Estados Unidos anunció el miércoles que sancionará a Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, tras no haber logrado su destitución del organismo internacional por su investigación sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas por Israel en Gaza. Albanese, abogada especializada en derechos humanos, ha calificado en repetidas ocasiones la campaña de Israel como "genocidio" y ha apoyado la orden de detención de la Corte Penal Internacional contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
La administración Trump anunció el miércoles que impondrá sanciones a una investigadora independiente encargada de investigar los abusos contra los derechos humanos en los territorios palestinos, en lo que supone el último esfuerzo de Estados Unidos por castigar a los críticos de la guerra de 21 meses de Israel en Gaza.
La decisión del Departamento de Estado de imponer sanciones a Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para Cisjordania y Gaza, se produce tras una infructuosa campaña de presión de Estados Unidos para obligar al organismo internacional a destituirla de su cargo. También se produce mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visita Washington esta semana para reunirse con el presidente Donald Trump y otros funcionarios para tratar la guerra en Gaza y otros asuntos.
No está claro qué impacto práctico tendrán las sanciones y si la investigadora independiente podrá viajar a Estados Unidos con documentación diplomática.
Albanese, una abogada italiana especializada en derechos humanos, ha denunciado lo que ha descrito como el "genocidio" de Israel contra los palestinos en Gaza. Tanto Israel como Estados Unidos, que proporciona apoyo militar a su estrecho aliado, han negado rotundamente esa acusación.
Estados Unidos no había abordado anteriormente las preocupaciones con Albanese de forma directa porque no ha participado en ninguna de las dos sesiones del Consejo de Derechos Humanos de este año, incluida la sesión de verano que finalizó el martes. Esto se debe a que la administración Trump retiró a Estados Unidos a principios de este año.
En las últimas semanas, Albanese ha enviado una serie de cartas instando a otros países a presionar a Israel, incluso mediante sanciones, para que ponga fin a sus mortíferos bombardeos sobre la Franja de Gaza.
También ha sido una firme defensora de las órdenes de detención de la Corte Penal Internacional contra funcionarios israelíes, incluido Netanyahu, por presuntos crímenes de guerra.
Recientemente publicó un informe en el que nombraba a varias grandes empresas estadounidenses como parte de las que, según ella, están ayudando a lo que describió como la ocupación y la guerra de Israel en Gaza.
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"La campaña de guerra política y económica de Albanese contra Estados Unidos e Israel ya no será tolerada", publicó el secretario de Estado Marco Rubio en las redes sociales. "Siempre apoyaremos a nuestros socios en su derecho a la autodefensa".
El informe de Albanese del 1 de julio se centra en las empresas de defensa occidentales que han suministrado armas utilizadas por el ejército israelí, así como en los fabricantes de maquinaria de movimiento de tierras que han arrasado viviendas y propiedades palestinas.
Cita actividades de empresas de los sectores del transporte marítimo, inmobiliario, tecnológico, bancario y financiero, de viajes online y del mundo académico.
"Mientras la vida en Gaza está siendo destruida y Cisjordania sufre un ataque cada vez más intenso, este informe muestra por qué continúa el genocidio de Israel: porque es lucrativo para muchos", afirma en el documento.
Una solicitud de comentarios por parte del máximo órgano de derechos humanos de la ONU no obtuvo respuesta inmediata.
La misión diplomática de Israel en Ginebra, donde tiene su sede el Consejo de Derechos Humanos, compuesto por 47 miembros, calificó el informe de Albanese de "jurídicamente infundado, difamatorio y un abuso flagrante de su cargo", y afirmó que "encubría las atrocidades de Hamás".
Los expertos externos, como Albanese, no representan a las Naciones Unidas y no tienen autoridad formal. Sin embargo, informan al Consejo como medio para supervisar el historial de derechos humanos de los países.
Albanese ha sido objeto de críticas por parte de funcionarios y grupos proisraelíes en Estados Unidos y Medio Oriente. La misión de Estados Unidos ante la ONU emitió la semana pasada un comunicado mordaz en el que pedía su destitución por "un patrón de antisemitismo virulento y un sesgo implacable contra Israel que se prolonga desde hace años".
La declaración afirmaba que las acusaciones de Albanese de que Israel comete genocidio o apartheid son "falsas y ofensivas".
El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, celebró la acción de Estados Unidos y afirmó en una declaración el miércoles que "la campaña implacable y sesgada de Albanese contra Israel y Estados Unidos ha traspasado hace tiempo la línea que separa la defensa de los derechos humanos de la guerra política".
Es la culminación de una campaña de casi seis meses por parte de la administración Trump para acallar las críticas al manejo de Israel de la guerra en Gaza. A principios de este año, la administración comenzó a arrestar y tratar de deportar a profesores y estudiantes de universidades estadounidenses que participaron en manifestaciones a favor de Palestina y otras actividades políticas.
La guerra entre Israel y Hamás comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando militantes liderados por Hamás irrumpieron en Israel y mataron a unas 1200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron como rehenes a 251 personas.
La campaña de represalia de Israel ha causado la muerte de más de 57.000 palestinos, según el ministerio de Salud de Gaza, que afirma que la mayoría de los fallecidos son mujeres y niños, pero no especifica cuántos eran combatientes o civiles.
Tras casi 21 meses de conflicto, que ha desplazado a la gran mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, es casi imposible que los heridos graves reciban la atención que necesitan, según afirman médicos y trabajadores humanitarios.
"Debemos detener este genocidio, cuyo objetivo a corto plazo es completar la limpieza étnica de Palestina, al tiempo que se lucra con la máquina de matar diseñada para llevarlo a cabo", afirmó Albanese en una reciente publicación en X. "Nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo".
Este artículo es una adaptación de su versión original en inglés
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