En medio de fuertes tensiones mundiales inició este lunes 16 de junio la cumbre del Grupo de los Siete en Canadá. Los líderes mundiales apelan al fin de la escalada del conflicto entre Israel e Irán por el programa nuclear de Teherán, pero no se espera que el presidente de la primera potencia, Donald Trump, firme una declaración conjunta sobre ese conflicto. El republicano llamó a Teherán a negociar, al tiempo que afirmó que “no ganará” la guerra frente al Estado de mayoría judía.
Las guerras en curso marcan la cumbre del G7. Las conversaciones anuales, esta vez en Canadá, llegan en medio de la escalada de ataques entre Irán e Israel y la invasión rusa a Ucrania.
A diferencia de otras cumbres, en esta ocasión no se espera que una declaración firmada por todos los miembros del grupo: Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Canadá y Japón, ya que el presidente de la primera potencia, Donald Trump, no tiene intención de firmar el texto en el que las naciones instan al fin del conflicto entre la República Islámica y el Estado de mayoría judía. Así lo subrayaron funcionarios de la Casa Blanca que hablaron bajo condición de anonimato.
Un borrador del documento, citado por ‘NBC News’, aborda la supervisión al programa nuclear de Irán, insta a ambas partes a proteger a los civiles y renueva sus compromisos con la paz.
En todo caso, Trump, una vez más ha manifestado posturas que van en contraposición con la de los aliados occidentales. Este lunes, el mandatario instó a Irán a negociar sobre su programa nuclear al tiempo que sostuvo que la República Islámica “no ganará esta guerra”, en referencia al cruce de bombardeos en curso con Israel.
El G7 reafirmó lo que considera “derecho a la legítima defensa” del territorio israelí, pero también lo urgió a parar los ataques.
“Fue un gran error”
En otra señal de las dificultades que los países del G7 encaran para llegar a un acuerdo sobre temas clave, Donald Trump, afirmó que la retirada de Rusia del antiguo G8 fue “un error”.
El grupo expulsó a Rusia en 2014 tras anexionarse la provincia ucraniana de Crimea, previo a la llamada guerra del Donbass que antecede la invasión a gran escala que Vladimir putin ordenó contra su vecino país el 24 de febrero de 2022.
"Fue un gran error (…) Esa guerra no habría sido posible. Sabes que tienes a tu enemigo en la mesa; ni siquiera lo considero; no era realmente un enemigo en ese momento", declaró Trump.
Mientras la mayor parte de la comunidad internacional, incluidas las potencias occidentales, respaldan al país invadido y mantienen sanciones contra Moscú, Trump ha continuado mostrando su afinidad con el Kremlin. Incluso, pese a las dilaciones de Putin para negociar “la paz”, que por momentos ha despertado el disgusto del líder de la Casa Blanca.
No obstante, la escalada entre los dos países es una prioridad, y fuentes diplomáticas afirman que esperan instar a la moderación y a la diplomacia, por lo que intentarán que Trump firme la declaración.
"Creo que existe un consenso para la desescalada. Obviamente, lo que debemos hacer hoy es coordinarnos y ser claros sobre cómo lograrla", declaró a la prensa el primer ministro británico, Keir Starmer.
En un movimiento que despertó mayor inquietud entre algunos aliados de Washington, Trump habló el pasado sábado 14 de junio con Putin y sugirió que el hombre que ordenó el mayor conflicto en suelo europeo después de la Segunda Guerra Mundial desempeñe un papel de mediador entre Israel e Irán.
El presidente francés, Emmanuel Macron, desestimó la idea, al argumentar que Moscú no puede ser negociador cuando al mismo tiempo lidera la guerra contra Ucrania.
Un diplomático europeo afirmó que la sugerencia del mandatario estadounidense demuestra que Rusia estaba muy presente en la mente del actual líder de la Oficina Oval.
"Para Estados Unidos, no hay paz sin Rusia; y ahora incluso se le reconoce su papel de mediador con Irán. Para los europeos, este será un G7 realmente difícil", declaró.
En medio de estas desavenencias, los líderes han preparado varios borradores, reporta la agencia de noticias Reuters. Entre ellos textos sobre migración, inteligencia artificial y cadenas críticas de suministro de minerales. Sin embargo, ninguno ha sido aprobado por Estados Unidos, según fuentes con conocimiento de los documentos.
Los primeros cinco meses del segundo mandato de Trump han cambiado drásticamente la política exterior hacia Ucrania, han aumentado la ansiedad por sus vínculos más estrechos con Rusia y han desencadenado la imposición de aranceles a los aliados de Washington, un duro golpe al orden internacional.
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Con Reuters y AP
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