El vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, visita este viernes 28 de marzo Groenlandia, en un momento de alta tensión por la renovada insistencia del presidente Donald Trump de tomar el control del territorio danés semiautónomo. Mientras los habitantes de la isla expresan su disgusto, en Copenhague acusan a Washington de poner en riesgo las alianzas europeas con su ambicionada anexión.
Entre el disgusto y la tensión diplomática, Groenlandia recibe este 26 de marzo una delegación estadounidense, incluido el vicepresidente J.D. Vance.
En una versión modificada del inicial plan de viaje que enfureció o a las autoridades tanto de Groenlandia como de Dinamarca, Vance y su esposa Usha visitan este viernes la base militar estadounidense de Pituffik, en el norte de la isla ártica.
La delegación, que también incluye al asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, y al secretario de Energía, Chris Wright, ha reducido su itinerario tras el revuelo entre groenlandeses y daneses, molestos por la planificación del viaje sin consultarles.
Según un acuerdo de 1951, Estados Unidos tiene derecho a visitar su base cuando lo desee, siempre y cuando notifique a Groenlandia y Copenhague.
El disgusto en la isla salta a la vista. Los residentes han planificado protestas contra la visita y en las calles ciudadanos consultados expresan su rechazo.
Las tensiones se elevan luego de que el pasado miércoles el presidente Donald Trump reiterara su deseo de tomar control de Groenlandia, al asegurar que Estados Unidos necesita la isla, estratégicamente ubicada, para la seguridad nacional e internacional.
Pituffik se encuentra en la ruta más corta de Europa a Norteamérica y es vital para el sistema de alerta de misiles balísticos de Estados Unidos.
"Creo que llegaremos hasta donde sea necesario. Necesitamos Groenlandia y el mundo necesita que tengamos Groenlandia, incluida Dinamarca", declaró el líder de la Casa Blanca, un pronunciamiento que detonó aún más la ira generalizada en el territorio donde algunos habitantes señalaron que “no están a la venta”, en referencia a las intenciones del republicano desde su pasada presidencia de comprar ese territorio.
La isla, cuya capital, Nuuk, está más cerca de Nueva York que de la capital danesa, Copenhague, cuenta con una gran riqueza mineral, petrolera y de gas natural, pero se trata de un territorio danés semiautónomo.
Las intenciones de anexión por parte de Trump causan tanto el rechazo de los groenlandeses y aumenta las pretenciones de independencia.
En la isla, el desarrollo ha sido lento y el sector minero ha recibido una inversión estadounidense muy limitada. Las empresas mineras que operan en Groenlandia son principalmente australianas, canadienses o británicas.
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EE. UU. pone en riesgo las alianzas europeas: Dinamarca ante pretenciones de Trump
En medio de las intenciones de Trump, Rasmus Jarlov, presidente del comité de Defensa de Dinamarca, aseguró que Washington está poniendo en riesgo las alianzas europeas.
"No podemos hacerlo. No podemos entregar a 57.000 de nuestros ciudadanos para que se conviertan en estadounidenses contra su voluntad", subrayó el destacado legislador en una entrevista con la cadena ‘CNN’.
“Nadie se aliará con un país que intente anexionarse partes de su territorio”
Jarlov también fue cuestionado sobre si imaginaba un escenario en el que Estados Unidos intentara usar la fuerza para reclamar Groenlandia a Dinamarca.
"Espero que no, pero eso depende del gobierno estadounidense. No vamos a ceder. No vamos a entregar Groenlandia, independientemente del tipo de presión que se nos aplique (…) Hay mucho en juego, porque no se trata solo de ser razonables con Dinamarca y Groenlandia. También se trata de toda la alianza occidental. Nadie se aliará con un país que intente anexionarse partes de su territorio”, destacó.
Pero Washington no desiste de la idea que amenaza la soberanía del territorio, con la mirada puesta en los recursos del territorio, al tiempo que señala motivos de “seguridad nacional”. Un funcionario de la Casa Blanca resaltó que Groenlandia cuenta con un amplio suministro de tierras raras que impulsarían la próxima generación de la economía estadounidense.
La pregunta ahora es hasta qué punto Trump está dispuesto a impulsar su idea de apoderarse de la isla, destacó Andreas Oesthagen, investigador principal sobre política y seguridad en el Ártico del Instituto Fridtjof Nansen, con sede en Oslo.
"Aún es improbable que Estados Unidos utilice medios militares", declaró a la agencia de noticias Reuters.
Sin embargo, “es probable que el presidente Trump y el vicepresidente Vance sigan utilizando otros medios de presión, como declaraciones ambiguas, visitas semioficiales a Groenlandia e instrumentos económicos (…) No se puede simplemente atacar a los aliados e intentar arrebatarles su territorio mientras, al mismo tiempo, se intenta ayudar a Rusia a ganar más territorio en Europa”, explicó el experto.
Antes de la visita, cuatro de los cinco partidos elegidos para el Parlamento de Groenlandia a principios de este mes acordaron formar un nuevo gobierno de coalición de amplia base, uniéndose para hacer frente a las intenciones de Trump sobre el territorio.
Previamente, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, calificó los planes iniciales para la visita a Estados Unidos de "inaceptables", por lo que posteriormente el ministro de Asuntos Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, recibió con beneplácito que Washington limitara la visita a su base militar. Copenhague consideró el cambio como una medida positiva para reducir la tensión.
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Con Reuters y AP
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