Las medidas en defensa que adoptan los países europeos ante el temor de una escalada en el continente, a raíz de la invasión rusa a Ucrania, abarcan un amplio abanico: mientras el Parlamento Europeo dio luz verde para imponer aranceles a Rusia con el fin de debilitar sus arcas, Alemania inauguró en Lituania su primer despliegue permanente en el extranjero desde la Segunda Guerra Mundial. Entretanto, Finlandia da señales de estar preparada ante una hipotética ofensiva rusa en su territorio.
El continente europeo, en cabeza de sus dirigentes e instituciones, sigue poniendo cortafuegos a la amenaza rusa. De la mano de sanciones, el aumento de efectivos en la Coalición Transatlántica o con acciones en la frontera entre Finlandia y Rusia, diferentes países buscan disuadir al Kremlin de cruzar una línea roja.
Una de las más recientes acciones llegó por parte del Gobierno del canciller Friedrich Merz. Se trata de un contingente militar alemán, su primer despliegue en ultramar desde la Segunda Guerra Mundial, que reforzará la última frontera que tiene la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en Lituania, con Rusia.
"Quien desafíe a la OTAN debe saber que estamos preparados. Quien amenace a un aliado debe saber que toda la alianza defenderá cada pulgada de territorio", aseguró Merz durante una ceremonia delante de la catedral de Vilna.
La brigada, que se desplegará de forma progresiva hasta 2027, tiene el papel de actuar como medida de "disuasión creíble", señaló el canciller, apuntando que es necesario estar listos para defenderse de una agresión.
Además, responde a los esfuerzos europeos para fortalecer las defensas de la región frente a la invasión rusa y la presión del presidente estadounidense Donald Trump sobre los aliados para que inviertan más en su propia seguridad.
En cifras, se trata –por ahora– de 400 militares alemanes ya desplazados, pero contará con 4.800 soldados y 2.000 vehículos, incluidos decenas de tanques, cuando esté plenamente operativa.
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Finlandia se prepara "para lo peor" ante movimientos militares rusos cerca de la frontera
Las medidas van más allá. El mayor general Sami Nurmi, jefe de estrategia de las fuerzas de defensa finlandesas, afirmó que el Ejército está siguiendo muy de cerca las maniobras militares de Moscú y que, como parte de la alianza de la OTAN, es su labor prepararse "para lo peor".
"Están cambiando las estructuras y estamos viendo preparativos moderados en cuanto a la construcción de infraestructura cerca de nuestras fronteras, lo que significa que, una vez que la guerra en Ucrania, con suerte, termine, comenzarán a traer de vuelta a las fuerzas que han estado combatiendo en Ucrania, especialmente las fuerzas terrestres", declaró Nurmi sobre eventuales acciones del Kremlin en Europa del Este.
Finlandia ya tomó medidas cuando Rusia comenzó su invasión a Ucrania y Helsinki no dudó en sumarse a la OTAN.
Sin embargo, ahora añadieron un tramo de 35 km de valla –de 200 km previstos– en su frontera oriental con el territorio ruso. Esta verja, equipada con cámaras y sensores para detectar cruces ilegales, responde a incidentes anteriores en los que Helsinki acusó a Moscú de dirigir a solicitantes de asilo hacia Finlandia en una “operación híbrida”.
La alerta en los estamentos militares del país es máxima. El jefe de estrategia de las Fuerzas de Defensa finlandesas remarcó que su tarea, como parte de la OTAN, es anticiparse ante cualquier eventualidad que comprometa su seguridad.
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Nuevos aranceles contra Moscú
Las disuasiones también se fraguan en los despachos. Y esta vez fue el Parlamento Europeo el que movió ficha, apoyando la imposición de aranceles a todos los productos agrícolas procedentes de Rusia y de Belarús, así como a ciertos fertilizantes.
Los eurodiputados respaldaron la propuesta de la Comisión Europea de aumentar en un 50 % los aranceles sobre unos productos que aún no estaban sujetos a aranceles adicionales, como el azúcar, el vinagre, la harina y los piensos, informó la Eurocámara.
El objetivo del bloque europeo es reducir los ingresos rusos de exportación y limitar su capacidad para financiar su guerra contra Ucrania.
La propuesta no ha sido bien acogida por los agricultores europeos, que a pesar de "reconocer" el contexto geopolítico temen las posibles consecuencias económicas para el sector.
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Con Reuters y EFE
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