrar documentos clasificados del Ejército a periódicos internacionales y nacionales.
¿Qué tiene que ver el Mundial de Qatar?
El jefe directo de Feldstein, Urich, también es señalado en el escándalo, aunque por su actuar años antes.
En 2022, Urich y su consultora de medios de comunicación fueron contratados por Qatar para mejorar la percepción del Estado árabe dentro de la sociedad israelí en medio del Mundial de Fútbol, que acogió Doha ese año.
El pasado 15 de febrero, la agencia de seguridad nacional israelí – el Shin Bet – anunció que iba a proceder con las investigaciones sobre ambos asesores, acusados de "(sostener) contacto con un agente extranjero, aceptación de sobornos, fraude, abuso de confianza y blanqueo de dinero", según detalló 'Haaretz'.
Si dos asesores del Gobierno de Israel son señalados de recibir pagos irregulares de Qatar para promocionar su imagen en el país, ¿en donde encaja Benjamin Netanyahu? La respuesta radica, según analistas, en la posibilidad de que la presencia de asesores corruptos haya influido en la toma de decisiones del primer ministro, especialmente en los meses anteriores al 7 de octubre de 2023.
"No hay uno, sino dos Qatargates"
Este año, el primer ministro israelí ha impulsado una campaña para despedir a las dos cabezas de los contrapesos existentes frente al Gobierno: Ronen Bar, jefe del Shin Bet, y Gali Baharav Miara, fiscal general israelí.
Netanyahu acusa a ambos órganos de estar liderados por agentes de una suerte de 'Estado profundo israelí', que supuestamente están en contra de los intereses nacionales del país y lo persiguen sistemáticamente con una "cacería de brujas", centrándose siempre en el caso de corrupción del que es protagonista.
Aunque la Corte Suprema israelí detuvo el despido de Bar, al menos hasta abril, Netanyahu ya nominó a Eli Sharvit, antiguo comandante de la Marina israelí, como su reemplazo.
Según el 'Haaretz', Netanyahu también está interesado en remover a ambos funcionarios para que no prosiga la investigación del 'Qatargate', porque "no hay uno, sino dos Qatargates".
John Strawson, especialista en Derecho Internacional y Oriente Medio de la Universidad de East London, explicó esta aseveración a France 24 el pasado 24 de marzo, detallando que, entre 2018 y 2021, Netanyahu impulsó una política que permitía que Qatar proporcionara apoyo financiero a Hamás; desde Qatar, fue una manera de asistir al liderazgo de Gaza en medio de una crisis económica dentro del enclave, y desde Israel, "se vio como una forma de mantener la rivalidad entre Hamás y la Autoridad Palestina", según el académico.
Empero, medios como CNN señalan que el dinero pudo haber aterrizado finalmente en los bolsillos del brazo militar de la milicia palestina.
Tras el 7 de octubre, los cuestionamientos rondan en torno a si "esta política promovida por Benjamin Netanyahu parece haber facilitado la tarea de quienes cometieron las atrocidades aquel día", apunta Strawson.
Esta puede ser, según el especialista, uno de los motivos por los que Netanyahu ha rechazado una comisión de investigación sobre los atentados del 7 de octubre. Pero, con el escándalo "Qatargate", es probable que esta cuestión vuelva a cobrar protagonismo.
¿La influencia de Qatar en el entorno de Netanyahu pudo haber promovido el 7 de octubre? Se espera que la Justicia israelí pueda dar una respuesta, mientras el primer ministro sigue intentando encarar al Poder Judicial.
Con EFE, Reuters y medios locales
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