El presidente ruso, Vladimir Putin, ha mostrado su disposición de servir en la "mediación" entre Israel e Irán con el fin de "no permitir una nueva escalada de la tensión" en Medio Oriente. No obstante, su postulación ha generado dudas y discusiones. El mandatario francés, Emmanuel Macron, afirma que Rusia, que invadió Ucrania hace tres años, carece de la credibilidad para conciliar, mientras su homólogo estadounidense, Donald Trump, parece ver con buenos ojos esa posibilidad.
"Él está listo. Me llamó para hablar de ello. Tuvimos una larga conversación al respecto", afirmó el domingo el presidente Donald Trump al apuntar a una mediación del líder ruso, Vladimir Putin, en la escalada entre Irán e Israel, que tiene en vilo a Medio Oriente y al resto del mundo.
Israel justificó el inicio de su nueva ofensiva -que condujo a una contundente respuesta del régimen iraní- señalando que Teherán trabaja en un plan secreto para desarrollar un arma atómica. Esto a pesar de que la ONU ha reconocido que no tiene pruebas de ello, aunque tampoco puede garantizar que el programa nuclear iraní sea exclusivamente pacífico.
El viernes 13 de junio, el mismo día que escaló el conflicto, Putin, que ha mostrado recientemente un refuerzo de sus lazos con Teherán, salió a condenar el ataque israelí contra la cúpula militar iraní y sus instalaciones nucleares.
Ese día, la Presidencia rusa aseguró, además, que Moscú "apoyó por todos los medios los esfuerzos para el arreglo de la situación en torno al programa nuclear iraní por la vía pacífica, presentando iniciativas concretas encaminadas a encontrar acuerdos mutuamente aceptables".
Pero, sin haber evitado la escalada, Putin destacó en un comunicado que su país buscaría seguir contribuyendo a la desescalada entre iraníes e israelíes y continuará sus "estrechos contactos" con las autoridades de Irán e Israel para arreglar la situación "que puede tener las consecuencias más funestas para toda la región" de Oriente Medio.
Asimismo, en una conversación con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, le instó a "regresar al proceso negociador y a la solución de todos los asuntos relacionados con el programa nuclear iraní exclusivamente por medios político-diplomáticos".
Además, reafirmó "la disposición a ofrecer servicios de mediación con el fin de no permitir una nueva escalada de la tensión", según un comunicado oficial.
Moscú, al que tanto Irán como EE.UU. habían pedido que mediara en su disputa sobre el programa nuclear de Teherán, se había ofrecido días atrás a retirar el uranio enriquecido iraní y reconvertirlo en combustible para reactores nucleares civiles, como una vía para a rebajar las diferencias entre Washington y Teherán sobre el tema.
Previamente, durante una visita en abril a Moscú del ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, Rusia se ofreció también a participar como mediador en las negociaciones nucleares, si Irán y Estados Unidos lo consideraban conveniente.
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Navegando en ambas aguas: el equilibrio con Israel e Irán
Rusia ha procurado mantener un medido equilibrio en Medio Oriente durante décadas. En esa línea, ha tratado de mantener unas cálidas relaciones con Israel, pero más recientemente ha impulsado fuertes lazos económicos y militares con Irán.
Por un lado, Putin ha demostrado repetidamente su disposición a tener en cuenta los intereses israelíes. Ha preservado nexos cálidos y personales con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, quien viajaba con frecuencia a Rusia antes de la guerra en Ucrania.
Asimismo, Rusia e Israel han forjado una estrecha relación política, económica y cultural que les ha ayudado a abordar cuestiones delicadas y divisivas, como la guerra en Siria.
En cuanto a Irán, las relaciones fueron a menudo tensas durante la Guerra Fría, cuando el sha Mohamed Reza Pahlavi era aliado de Estados Unidos. Tras la Revolución Islámica de 1979, el líder ayatolá Ruhollah Jomeini calificó a Estados Unidos como el "gran satán", pero también tildó a la Unión Soviética como el "satán menor".
Sin embargo, los lazos se estrecharon rápidamente tras la desaparición de la URSS en 1991, cuando Moscú se convirtió en un importante socio comercial y proveedor de armas y tecnología para Irán, que enfrentaba sanciones internacionales. Rusia construyó la primera central nuclear de Irán en el puerto de Bushehr, que entró en funcionamiento en 2013.
En el contexto actual y con la guerra en Ucrania como telón de fondo, en enero pasado, Putin y el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, firmaron un Acuerdo de Asociación Estratégica Integral, el cual no incluye la asistencia militar mutua en caso de agresión, como en el pacto de Rusia con Corea del Norte.
El acuerdo con Teherán va en línea con la nueva apuesta de relaciones de Moscú desde el inicio de la guerra en Ucrania. En los últimos tres años, y buscando evitar un aislacionismo, Rusia ha cultivado lazos más estrechos con Irán y otros países hostiles con Estados Unidos, como Corea del Norte.
"Tras los esfuerzos de Occidente por aislar a Rusia después de la invasión a gran escala de Ucrania en 2022, las relaciones con Irán se convirtieron en una prioridad para el Kremlin. Irán es ahora un importante socio militar y crucial", afirma una columna de Nikita Smagin, experto en política exterior e interior iraní, islamismo y política rusa en Medio Oriente, del centro Carnegie de Estudios Rusos y Euroasiáticos de Berlín.
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"Además, el estrechamiento de los lazos con Irán encaja bien con la estrategia de décadas del Kremlin de dar la espalda a Occidente (una tendencia que la guerra de Ucrania no ha hecho sino acelerar)", añade.
De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ya había adelantado a finales de 2024 que Moscú y Teherán tenían la intención de firmar un pacto de asociación estratégica que incluiría una cooperación de defensa más estrecha. Esto justo días después de que Estados Unidos acusara a Teherán de entregar misiles balísticos de corto alcance a Rusia para su uso contra Ucrania.
Trump no descarta una mediación de Putin; Macron la rechaza
El presidente Donald Trump afirmó el domingo a una cadena de noticias que Estados Unidos podría terminar involucrándose en el conflicto entre Irán e Israel y añadió, por otra parte, que estaría "abierto" a que su homólogo ruso, Vladimir Putin, sea un mediador.
"Él está listo. Me llamó para hablar de ello. Tuvimos una larga conversación al respecto", sostuvo el mandatario estadounidense.
De esta forma, en una entrevista con 'ABC News', Trump no descartó la propuesta de que Putin, cuyas fuerzas invadieron Ucrania y quien se ha resistido a los intentos de Estados Unidos de negociar un alto el fuego con Kiev, mediara entre Israel e Irán.
Pero, el presidente francés, Emmanuel Macron, rechaza tajantemente esa posibilidad.
Durante una visita a Groenlandia para ofrecer su apoyo a la isla ártica, Macron afirmó el mismo domingo que Rusia carece de la credibilidad para mediar en la crisis entre Israel e Irán:
"No creo que Rusia, que está inmersa en un conflicto de alta intensidad y lleva varios años decidida a no respetar la Carta de las Naciones Unidas, pueda ser mediadora".
Macron aprovechó para aclarar que Francia no participó en ninguno de los ataques de Israel contra Irán.
¿Qué gana Putin?
En cuanto a la guerra, algunos analistas militares en Moscú sostienen que poner el foco en el conflicto entre Israel e Irán podría ayudarle a Moscú a distraer la atención mundial de Ucrania y debilitar potencialmente el apoyo occidental a Kiev.
"La atención mundial hacia Ucrania disminuirá", declaró el analista pro-Kremlin Sergei Markov en un comentario a medios.
"Una guerra entre Israel e Irán contribuirá al éxito del Ejército ruso en Ucrania".
Aunque, tras el actual enfrentamiento entre Irán e Israel, las perspectivas de negociar un acuerdo en el que Teherán acepte restricciones más estrictas a su programa nuclear parecen escasas, si se reanudaran las conversaciones con EE. UU., la postura de Rusia podría convertirse en una clave.
Expertos creen, además, que los ataques israelíes probablemente impulsarán los precios mundiales del petróleo y ayudarán a reflotar a Moscú en un momento en que su economía está en dificultades.
“Esto destruirá las esperanzas de Ucrania y sus aliados en Europa Occidental de una caída en los ingresos petroleros rusos, que son esenciales para llenar el presupuesto militar”, escribió el analista militar radicado en Moscú Ruslan Pukhov, en 'Rossíiskaya Gazeta', periódico oficial del Gobierno ruso.
Con EFE, Reuters, AP y medios
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