El jueves, Francia entregó su única base militar en Costa de Marfil, marcando el fin de décadas de presencia en ese país. Este retiro se inscribe en la creciente tendencia de los países africanos a disminuir sus vínculos militares con la nación europea.
Francia devolvió la base militar de Port-Bouët, cerca de Abiyán, a Costa de Marfil durante una ceremonia en presencia de los ministros de Defensa de ambos países.
Los ministros Sébastien Lecornu, de Francia, y Téné Birahima Ouattara, de Costa de Marfil, firmaron un documento que confirma la devolución de la base militar poco después de que se izara la bandera marfileña en el patio de armas de la base.
El campamento militar de Port-Bouët de 230 hectáreas, que flanquea la principal ciudad de Costa de Marfil, ha sido un elemento fijo en la vida del país durante décadas y contribuyó a estabilizar al primer productor mundial de cacao tras los golpes de Estado y los disturbios que estallaron en la estable nación a partir del año 2000.
La retirada de las tropas francesas, anunciada por el presidente marfileño Alassane Ouattara en diciembre, forma parte de una tendencia regional de los países africanos a diluir los lazos militares con Francia, pero se trata de un proceso concertado, en contraste con otros países africanos que recientemente han expulsado al Ejército francés.
"Es un momento muy simbólico, con la devolución de este campamento a los ejércitos marfileños. Se lleva a cabo en condiciones ejemplares, en total coherencia y madurez en nuestra relación", afirmó el coronel Damien Mireval, agregado de defensa francés en Abiyán.
"La cooperación militar continúa con Francia. No hay ruptura", confirmó a RFI el ministro de Defensa marfileño, Téné Birahima Ouattara.
Una larga relación
Los vínculos entre ambos ejércitos se remontan a 1961 y a un acuerdo de defensa firmado entre los dos países tras la independencia de Costa de Marfil. Aunque la presencia francesa en el territorio data de la época colonial.
Unos 1.000 soldados franceses fueron desplegados en Port-Bouët y ayudaron en la lucha contra los yihadistas, que lanzan ataques regulares en toda la región.
La retirada de los soldados se llevará a cabo progresivamente a lo largo de 2025 y un centenar de ellos permanecerán en la base para misiones de formación y acompañamiento.
"Costa de Marfil y Francia mantienen muy buenas relaciones desde la independencia. París seguirá siendo un socio privilegiado en formación, inteligencia y, sobre todo, en la lucha contra el terrorismo", señala Geoffroy Kouao.
En esta ocasión, el campamento será rebautizado con el nombre de Thomas d’Aquin Ouattara, el primer jefe del Estado Mayor del Ejército marfileño y se develará una placa con su efigie.
Las dos banderas, la francesa y la marfileña, que ondean actualmente en la plaza de armas, serán bajadas, y solo la tricolor marfileña, en naranja, blanco y verde, será izada nuevamente.
En las últimas semanas, un centenar de paracaidistas marfileños ya se ha instalado en este campamento, situado cerca del aeropuerto, y se han llevado a cabo varios ejercicios conjuntos.
El nuevo panorama de Francia en África
Esta devolución, anunciada el 31 de diciembre por el presidente marfileño Alassane Ouattara, es el resultado de un proceso iniciado hace dos años entre ambos países y responde a la voluntad de Francia de reorganizar su presencia militar en África.
Enfrentado a la toma de poder en el Sahel por juntas militares hostiles, el Ejército francés, desplegado para la lucha contra el terrorismo yihadista, ha tenido que retirarse, voluntariamente o por la fuerza.
Primero en Malí, en febrero de 2022, con el fin de la Operación Barkhane, y luego un año más tarde en Burkina Faso, cuando las autoridades denunciaron abruptamente el acuerdo militar entre ambos países.
Pocos días después de tomar el poder en julio de 2023, los golpistas de Níger hicieron algo similar, obteniendo en diciembre del mismo año la salida de los 1.500 soldados desplegados en la lucha contra el terrorismo yihadista.
Más recientemente, Chad pidió al Ejército francés que abandonara su territorio en unas pocas semanas, y Senegal está negociando la salida de las tropas francesas para finales de 2025.
Costa de Marfil, por lo tanto, representa una excepción en este panorama desafiante, e incluso hostil, hacia la presencia francesa.
"Las autoridades marfileñas son muy conscientes de que existen ideas soberanistas en el país. Por lo tanto, deben anticipar la salida de la base militar francesa antes de que se convierta en una demanda popular", opina el analista político marfileño Geoffroy Kouao.
Con AFP
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