Las autoridades sanitarias de la Franja de Gaza informaron este domingo 23 de marzo que más de 50.000 personas han muerto en el asediado enclave tras casi 18 meses de conflicto. Ahora, con la reactivación de los ataques israelíes a Gaza, un cese al fuego definitivo parece cada vez más lejano, mientras que en el terreno los palestinos se sumergen en el desconcierto. Analizamos la situación actual del conflicto.
Más de 50.000 palestinos han muerto en la Franja de Gaza en casi 18 meses de conflicto por el fuego israelí, según informaron este domingo 23 de marzo las autoridades sanitarias del territorio.
De acuerdo con el Ministerio de Salud gazatí, la mayoría de los muertos han sido civiles, mientras que Israel sostiene que entre las víctimas mortales hay al menos unos 20.000 combatientes. Hamás no ha revelado el número de víctimas.
Este domingo los ataques continuaron: al menos 40 palestinos murieron en ataques israelíes en las zonas de Rafah y Khan Younis. Las explosiones se escucharon en todo el norte, centro y sur en el asediado enclave a primera hora de este 23 de marzo.
Y es que, tras más de un año de conflicto, el desconcierto y la desesperación no cesan entre la población gazatí.
Abu Khaled, un residente de Rafah, en el sur de Gaza, cerca a la frontera con Egipto, se lamenta:
“Cuando comenzó el alto el fuego, volvimos a montar tiendas de campaña junto a las ruinas de nuestras casas, soñando que pronto nuestras casas serían reconstruidas".
Pese a ello, el eco de las armas hace parte una vez más de su realidad y de la del resto de personas en la Franja.
"Ahora que huimos bajo fuego enemigo por décima vez, ¿cuándo descansaremos? ¿Cuándo habrá paz?", señaló Khaled.
Tras dos meses de relativa calma por la primera fase del cese el fuego alcanzado en enero de este año, las personas en Gaza tienen que volver a huir para salvar sus vidas luego de que Israel pusiera fin al acuerdo con el lanzamiento de una nueva campaña militar, tanto aérea como terrestre, contra Hamás en el enclave.
El país dirigido por Benjamin Netanyahu ha dicho que seguirá atacando objetivos del grupo islamista en la Franja de Gaza hasta que la milicia palestina entregue a los rehenes restantes que tiene en su poder.
Para ese propósito, Israel ve en la presión militar una alternativa. El asesor de política exterior de Netanyahu, Ophir Falk, ha dicho que dicha presión impulsó a Hamás a aceptar la primera tregua en noviembre de 2023, por lo que esta forma es la más segura de forzar la liberación de los 59 rehenes restantes.
"La única razón por la que volvieron a la mesa de negociaciones fue la presión militar, y eso es lo que estamos haciendo ahora", dijo a los periodistas Falk.
En France 24 analizamos el contexto actual del conflicto y los factores que lo atraviesan hoy por hoy.
400 palestinos muertos en un día tras la reanudación de los ataques israelíes
El 18 de marzo, Israel puso fin al acuerdo de tres fases que había detenido los enfrentamientos en la Franja de Gaza a comienzos de 2025, cuya primera parte entró en vigor el pasado 19 de enero.
Durante esa primera fase, Hamás entregó un total de 33 rehenes, 25 vivos y los cadáveres de otros ocho, a cambio de la liberación de casi 2.000 prisioneros palestinos. También como parte del acuerdo, las fuerzas israelíes se retiraron a zonas de seguridad dentro del asediado enclave y cientos de miles de palestinos desplazados retornaron al norte de la Franja, zona que había sido objeto de los más intensos ataques de Israel previo al cese de hostilidades.
Leer también¿Por qué Israel reanuda los ataques en Gaza?: ABC de la decisión que hace saltar la tregua por los aires
Sin embargo, el Gobierno de Netanyahu decidió acabar con la relativa calma atacando el asediado enclave en una serie de ofensivas aéreas que dejaron a por lo menos 400 palestinos sin vida, según fuentes sanitarias gazatíes, en un solo día. Desde entonces, el país de mayoría judía ha reactivado su fuego en Gaza como forma de presión para que Hamás libere a los rehenes que aún tiene en su poder y para destruir a Hamás como fuerza militar y gobernante del enclave.
Un punto importante es que el pacto no contemplaba la devolución de más rehenes hasta que procediera la segunda fase. Esa segunda etapa siempre se consideró más difícil de materializar.
En la actualidad, el grupo islamista tiene en su poder a 59 rehenes, 35 de los cuales se cree que están muertos.
La realidad palestina
Con la reactivación de los ataques, la población del enclave es nuevamente la más afectada por el fuego cruzado y la ausencia de un acuerdo permanente.
Y es que las personas en la Franja de Gaza son quienes se enfrentan al miedo, desplazándose de un lado a otro en un momento en el que la situación humanitaria es cada vez más alarmante.
Israel anunció el 2 de marzo el bloqueo a la ayuda humanitaria que ingresaba al enclave como forma de presión para que Hamás aceptara la extensión del cese el fuego. En aquel entonces, advirtió de “consecuencias adicionales” para el grupo palestino si no se extendía el acuerdo.
Para Ornela Fabani, analista y profesora de la Universidad Nacional de Rosario de Argentina, las alternativas “que detenta la población gazatí para hacer frente al recrudecimiento de los ataques son prácticamente nulas”.
Fabani recuerda, en diálogo con France 24, que se trata de “un pueblo que se encuentra empobrecido, que en distintas oportunidades ha estado al borde de la hambruna y que sufre un bloqueo ya desde el año 2007 que aplica el Estado de Israel”.
En ese sentido, los gazatíes enfrentan un escenario que se torna cada vez más incierto, con una realidad desalentadora ante unos esfuerzos diplomáticos fallidos para finalizar el conflicto.
Crisis política en Israel
Todo esto ocurre del lado palestino, mientras que al interior de Israel el clima político es cada vez más tenso.
Este domingo el gabinete israelí aprobó una moción de censura contra la fiscal general, Gali Baharav-Miara, un paso más cerca a una eventual destitución. Previamente, la crisis interna había escalado por la decisión de Netanyahu de destituir al jefe del Shin Bet (Servicio de Inteligencia interior israelí), Ronen Bar, una medida que polarizó aún más la política del país.
El premier israelí ha estado en la cuerda floja desde antes de los ataques de Hamás del 7 de octubre y, tras el inicio del fuego cruzado, su gestión de la guerra ha estado en el centro del debate al interior de Israel, entre quienes piden una respuesta incluso aún más dura contra el grupo islamista, los familiares de los rehenes capturados por la milicia palestina y quienes exigen el fin de las hostilidades.
“Previo a que se firmase, o a que se acordase el cese al fuego el 19 de enero pasado, miembros de la coalición de Gobierno habían amenazado inclusive con dimitir, lo cual podría poner podía poner en serios apuros al Gobierno de Netanyahu si se arribaba al cese al fuego”, recuerda la experta consultada por este medio.
Fabani agrega que esta es una posición “que los partidos que acompañan a Netanyahu siguen sosteniendo”.
¿Qué sigue?
Sobre todo este escenario, Fernando Wilson, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, considera que “el sistema internacional” está en este punto “superado por la coyuntura”.
El analista, consultado también por este medio, define técnicamente este conflicto como uno “mítico de carácter absoluto”: lo que quiere decir que “ambos actores primarios, Hamás e Israel, están luchando desde una perspectiva en la cual el adversario es incompatible con su supervivencia”.
Leer también"Esto es solo el comienzo": ¿por qué Israel hace añicos la tregua y bombardea otra vez Gaza?
En ese sentido, Wilson apunta a que “no existe una posibilidad equilibrada de darle una resolución que satisfaga al menos parcialmente a ambos, sino que es un esquema de suma cero en el que uno u otro va a ser el ganador y el recíproco el perdedor”.
Por otro lado, Rodrigo Melgar, escritor y analista político, también consultado por France 24, considera que una solución para el conflicto que involucre una ocupación estadounidense “requeriría el consorcio de otras potencias, lo cual haría un acercamiento Washington-Moscú muy atractivo”, mientras que una “ocupación israelí aumentaría la desconfianza de la comunidad internacional”.
Dicho eso, Melgar recuerda que tanto Gaza como la guerra en Ucrania “son las dos grandes crisis que tienen en jaque al sistema internacional, a nivel de constelación de poder y lineamientos políticos, así como a nivel institucional”.
“No es ningún secreto que estas dos crisis le han asestado un embate a la multilateralización del sistema internacional”.
Por ello, el experto considera que el cese el fuego ucraniano “es lo que tiene más ocupada a la comunidad internacional actualmente” y, "hasta que eso no pase a segundo plano (o que la situación en Gaza cambie significativamente)”, Melgar considera que la ruptura del cese el fuego en el enclave palestino no estará en primera línea de "interés y preocupación de los mandatarios de Occidente”.
Con EFE, Reuters, AP y medios locales
Compartir esta nota