La Liga de Socialdemócratas, uno de los últimos partidos de oposición en Hong Kong, anunció este domingo, 29 de junio, su disolución tras 19 años de actividad, alegando “enorme presión política” en medio del creciente cerco autoritario impuesto por la Ley de Seguridad Nacional.
Este domingo, 29 de junio, la Liga de Socialdemócratas, uno de los últimos partidos de oposición que quedaban en Hong Kong, oficializó su disolución debido a una “enorme presión política”, luego de 19 años de trayectoria política.
La presidenta del movimiento, Chan Po-ying, aseguró que su partido soportó “las penurias de las disputas internas y el encarcelamiento casi total” de los dirigentes del bloque, mientras que subrayó que fueron testigos de “la erosión de la sociedad civil, el desvanecimiento de las voces populares, la omnipresencia de las líneas rojas y la represión draconiana de la disidencia".
"Ahora el camino se ha estrechado demasiado. Nos vamos con el corazón encogido y con un dolor de conciencia, sabiendo que no seremos los últimos en caer", añadió Chan Po-ying.
La disolución se suma a la de decenas de partidos políticos, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil que han cesado sus actividades desde la entrada en vigor de la ley de seguridad en 2020, tras las multitudinarias protestas antigubernamentales del año anterior.
Puntualmente, es el tercer partido prodemocracia relevante que se disuelve en los últimos años, por lo que su clausura se considera como la última de un gran bloque a favor de la democracia.
En 2024 tuvo lugar la disolución del Partido Cívico, mientras que el Democrático, la mayor fuerza opositora, anunció en febrero su intención de iniciar un proceso de desintegración.
La decisión socialdemócrata de concluir sus actividades es el último síntoma del deterioro del espacio político para la oposición hongkonesa, y pone en relieve la situación de la democracia en la región.
En las próximas elecciones legislativas, que se celebrarán el 7 de diciembre, solo podrán participar candidatos considerados “patriotas”.
Hace cuatro años Beijing aprobó una ley para garantizar que los oficialistas gobiernen la ciudad, lo que redujo la representación democrática a la asamblea legislativa e introdujo un grupo de investigación favorable a China para seleccionar a los candidatos que participan en los comicios.
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Del enfrentamiento a la clausura
La formación fue fundada en 2006, desde su nacimiento se consolidó como un partido político de izquierda que se opuso a lo que llamó colusión entre el Gobierno y las empresas. Defendía el principio de que la gente que tiene voz y estaba firmemente comprometida con los intereses de los residentes desfavorecidos. Todos esos ideales los materializó a través de tácticas que subieron el tono del debate político en la lucha por el cambio. Los militantes socialdemócratas eran conocidos por lanzar plátanos, huevos y fiambres a funcionarios o legisladores a favor de Beijing.
La plataforma abogaba por la resistencia no violenta, pero no evitaba tampoco las confrontaciones físicas; una postura que lo diferenciaba de los grupos prodemocracia tradicionales más antiguos.
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Activistas encarcelados
El activismo del grupo condujo en repetidas ocasiones al arresto y el encarcelamiento de parte de sus miembros.
El año pasado, por ejemplo, Leung Kwok-hung –el legislador más longevo de la formación–, junto con el destacado activista LGBTQ+ Jimmy Sham, exlíder del partido, fueron condenados a casi siete años de prisión por su participación en unas elecciones primarias no oficiales, en virtud de la amplia ley de seguridad.
Sham fue liberado de prisión el mes pasado.
Con todo y eso, pese a la represión, el partido continuó organizando pequeñas protestas de vez en cuando, conscientes de que podrían terminar en arrestos.
El 12 de junio, la presidenta del bloque y otros miembros fueron multados tras ser declarados culpables por sus actividades en puestos callejeros.
Con Reuters, AP y EFE
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