La cúpula militar, que tomó el poder en un golpe de Estado en 2020, anunció el miércoles la prohibición “hasta nuevo aviso” de las actividades de los partidos políticos. La medida de la junta, que lidera el general Assimi Goïta y que ha diferido indefinidamente la celebración de elecciones, llega en medio de protestas y llamados a su salida del poder.

La junta militar que gobierna en Mali y que tomó el poder tras perpetrar un golpe de Estado en 2020 decretó el miércoles la suspensión de todas las actividades de los partidos políticos "hasta nuevo aviso" por "razones de orden público".

El decreto —publicado en el Boletín Oficial del país y firmado por el jefe de la cúpula militar, el general Assimi Goïta— fue anunciado a través de la televisión estatal y llega después de las primeras manifestaciones en favor de la democracia desde que los soldados tomaron el poder por la fuerza.

La prohibición —que afecta las actividades políticas de partidos formales y otras organizaciones en el país de África occidental— llega días después de una protesta convocada por la oposición contra la junta militar que ha gobernado desde los golpes de Estado de 2020 y 2021.

Otra manifestación estaba prevista para el viernes próximo. 

Los partidos políticos en el país exigen el retorno al orden constitucional y la celebración de elecciones presidenciales, que la junta decidió aplazar de manera indefinida en marzo de 2024.

Los militares ya habían prohibido en los últimos días manifestaciones masivas convocadas por la oposición para oponerse a las intenciones de la junta militar, especialmente en la capital, Bamako.

El sábado 3 de mayo, cientos de activistas corearon consignas contra la dictadura frente al Palacio de Cultura, que la Policía había acordonado previamente para evitar enfrentamientos con grupos de jóvenes pro militares que habían tomado el lugar horas antes en un intento de impedir la manifestación.

“No me sorprende, me lo esperaba, porque es su forma de impedir que llevemos a cabo nuestras actividades, pero seguiremos defendiendo la democracia en Mali. Somos un pueblo comprometido con la democracia”, dijo Cheick Oumar Doumbia, uno de los líderes de la manifestación del pasado fin de semana, a la agencia The Associated Press (AP).

El domingo, figuras de la sociedad civil, partidos políticos y líderes sindicales realizaron una conferencia de prensa para pedir “un retorno rápido y creíble al orden constitucional mediante la organización de elecciones transparentes, inclusivas y pacíficas”, dijo el organizador Cheick Oumar Doumbia.

“Con esta decisión, el Gobierno no ha optado por calmar el clima político en Mali, y los partidos políticos aún no han anunciado su estrategia para hacer oír su voz, pero esperamos enfrentamientos con grupos prodemocráticos en las calles en el futuro”, dijo Cheick Oumar Konaré, analista político y abogado, en diálogo con AP.

Los organizadores dijeron en un comunicado que “condenan enérgicamente cualquier intento de limitar, suspender o disolver los partidos políticos, lo que constituye un ataque directo a la constitución y la soberanía del pueblo maliense”.

Goïta busca consolidar su control del poder

Goïta, un coronel del Ejército de 41 años, dirigió las fuerzas especiales de Mali estacionadas en el centro del país, desgarrado durante casi un quinquenio por la violencia yihadista y sectaria. Tras meses de descontento social y agitación política, Goïta se hizo con el poder del país tras liderar dos golpes de Estado: uno en 2020 y otro en 2021.

Tras el golpe de 2020, ordenó el encarcelamiento del presidente derrocado, Ibrahim Boubacar Keita; del ex primer ministro, Boubou Cisse; y de otros miembros del Gobierno capturados durante el golpe, que siguió a meses de protestas y el recrudecimiento de la violencia en el país.

La Unión Africana, la Unión Europea, Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas han exigido a la junta que libere al presidente Boubacar Keita.

Amenazado por las sanciones internacionales tras el golpe, el consejo militar, Goïta entregó el poder al gobierno provisional encabezado por el presidente Bah Ndaw y el primer ministro Moctar Ouane, que asumieron sus cargos en septiembre de 2020, con el mismo Goïta como vicepresidente.

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Pero en mayo de 2021 volvió a tomar el poder tras acusar a Ndaw y a Ouane de no consultarle sobre una remodelación del gabinete que habría sustituido a los ministros de Defensa y Seguridad, ambos militares.

La junta se comprometió a organizar elecciones, restablecer el orden constitucional y dirigir una transición hacia un gobierno civil. Sin embargo, dio un viraje: ha cortado los lazos diplomáticos y la cooperación militar con sus socios occidentales tradicionales y ha forjado nuevas asociaciones con Rusia.

En 2022, tras casi una década de misión militar contra el yihadismo, ordenó a Francia y sus aliados que abandonaran Mali. Se trató del fin de la Operación Barkhane, un despliegue militar que inició en 2013, cuando Francia intervino para expulsar a los extremistas islámicos, en un intento para evitar que los grupos insurgentes se afianzaran en la región.

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En abril de 2024, el Gobierno anunció una suspensión antes de un "diálogo nacional" que exigía extender el período de transición de un gobierno militar de dos a cinco años. En junio de ese año, encarceló a 11 líderes de la oposición por cargos de conspiración contra la junta militar gobernante después de que los dirigentes pidieron el retorno a un gobierno civil.

El 29 de abril pasado, los participantes en el diálogo nacional en Mali, que pretende diseñar el futuro político del país y que boicotean los partidos de la oposición, recomendaron nombrar a Goïta como presidente para un mandato de cinco años renovables. La conferencia también aconsejó la disolución de todos los partidos políticos y el endurecimiento de las condiciones para la creación de nuevas bancadas.

Más recientemente, la junta evalúa la propuesta de impedir a los jefes de pueblos, líderes religiosos y de organizaciones de la sociedad civil ser candidatos para una elección o participar en una campaña electoral, o impedir el transfuguismo político. 

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Otros prominentes líderes políticos y activistas de la sociedad civil continúan en prisión, entre ellos, Issa Kaou N’Djim, exvicepresidente del Consejo Nacional de Transición, el órgano legislativo de transición de Mali, y el economista Etienne Fakaba Sissoko. Ambos habían sido críticos con los regímenes militares de los tres países de la Alianza de Estados del Sahel: Mali, Burkina Faso y Níger.

Con Reuters, AP, AFP y medios locales

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