François Bayrou presentó el martes sus directrices presupuestarias para 2026, con el objetivo de lograr un ahorro de 43.800 millones de euros. El primer ministro anunció, en particular, un "año en blanco" para la escala impositiva, las prestaciones sociales y las pensiones. También propuso la eliminación de dos días festivos, citando el Lunes Santo y el 8 de mayo. A continuación, las principales conclusiones de esta extensa rueda de prensa.
Fue una reunión política que se esperaba desde hacía semanas. Durante más de una hora y cuarto, François Bayrou presentó sus directrices generales para el presupuesto de 2026 el martes 15 de julio. Se prevén ahorros de unos 43.800 millones de euros para el próximo año. Pero antes de entrar en materia, el primer ministro recurrió durante varios minutos a un lenguaje catastrófico, describiendo la gravedad de la situación.
«Este es el último paso antes del abismo», «un momento crítico de nuestra historia», «cada segundo, nuestra deuda aumenta en 5.000 euros»: estas son, entre otras expresiones, el «momento de la verdad» que relató François Bayrou, mientras este eslogan aparecía escrito sobre él en mayúsculas, como para subrayar la gravedad del momento. Afortunadamente, el primer ministro parecía tener las soluciones clave para afrontar esta situación. «Es tarde, pero aún hay tiempo», dijo, antes de añadir: «Debemos actuar con rapidez y firmeza, con justicia y equidad».
Sobre todo, el gobierno "quiere cambiar las cosas", insistió François Bayrou, "sin importar el riesgo" de censura. Los debates parlamentarios del próximo otoño, y las posibles mociones de censura que los acompañen, revelarán más sobre el futuro del primer ministro y su equipo en el poder.
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Eliminación de dos días festivos: Lunes Santo y 8 de mayo
El primer ministro propuso el martes la abolición de "dos días festivos", citando como ejemplos el "Lunes de Pascua" y el "8 de mayo", aunque dijo estar "dispuesto a aceptar o examinar otros".
"El Lunes de Pascua no tiene ningún significado religioso", recordó el jefe de Gobierno, pese a que la fecha es festiva en más de cien países del mundo.
El 8 de mayo, considerado el aniversario de la victoria aliada en 1945, se convirtió en un día de conmemoración en 1946 y fue un día festivo entre 1953 y 1959. El presidente François Mitterrand lo restableció como día festivo en 1981.
François Bayrou afirmó que «mayo se ha convertido en un auténtico queso suizo, donde la gente salta de puente en viaducto durante sus vacaciones». «Estas son propuestas, y estoy dispuesto a aceptar o considerar otras», añadió.
La supresión de dos días festivos "no es en absoluto lo mismo" que "un día de solidaridad cuyo cumplimiento no se controlaría realmente y que solo se traduciría en impuestos para las empresas", insistió el jefe de Gobierno, que dijo querer "combatir" el "desencanto laboral".
"Ningún diputado del RN aceptará" esta propuesta, anunció el líder del partido de extrema derecha, Jordan Bardella, en X. Mientras el primer ministro aún hablaba, la criticó como una "provocación" y "un ataque directo a nuestra historia, a nuestras raíces y a la Francia del trabajo".
El gasto estatal congelado y un "año en blanco"
Desde hace meses, François Bayrou –que ha hecho de la lucha contra el déficit y la deuda su ADN político– publica una serie de imágenes que pintan un panorama sombrío de las finanzas públicas para, dice, alertar a los franceses.
El sobreendeudamiento, que obliga al país a endeudarse mensualmente para pagar las pensiones o los salarios de los funcionarios, es una maldición sin salida, insistió el martes. En este contexto, y a pesar de un panorama político fragmentado que presagia una misión casi imposible para que el Parlamento apruebe los presupuestos de 2026, François Bayrou presentó un plan para acabar con la deuda y un plan para impulsar la producción.
Para los primeros, el objetivo es reducir el déficit al 4,6% del PIB el próximo año, frente al 5,8% en 2024. Todo ello en un contexto internacional volátil, entre tensiones comerciales y militares, que llevó al jefe del Estado a solicitar el domingo un esfuerzo adicional de 3.500 millones de euros en 2026 para defensa.
Resultado: el esfuerzo a realizar alcanzará los 43.800 millones de euros el próximo año en lugar de los 40 previstos inicialmente, anunció el jefe de Gobierno.
«El Estado se ha impuesto como primera norma no gastar más, con una precisión de un euro, en 2026 que en 2025, con la excepción del aumento de la deuda y el gasto adicional en el presupuesto de las Fuerzas Armadas», declaró. También estableció «la norma de no sustituir a uno de cada tres funcionarios que se jubilen (…) durante los próximos años».
De igual manera, decidió un "año blanco" para las prestaciones sociales, incluidas las pensiones de jubilación, que también se congelarán y no se ajustarán a la inflación. Los jubilados también verán eliminada su exención fiscal por gastos profesionales. La misma congelación se aplicará a las escalas del impuesto sobre la renta y a la contribución social general este año, lo que supondrá un aumento de estos impuestos.
Un "aporte solidario" para "las rentas más altas"
François Bayrou también anunció la creación de una "contribución solidaria" para los franceses más adinerados, enfatizando que "el esfuerzo nacional debe ser equitativo" para sanear las finanzas públicas. Esta contribución "debe involucrar a las rentas más altas en el esfuerzo nacional", afirmó, reiterando además su deseo de "luchar contra la optimización abusiva de los activos improductivos".
Además, el primer ministro explicó que "en otoño" se presentará un proyecto de ley "contra el fraude social y fiscal" para "detectarlo mejor, sancionarlo y recuperar el dinero perdido".
También afirmó que quería tomar medidas contra las lagunas fiscales y de seguridad social que benefician principalmente a los hogares más ricos y a las grandes empresas. Primero, afirmó que quería "eliminar las lagunas fiscales inútiles e ineficaces, empezando por aquellas que están a punto de ser eliminadas".
François Bayrou también consideró que «las prestaciones por gastos profesionales para jubilados no están del todo justificadas». «Pero no debemos afectar a las pensiones de las pequeñas y medianas empresas», afirmó.
Con AFP
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