El nuevo presupuesto de la Unión Europea, calificado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen como "el más ambicioso jamás propuesto", plantea la centralización de fondos por los Estados, quintuplica el gasto e inversión en defensa para afrontar la “amenaza” de Rusia e incluye lo que el sector agrícola y grupos sindicales vislumbran como un recorte en las ayudas y subsidios.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó este miércoles 16 de julio la propuesta de presupuesto comunitario para el período 2028-2034, un plan de dos billones de euros, con incrementos sustanciales en áreas de defensa, ayudas para la reconstrucción de Ucrania y la revisión de los subsidios a la agricultura, un asunto espinoso que ya encontró reacciones adversas, con una manifestación de granjeros en Bruselas.
El nuevo plan fue calificado por Von der Leyen como “el más ambicioso jamás propuesto” y abre ahora la puerta a un extenso y arduo proceso de negociación en el Parlamento, entre el Ejecutivo y los 27 Estados miembros.
"Es un presupuesto de 2 billones (de euros) para una nueva era. Es un presupuesto que está a la altura de la ambición de Europa, que afronta los retos de Europa y que refuerza nuestra independencia. El presupuesto es más amplio, más inteligente y más nítido", afirmó Von der Leyen.
La Comisión Europea ha puesto el pie firme en materia de defensa y seguridad, con un monto de 131.000 millones de euros, cinco veces mayor al actual; además de una partida para aumentar la competitividad, saldar las deudas pendientes de los enormes préstamos de la pandemia por el Covid-19 a partir de 2028, en un contexto —además— de tensiones comerciales con el mayor socio comercial del bloque, Estados Unidos.
De la partida destinada a seguridad, la líder europea afirmó que 100.000 millones de euros se destinarán para ayudar a Ucrania a reconstruirse de los estragos de la guerra. "Sugerimos 100.000 millones de euros… para apoyar la recuperación, la resiliencia y, por supuesto, su camino hacia la adhesión a la Unión Europea", declaró.
La propuesta reduce el número de programas e incluye un gran fondo en el que se agrupan las ayudas regionales y agrícolas, además de las de pesca y las destinadas a migración y gestión de fronteras.
El fondo tendrá unos 865.000 millones y más de la mitad equivaldrían a los antiguos instrumentos que componen la actual Política de Cohesión (Feder, Fondo Social Europeo y Fondo de Cohesión).
Cada país contará con una asignación individual que aún no ha sido revelada. Mientras que la transferencia de fondos a los Estados miembros dependerá de los planes presentados por cada uno tras una evaluación del Ejecutivo, y los desembolsos o pagos estarán atados al cumplimiento de compromisos. Este mecanismo ha sido cuestionado anteriormente en el Parlamento Europeo, donde ha sido entendido como la centralización de los fondos.
De "los números no cuadran", al origen de los fondos planteado por Von der Leyen
Los legisladores ante el Parlamento que asistirán en la tramitación de la propuesta durante el próximo año y en 2027 afirmaron que las cuentas presupuestarias "no cuadran". Para el grupo de parlamentarios, el plan introduce "una congelación de la inversión y el gasto en términos reales".
"Es el 'statu quo', que la Comisión siempre ha insistido en que no es una opción", afirmaron en un comunicado.
Parte de la confusión sobre las cifras se atribuye a la insistencia de Von der Leyen en que las contribuciones nacionales al presupuesto no aumentarán. Para financiar los incrementos, la comisión diversificará las fuentes de ingresos mediante "un cambio radical" en la forma en que recauda su propio dinero, según afirmó la líder europea.
Bajo la propuesta actual, se obtendrán fondos adicionales a través del sistema de comercio de emisiones de carbono y un nuevo impuesto sobre el tabaco, entre otras medidas, entre las que se incluye también una contribución anual de entre 100.000 y 750.000 euros para las empresas que operen en la Unión Europea y tengan una facturación anual neta de más de 100 millones de euros, que se destinaría a financiar al presupuesto comunitario a partir de 2028.
La idea forma parte de las nuevas fuentes de ingresos propios que el Ejecutivo comunitario quiere incorporar en el Marco Financiero Plurianual (MFP) para el periodo 2028-2034. Bruselas espera recaudar 6.800 millones de euros al año de media con esta contribución empresarial.
Además, se impondrá una nueva tasa sobre los residuos electrónicos que no sean recogidos, que generaría un estimado de 15.000 millones de euros al año, así como parte de la recaudación del Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (el arancel climático de la UE) y del Sistema de Comercio de Emisiones (que ya es un recurso para las cuentas), que aportarían 1.400 millones y 9.600 millones, respectivamente, según desglosa la agencia EFE.
Con estos nuevos recursos propios, la Comisión Europea prevé mantener estables y sin alzas las contribuciones de los Estados miembros, que representan un 65% de los ingresos a las cuentas.
Conflicto en ciernes con los agricultores comunitarios
El presupuesto plantea el traslado de fondos de la Política Agrícola Común (conocida como PAC), moviendo parte de la financiación a otras partidas presupuestarias, incluyendo parte de esta en el fondo especial adminitrado por el Ejecutivo. Las reacciones de rechazo del sector agrícola y grupos sindicales fue casi inmediato, ante lo que vislumbran como un recorte en las ayudas y subsidios.
El sector, que protagonizó el año pasado encendidas manifestaciones ante las importaciones desde fuera de la UE, ya juró una lucha: el miércoles, cientos de agricultores europeos se unieron a una protesta ante el edificio de la Comisión Europea en Bruselas, una protesta organizada por el grupo de presión agrícola paneuropeo Copa-Cogeca.
Los agricultores describieron la jornada de presentación del plan como un "miércoles negro" y acusaron a Bruselas de haber "decidido efectivamente desmantelar la naturaleza 'común' de la PAC mediante recortes presupuestarios encubiertos".
"Todo el mundo habla de seguridad para Europa. Todo el mundo habla de una Europa más fuerte. Pues déjenme decirles que no se puede ser más fuerte con el estómago vacío", dijo Lode Ceyssens, responsable del sindicato belga de agricultores Boerenbond.
Hungría, acérrima crítica de Bruselas y principal aliada de Rusia en Europa, no tardó en expresar su descontento y cuestionó también los fondos destinados a Kiev. "Ucrania recibiría un enorme impulso financiero, mientras que los agricultores europeos saldrían perdiendo", declaró el primer ministro Viktor Orban.
Con Reuters, AP, AFP, EFE y medios locales.
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