Las autoridades en la región de Cachemira administrada por Pakistán instaron el viernes a sus residentes a abastecerse de alimentos y bienes básicos ante el temor de una inminente incursión militar por parte de India, que acusa a Islamabad de respaldar el terrorismo. Las tensiones entre ambos países rivales aumentan desde el inusual ataque a balazos del 22 de abril en el lado indio que mató a 26 personas.
El Gobierno regional en la Cachemira controlada por Pakistán pidió el viernes a sus residentes en la frontera abastecerse de alimentos y bienes básicos, en una acción propiciada por el temor a una eventual incursión de tropas indias, tras más de una semana de fuego cruzado entre ambos países rivales.
“Se han dado instrucciones para el almacenamiento de alimentos para dos meses en las 13 circunscripciones situadas a lo largo de la Línea de Control (LdC)”, declaró el viernes ante la asamblea local el primer ministro de la Cachemira administrada por Pakistán, Chaudhry Anwar ul Haq.
El gobierno regional también anunció la creación de un fondo de emergencia de mil millones de rupias (equivalentes a 3,5 millones de dólares) para garantizar el suministro de “alimentos, medicinas y todos los demás artículos de primera necesidad” a las 13 circunscripciones, dijo.
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Pakistán e India, rivales históricos que se disputan la soberanía sobre Cachemira desde el fin del régimen colonial inglés en 1947, están en puertas de una confrontación militar desde el 22 de abril, cuando un ataque ocurrido en la localidad turística de Pahalgam —en el lado indio— dejó como saldo a 26 personas muertas, el más letal cometido contra civiles en esa región en más de dos décadas.
Nueva Delhi acusa a su vecino de la autoría del ataque y de respaldar el terrorismo, mientras que Islamabad ha rechazado la acusación y ha reiterado que está abierta a una investigación independiente que permita determinar responsabilidades y autores del ataque. El viernes, Pakistán aseguró la existencia de "evidencia creíble" de la implicación de India en terrorismo.
Los dos países, que poseen armas nucleares, han intercambiado disparos durante ocho noches seguidas a lo largo de la militarizada Línea de Control, que hace de frontera de facto entre las porciones de territorio administradas por Islamabad y Nueva Delhi. También han adoptado una serie de medidas diplomáticas punitivas y recíprocas, como la cancelación de visados, el cierre de pasos fronterizos y el bloqueo mutuo del espacio aéreo.
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Pakistán denunció el viernes que varios ciudadanos permanecen atrapados en el único paso terrestre oficial con la India, tras la revocación de sus visados por parte de Nueva Delhi. "La decisión india de revocar los visados de los ciudadanos paquistaníes está creando graves problemas humanitarios", declaró en un comunicado el ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán.
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"Somos conscientes de los informes de los medios que indican que algunos ciudadanos paquistaníes están varados en Attari", añadió.
Las declaraciones llegaron tras la publicación de información en medios indios indicando que Pakistán cerró su lado de la frontera en Wagah-Attari, dejando a decenas de paquistaníes “varados en la tierra de nadie por el estancamiento diplomático”.
El miedo se extiende en ambos lados de la frontera
El primer ministro indio, Narendra Modi, dio el martes luz verde a una posible "respuesta" militar y, desde entonces, Pakistán asegura que tiene "información creíble" sobre un ataque inminente.
En respuesta, las autoridades pakistaníes de Cachemira cerraron por 10 días sus 1.100 escuelas coránicas, según informó el director local de Asuntos Religiosos, Hafiz Nazeer Ahmed. En las 6.000 escuelas públicas, que permanecen abiertas, las autoridades locales lanzaron un programa de formaciones de primeros auxilios.
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En la Cachemira administrada por la India, miles de personas con "tatuajes de la resistencia", incluidos fusiles de asalto, tatuados para oponerse a la autoridad de Nueva Delhi, hacen fila para borrárselos del cuerpo, por temor a las represalias policiales.
Basit Bashir recibe hasta 100 personas cada día, en su mayoría hombres, en su clínica de láser en la ciudad de Srinagar, pasando rápidamente por encima de diseños que van desde rifles AK-47 a símbolos islámicos como una Luna creciente.
"He eliminado de forma segura tatuajes del tipo AK-47 y similares de los brazos y cuellos de más de 1.000 jóvenes utilizando el láser", dijo Bashir a la agencia AFP, mientras lanzaba pulsos de luz de alta intensidad para romper la tinta.
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La policía india ha publicado carteles de búsqueda de tres hombres acusados de perpetrar el atentado de Cachemira -dos paquistaníes y un indio-, que según ellos son miembros del grupo Lashkar-e-Taiba, con sede en Pakistán, organización terrorista designada por la ONU.
Con Reuters, AP, AFP y medios locales.
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