El portal dedicado a la industria del deporte 'Sportico' publicó su lista de los 100 atletas mejor pagados del mundo en 2024, un escalafón que suma los ingresos por concepto de salario y acuerdos publicitarios, en el que, por segundo año consecutivo, no figura ninguna mujer. ¿Cómo explicarlo?, ¿cómo está la industria del deporte femenino?
La ausencia de mujeres atletas en el listado de los 100 mejor pagados se registra justo cuando la categoría femenina del deporte ha registrado sus saltos más grandes de audiencia y asistencia. Sin embargo, la diferencia de sueldos y de participación publicitaria entre hombres y mujeres sigue siendo abismal.
Cristiano Ronaldo encabeza el listado por segundo año seguido. De hecho, es su octavo año en fila con ingresos anuales por encima de los 100 millones de dólares: 215 millones de salario con Al Nassr y 45 por publicidad.
La mujer que más dinero ganó en el mismo periodo, la tenista Coco Gauff, tiene la mitad de su edad, 20 años, y juega en la élite de su deporte (a diferencia de la Saudi Pro League donde se desempeña Cristiano), pero ingresó a sus cuentas poco más del 10% de las ganancias de CR7: 30,4 millones de dólares.
Las arcas de Gauff están 7,1 millones por debajo del último de la lista de 100, el mariscal de campo de los Minnesota Vikings Daniel Jones, y representa ubicarse en el puesto 125 en una lista expandida. La siguiente más opulenta después de Gauff, la esquiadora acrobática china Eileen Gu, se colocaría incluso fuera del top 250.
Crecimiento que no se refleja en las individualidades
La industria del deporte femenino ha registrado índices de crecimiento históricos en los últimos dos años. Australia-Nueva Zelanda 2023 marcó la primera vez que un Mundial Femenino de fútbol se financiaba a sí mismo y dejaba ganancias (570 millones de dólares), en lugar de ser cubierto con la renta de la Copa del Mundo masculina, como sucedió hasta Francia 2019.
Se batieron récords de audiencia, venta de entradas y asistencia a varios de los estadios mundialistas, como ya había sucedido antes con la Euro femenina y sucedería un año después con la Champions de mujeres.
En el baloncesto de la WNBA ha sucedido otro tanto. El surgimiento de una figura de excepción como Caitlin Clark ha servido para que el valor de mercado de varias franquicias aumente, ha disparado audiencia y boletería y ha permitido a la liga consolidar sus proyectos de expansión, que la llevarán a 16 equipos en 2026.
Pero curiosamente las mediciones que han coincidido con ese repunte no han tenido a atletas mujeres entre los 100 mejor pagados, como sí sucedió en las listas de 2021 y 2022.
El negocio del deporte femenino ha crecido, pero la participación de las principales protagonistas de ese negocio parece no haber aumentado en la misma medida.
La medición de 'Sportico' refleja que los 15 primeros de su lista ingresaron entre todos 534 millones de dólares por concepto de acuerdos publicitarios, pero la ganancia por salario y premios casi triplicó ese concepto: 1.360 millones de dólares.
En el caso de las 15 mujeres más ganadoras, la proporción fue completamente a la inversa. Los sueldos de todas combinados suman 64 millones de dólares y los ingresos por publicidad 157.
Son 1296 millones de dólares de diferencia salarial entre los 15 hombres más ganadores y las 15 primeras mujeres.
En el fútbol, los promedios lucen menos desproporcionados, pero los picos sí que lo son, a juzgar por lo que refleja el Reporte Mundial de Transferencias publicado por la FIFA en el renglón de remuneración fija anual, que es el resultado de dividir el monto del contrato entre los años de vigencia.
En el caso de los hombres, esa remuneración tuvo un promedio de 28.000 dólares a nivel mundial, pero los contratos por encima de 100.000 dólares constituyen el 20% y sobre el millón de dólares el 3,8%.
Para las mujeres, la media fue de 17.400 dólares, pero los acuerdos sobre los 50.000 fueron el 17,6% y los de más de 500.000 el 0,4%.
Incluso en deportes que han hecho grandes esfuerzos por equiparar las bolsas, como el tenis, hay diferencias. La raqueta masculina más acaudalada, Jannik Sinner, ingresó 52,3 millones de dólares en 2024 (25,3 en premios o estipendios, y 27 por contratos publicitarios), mientras que Gauff sumó 30,4 en total.
La brecha no es únicamente de sueldos, porque aún creciendo, la industria del deporte femenino sigue a la zaga.
Las rentas de los equipos de la WNBA alcanzaron un récord de 200 millones de dólares la temporada pasada. En el mismo período, las ganancias de la NBA fueron de casi 12.000 millones.
Un dato deja clara la disparidad: la novata del año de la WNBA, Caitlin Clark percibió 75.535 dólares de salario anual. El jugador de primer año más destacado de la NBA, Victor Wembanyama, tuvo en la misma temporada un contrato de 12 millones de dólares.
Cifras como esas dejan claro que el abismo de género en el deporte es inmensamente más grande que el promedio de la fuerza laboral en general, que según estudios del Centro de Investigaciones Pew, es de 82 centavos ganados por las mujeres por cada dólar que ingresan los hombres.
Los nuevos contratos colectivos firmados por la WNBA y por la Liga F de España son apenas un primer paso para reducir esa diferencia.
Un salto que pronto comenzará a sentirse
El margen de crecimiento, sin embargo, está a favor del deporte femenino que tiene todavía un mundo por conquistar.
Esa es la experiencia demostrada por varios de los equipos que clasificaron por primera vez a un Mundial Femenino, como Marruecos, y que a raíz del éxito que representó el pase a segunda ronda, han comenzado a dar grandes pasos para desarrollar un área que no tenía estructura de ningún tipo.
El portal de la red de mujeres ejecutivas Chief ofrece datos sobre las perspectivas de crecimiento.Hace cinco años, las mujeres constituían el 44% de la participación en eventos deportivos, pero la cobertura tanto periodística como de transmisiones de sus competencias era el 5% de la grilla total y sus contratos de patrocinio el 1% del mercado.
El año pasado, la empresa de servicios profesionales Deloitte calculó que el deporte femenino generó 1.000 millones de dólares en ganancias a nivel global, 300% más que tres años antes y las mujeres recibían ahora el 15% de la atención mediática.
El salto es el resultado de algunos momentos decisivos. Las transmisiones del Final Four femenino de la NCAA, con las Iowa Hawkeyes de Caitlin Clark como principal atractivo, tuvieron una audiencia acumulada de 18,9 millones de espectadores para el juego final, más que cualquier otro partido de baloncesto -incluyendo la NBA- en los últimos cinco años.
En 2024, también se expandió a 14 equipos la liga de fútbol de Estados Unidos (NWSL), se sentaron las bases para que crezca también la WNBA y se creó la Liga Profesional de Hockey femenino.
Además, se anunció la próxima salida al aire de AWSN, una plataforma de streaming creada por la actriz Whoopi Goldberg y dedicada exclusivamente a transmisiones de deporte femenino, desde partidos de la Champions League hasta torneos de la WTA, pasando por tenis de mesa, voleibol y hasta cricket.
Todo parece indicar que un presente no muy alentador puede convertirse en un futuro lleno de oportunidades para las mujeres atletas, si se interpretan las señales del mercado deportivo de forma más justa y acertada.
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