Decenas de miles de personas salieron a las calles en Estambul tras el llamado del principal partido de oposición, el CHP, para rechazar el arresto de Ekrem Imamoglu. El alcalde, que iba a ser proclamado candidato presidencial del movimiento kemalista, fue detenido bajo acusaciones de corrupción y vínculos con el terrorismo. Sus seguidores y simpatizantes hablan de un "golpe de Estado".

Las manifestaciones en Turquía siguen vivas, a pesar de la represión impulsada por el presidente Recep Tayyip Erdogan. Este sábado, 29 de marzo, decenas de miles de personas se congregaron en Estambul esta vez tras el llamado del Partido Republicano del Pueblo (CHP), formación opositora del alcalde de la ciudad, Ekrem Imamoglu, en contra de su reciente detención.

La multitud se reunió al mediodía, hora local, en la zona asiática de la metrópolis, bajo el lema lanzado por el líder del CHP, Ozgur Ozel: “Seguimos nuestra marcha hacia el poder”.

Desde primeras horas de la mañana, ferries fletados por el partido cruzaban el estrecho del Bósforo – que separa la parte europea de la asiática – transportando a los manifestantes, muchos con banderas turcas y retratos de Mustafa Kemal Atatürk. Entre ellos se encontraban la esposa y los dos hijos de Imamoglu.

Al grito de "¡Taksim está en todas partes, la resistencia está en todas partes!", los manifestantes evocaban la plaza Taksim, símbolo del gran movimiento de protesta de Gezi en 2013.

El arresto de Imamoglu, ocurrido el 19 de marzo, desató una ola de protestas que no se veía desde hacía más de una década, con miles de personas saliendo cada noche a las calles en diferentes ciudades del país. 

Si bien grupos de estudiantes han mantenido el impulso con protestas más pequeñas, esta es la primera manifestación, bajo el llamado del Partido Republicano del Pueblo (CHP), que tiene lugar desde el martes.

Desde entonces, el CHP suspendió las concentraciones frente al ayuntamiento. Sin embargo, en una entrevista con el diario francés Le Monde, Ozel—convertido en el portavoz de la oposición— anunció que las movilizaciones continuarán con regularidad: cada sábado en una ciudad distinta y los miércoles por la noche en Estambul.

Más de 2.000 detenidos desde el inicio de las marchas

Desde el arresto del alcalde, las autoridades prohibieron las manifestaciones. Aun así, el líder del CHP, de tradición kemalista, aseguró estar dispuesto a arriesgarlo todo: “Si hace falta pasar ocho o 10 años en prisión, lo haré, porque si no rechazamos este intento de golpe de Estado, acabaremos con la democracia”, advirtió.

Imamoglu fue designado por el CHP como su candidato para las elecciones presidenciales previstas para 2028 justo antes de ser detenido.

Han sido especialmente los jóvenes quienes han intentado mantener viva la movilización, aunque la represión – con arrestos domiciliarios de manifestantes, periodistas y abogados – empieza a desanimar incluso a los más decididos.

En Estambul, 511 estudiantes fueron detenidos el viernes; y 275 de ellos encarcelados, según el abogado Ferhat Guzel. "Es probable que la cifra real sea mucho más alta", declaró a la agencia de noticias AFP.

De acuerdo con los últimos datos oficiales difundidos el jueves, más de 2.000 personas han sido arrestadas desde el inicio de las protestas y al menos 260 siguen en prisión.

El viernes por la noche, el periodista sueco Joakim Medin fue ingresado en una prisión de Estambul, tras haber sido detenido el jueves al aterrizar en Turquía, según informó el redactor jefe de su medio, Dagens ETC. Andreas Gustavsson aseguró a la AFP no haber recibido información oficial sobre las acusaciones que pesan contra su reportero.

Según medios turcos, Medin es acusado de “insultar al presidente” Erdogan y de pertenecer a una “organización terrorista armada”. “Sé que esas acusaciones son falsas, 100 % falsas”, insistió Gustavsson en la red social X.

Antes que Medin, otro periodista extranjero, Mark Lowen, corresponsal de la BBC, fue expulsado del país por “alterar el orden público”. Durante la semana, al menos 12 periodistas turcos fueron detenidos. La mayoría ha sido puesta en libertad, pero siguen procesados por haber cubierto manifestaciones prohibidas, como en el caso del fotógrafo de la agencia AFP, Yasin Akgul, quien denunció un intento deliberado de impedir que la prensa haga su trabajo.

Ese mismo viernes, el abogado del alcalde Imamoglu, Mehmet Pehlivan, también fue arrestado. Según el propio alcalde, su detención se basó en “motivos completamente inventados”. Fue liberado por la noche.

Una prueba para la oposición

En este inicio del largo fin de semana del Eid al-Fitr – que se celebrará el domingo para marcar el fin del Ramadán – la convocatoria del CHP representa una prueba clave para la oposición. Muchos residentes de Estambul han abandonado la ciudad para visitar a sus familias.

Según el partido, el pasado domingo, 15 millones de personas participaron simbólicamente en una votación primaria celebrada para apoyar a Imamoglu, una cifra que iría mucho más allá de su base de simpatizantes.

El alcalde de Estambul encabeza también una alianza más amplia: el “consenso urbano”, que incluye al Partido de la Igualdad de los Pueblos (DEM, de tendencia prokurda) y diversos sectores de la sociedad civil turca.

“La candidatura de Ekrem Imamoglu es el inicio de un camino que garantizará la justicia y la soberanía nacional”, escribió Ozel en X, tratando de movilizar a sus bases en un país que atraviesa además una profunda crisis económica y geopolítica.

Con Reuters, AFP

France24

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