La región rusa de Kursk se ha convertido en un punto determinante en la guerra en Ucrania. En la ciudad de Sudzha, fuerzas ucranianas y rusas se enfrentan en combates intensos. Un numeroso contingente de fuerzas especiales rusas lanzó una ofensiva sorpresa a través del gasoducto Urengoy-Pomary-Uzhgorod para infiltrarse en la ciudad, que está bajo control ucraniano. Desde el inicio de su invasión a Kursk en agosto de 2024, Kiev ha intentado utilizar la región como una moneda de cambio en el conflicto, aunque los resultados hasta ahora han sido limitados. Así, el destino de esta zona crítica continúa en juego.

En la ciudad rusa de Sudzha, a 13 kilómetros de la frontera con Ucrania, se encuentran importantes estaciones de medición y transferencia de gas en el gasoducto Urengoy-Pomary-Uzhgorod, que transportó gas natural ruso a Europa a través del territorio ucraniano hasta el 31 de diciembre de 2024.

Ahora, ese mismo gasoducto habría servido como túnel para que fuerzas especiales rusas se infiltraran en Sudzha como parte de una ofensiva para recuperar la ciudad en control del Ejército ucraniano.

“Los agentes rusos caminaron unos 15 kilómetros dentro del gasoducto (…) algunas tropas rusas habían pasado varios días en el gasoducto antes de atacar a las unidades ucranianas por la retaguardia cerca de la ciudad de Sudzha”, afirmó el bloguero prorruso Yuri Podolyaka.

Un ataque de película que fuentes rusas han divulgado en la red social Telegram, pese a que agencias de noticias internacionales no han podido verificar.

Sin embargo, el Estado Mayor de Ucrania confirmó el sábado por la noche que “grupos de sabotaje y asalto rusos” utilizaron el oleoducto en un intento de ganar más terreno en la zona. 

En una publicación en Telegram, el Ejército ucraniano dijo que las tropas rusas fueron “detectadas de manera oportuna” y que Ucrania respondió con cohetes y artillería.

“En la actualidad, las fuerzas especiales rusas están siendo detectadas, bloqueadas y destruidas. Las pérdidas del enemigo en Sudzha son muy elevadas”, informó el Estado Mayor  de Ucrania.

El ex presidente ruso Dmitry Medvedev dijo este domingo que los recientes avances de las fuerzas rusas contra Ucrania en la región de Kursk significaban que los soldados de Kiev estaban casi rodeados, mientras que el gobierno ucraniano ha negado que las fuerzas rusas hayan logrado ningún avance importante en la región.

Kursk, "una moneda de cambio" congelada para Ucrania

Un año después del 24 de febrero de 2022, cuando ocurrió la invasión a gran escala a Ucrania por parte de Rusia, la guerra se trasladó a territorio ruso. El Ejército ucraniano comenzó a atacar las regiones fronterizas de Briansk y Bélgorod, rompiendo una de las líneas rojas de Moscú.

Una estrategia de contraofensiva de Ucrania que se consolidó en agosto de 2024 cuando miles de soldados ucranianos tomaron alrededor de 1.300 kilómetros cuadrados de la región rusa de Kursk. 

Kiev ha reconocido que fue un intento de ganar una moneda de cambio en futuras negociaciones y obligar a Rusia a trasladar sus fuerzas del este de Ucrania.

Sin embargo, desde que la incursión relámpago ucraniana tomó por sorpresa a Rusia, el gobierno de Moscú ha concentrado más de 50.000 soldados en la región, incluidos algunos de su aliado Corea del Norte, de acuerdo con lo denunciado por el Servicio de Inteligencia Nacional de Corea del Sur. 

Para noviembre de 2024, los ucranianos habían perdido más del 40% de los 984 kilómetros cuadrados de Kursk que ocuparon en agosto, según el Instituto para el Estudio de la Guerra, un think tank estadounidense.

Dado que Kiev no ha logrado el control de esta zona estratégica en el este de Ucrania, las tropas rusas no han retrocedido en el Donbass, según investigaciones de algunos grupos de expertos en la guerra ruso ucraniana.

Por ejemplo, la investigadora Tatiana Stanovaya concluye que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, no parece considerar la incursión ucraniana como una amenaza lo suficientemente grave como para justificar el retiro de tropas de la región del Donbass, en el este de Ucrania, su objetivo prioritario.

“Putin se centra en el colapso del Estado ucraniano, que según él automáticamente hará irrelevante cualquier control territorial”, dijo Tatiana Stanovaya, investigadora principal del Centro Carnegie Rusia Eurasia.

¿Ucrania sin “cartas” para negociar la paz?

Tras el estancamiento de la ofensiva ucraniana en Kursk y la amenaza rusa en el Donbass, Donald Trump considera que Ucrania está perdiendo la guerra y no puede sobrevivir sin la ayuda militar estadounidense, por lo que presiona a Zelenski para que acepte una negociación de paz con Putin. 

“Tú no tienes las cartas”, vociferó el presidente estadounidense Donald Trump a su homólogo ucraniano Volodímir Zelenski en un encuentro bilateral en la Casa Blanca el pasado 28 de febrero. 

Zelenski viajó a Estados Unidos para firmar con Trump un acuerdo que destinaría el 50% de los futuros ingresos generados por los recursos minerales, el petróleo y el gas de propiedad ucraniana a un fondo destinado a financiar proyectos de desarrollo en ese país europeo. Sin embargo, un inesperado desacuerdo entre ambos presidentes frustró la firma del pacto.

Este acuerdo sobre minerales estuvo en el centro de una disputa entre Trump y Zelenski días antes, cuando el presidente ucraniano rechazó una petición inicial de Washington de 500.000 millones de dólares en ingresos procedentes de la explotación de los minerales raros.

Trump dijo que Estados Unidos había dado a Ucrania entre 300.000 millones y 350.000 millones de dólares en ayuda y que quería "recuperar ese dinero" a través de un acuerdo.

Giro de 180 grados en la relación de Estados Unidos y Rusia 

La prisa de Trump por imponer el fin de la guerra de Rusia en Ucrania negociando directamente con Putin ha avivado los temores de la Unión Europea a que un acuerdo pueda socavar la seguridad de Kiev y de Europa y alterar el panorama geopolítico.

"Lo realmente preocupante es que Trump ha transformado a Rusia, de ser un paria internacional, en un socio privilegiado en solo unos días. Y eso tiene un costo", dijo Brett Bruen, ex asesor de política exterior del gobierno de Barack Obama.

Las conversaciones en Riad, del 18 de febrero de 2025, -la primera vez que Estados Unidos y Rusia se reunieron para discutir el conflicto más letal en Europa desde la Segunda Guerra Mundial- dieron como resultado un acuerdo para formar equipos negociadores para futuras reuniones y trabajar para restablecer el funcionamiento normal de las misiones diplomáticas de cada uno, lo que refleja un descongelamiento de sus relaciones diplomáticas. 

Los líderes europeos han reprochado a Trump por hacer concesiones unilaterales a Rusia, como descartar la posibilidad de que Ucrania se uniera a la OTAN, calificar de "ilusión" la idea de que Kiev pudiera recuperar el 20% de su territorio actualmente bajo control ruso, y suspender por completo la ayuda militar estadounidense.

Una ayuda que sigue siendo vital: en la actualización de este domingo sobre la situación en Kursk, el ministerio de Defensa de Rusia dijo que sus fuerzas habían retomado la aldea de Lebedevka, así como también tomado Novenke, una aldea al otro lado de la frontera en la región vecina de Sumy en Ucrania. Y, en Donetsk, las fuerzas rusas han logrado avances lentos pero constantes durante los durísimos combates en lo que antaño fue el corazón industrial de Ucrania.

Con Reuters, AP y medios locales

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