Estados Unidos, Canadá y ahora México —donde se han registrado al menos nueve muertes— reportan brotes activos de sarampión, varios vinculados con contagios entre quienes rechazan la vacunación. Ahora, Honduras se ha declarado en alerta ante la amenaza de propagación. Mientras al sur, en Bolivia, el Gobierno también decretó alerta nacional y confirmó 74 casos y más de 600 sospechosos.

El sarampión ha vuelto y lo ha hecho con mayor fuerza. La propagación de la enfermedad en varios países del continente, desde el norte al sur, mantiene en alerta a las autoridades sanitarias nacionales en Canadá, Estados Unidos y México, países con brotes activos y donde el resurgimiento de la enfermedad ya causa alarma y el reforzamiento de los mecanismos de prevención y vacunación masiva de la población. 

En Canadá, las autoridades sanitarias han documentado, hasta el 14 de junio de 2025, un total de 3.381 casos de sarampión (3.081 confirmados y 300 casos probables o sospechosos) repartidos en 9 jurisdicciones: Alberta, Columbia Británica, Manitoba, Territorios del Noroeste, Nueva Escocia, Ontario, Isla del Príncipe Eduardo, Quebec y Saskatchewan.

Este año, Estados Unidos registró el segundo número más alto de casos de sarampión desde que declaró la eliminación de la enfermedad en el 2000. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportaron 1.227 casos de sarampión hasta el martes 24 de junio —con brotes activos en 15 estados— de los cuales 1.088 contagios están vinculados con estos brotes y 139 casos aislados en casi todo el territorio relacionados con viajes internacionales.

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Este año también se han reportado casos de sarampión en Alaska, Arkansas, California, Distrito de Columbia, Florida, Hawái, Indiana, Kentucky, Luisiana, Maryland, Michigan, Minnesota, Misuri, Nebraska, Nueva Jersey, Nueva York, Carolina del Norte, Oregón, Rhode Island, Dakota del Sur, Vermont, Virginia y Washington.

El brote actual en esas zonas, considerado el mayor en lo que va de siglo, se cree que se originó en la frontera entre México y Estados Unidos, en una comunidad menonita que rechaza la vacunación y que se desplaza entre ambos lados de la frontera. El brote se intensificó rápidamente, propagándose a a Nuevo México, Oklahoma y Kansas.

En México, el brote de sarampión que en principio afectó a estados del norte, ya se ha propagado hacia el sur, convirtiéndose en un tema nacional: hay más de 2.500 casos confirmados, la enfermedad se ha extendido hacia la mitad del país —con contagios en 18 de los 32 estados— y los expertos hablan de “emergencia”. En el estado fronterizo de Chihuahua se concentra la mayoría de los casos confirmados; pero los contagios también crecen progresivamente en Sonora, Guanajuato, Zacatecas, Coahuila, Durango y Michoacán.

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Peor aún, en México hay un total de 5.410 casos probables o sospechosos en todo el país y la enfermedad ha provocado al menos nueve muertes, a diferencia de Estados Unidos, donde han muerto tres personas: dos niños en Texas y un adulto en Nuevo México, todos ellos sin vacunar. Mientras que en Canadá, un bebé nacido prematuramente murió a principios de mes en la provincia de Ontario por contagio a través de su madre no vacunada. 

Alarma en el continente

La Organización Mundial de la Salud ha advertido de que “el riesgo general de sarampión en la región de las Américas se considera elevado”. Según el organismo, las bajas tasas de vacunación son un factor clave en esta evaluación de riesgo elevado.

“Hay un número cada vez mayor de personas susceptibles debido a la baja cobertura continua, impulsada por factores como la pandemia de Covid-19, la reticencia a las vacunas y el acceso limitado a la atención médica, especialmente entre grupos vulnerables como migrantes, personas desplazadas y poblaciones indígenas”, indicó la OMS.

En Honduras, la Secretaría de Salud declaró la alerta nacional por amenaza de sarampión, ante el incremento de casos en países vecinos como Belice y Costa Rica.

“Estamos en alerta máxima por sarampión. Belice ya lo tiene y cruzar por Puerto Barrios e ingresar por Cedeño es la cosa más fácil del mundo para un virus así de contagioso”, advirtió recientemente la ministra hondureña de Salud, Carla Paredes.

Más al sur, en Bolivia, el Gobierno declaró el 24 de junio la emergencia sanitaria nacional por los casos de sarampión, que suman a la fecha 74, tras una reunión de urgencia del Consejo Nacional Estratégico para Emergencias Sanitarias. El país tiene en vigilancia, además, "más de 600 casos sospechosos", según las autoridades.

"Ante la epidemia de sarampión que atraviesa el país y el alto riesgo de propagación de esta enfermedad, hemos decidido declarar emergencia sanitaria a nivel nacional con el firme propósito de proteger la salud y la vida del pueblo boliviano", publicó el presidente Luis Arce en su cuenta de Facebook. El Gobierno recibió 100.000 vacunas donadas por Venezuela que se aplicarán en la región de Santa Cruz y adelanta gestiones para conseguir más.

Las claves: discurso antivacunas, altas tasas de contagio y retiro del financiamiento

En 2024, el continente fue declarado como libre de sarampión por la Organización Panamericana de la Salud, pero los últimos brotes este año han venido a poner en riesgo este importante logro. Jarbas Barbosa, director del organismo desde febrero de 2023, dijo al diario español 'El País', que la región de las Américas es la única con esta distinción. “Todas las demás tienen mucha transmisión de sarampión”, afirmó.

El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas del mundo y se propaga por contacto con secreciones nasales o faríngeas infectadas (al toser o estornudar) o al respirar el aire que respiró una persona con sarampión. El virus permanece activo y contagioso en el aire o en superficies hasta dos horas. Por ello, es muy contagioso, y una persona infectada con sarampión puede infectar a nueve de cada diez de sus contactos cercanos no vacunados, según la OMS.

“Lo primero es tener una vacunación del 95% con las dos dosis de la vacuna de manera homogénea. Muchas veces la cobertura general es buena, pero hay una comunidad que por alguna razón cultural, religiosa u otras no tiene una buena aceptación de la vacuna”, explica Barbosa.

Una parte importante de los brotes de sarampión en Estados Unidos, Canadá y México se originó en comunidades menonitas estrechamente vinculadas entre sí, y que históricamente han tenido bajas tasas de vacunación debido en gran parte a las mínimas interacciones con los sistemas formales de atención sanitaria.

A esto se suma que la protección contra el sarampión en particular cayó en 100 países entre 2010 y 2019, desmantelando décadas de progreso, incluso en países ricos que previamente habían eliminado la enfermedad altamente infecciosa, según un análisis de las tendencias mundiales de vacunación publicado en la revista científica 'The Lancet'.

Pero tras la pandemia de COVID-19, los índices de cobertura descendieron, y se calcula que 15,6 millones de niños no recibieron la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, ni la vacuna contra el sarampión. Según la OMS, el sarampión se ha multiplicado por 11 en las Américas este año en comparación con 2024. Mientras que las infecciones por sarampión se duplicaron en Europa en 2024 con respecto al año anterior y la enfermedad sigue siendo frecuente en África y el sudeste asiático.

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El discurso antivacunas y el retiro de financiamiento a las campañas internacionales también entran en la ecuación. El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., afirma que el país retirará su apoyo a la alianza de vacunas Gavi, diciendo que la organización ha “ignorado la ciencia” y “perdido la confianza del público”.

Gavi es una asociación público-privada que incluye a la OMS, Unicef, la Fundación Gates y el Banco Mundial. Ha financiado la vacunación de más de 1.000 millones de niños a través de programas de inmunización sistemática, salvando unos 18 millones de vidas. Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo uno de sus mayores partidarios.

Kennedy ha estado cambiando la política nacional de vacunas de EE. UU. desde su nombramiento a principios de este año. Recientemente, despidió a todos los miembros de un grupo asesor sobre vacunas y los sustituyó por miembros de su propia elección, entre los que se encuentran varios que comparten sentimientos antivacunas.

En mayo, Kennedy apareció en una reunión de la Organización Mundial de la Salud, donde calificó a ese organismo de “moribundo” e instó a otros países a seguir el ejemplo de Estados Unidos y abandonarla, tal como anunció Donald Trump el primer día de su presidencia. Estados Unidos es el mayor aportante de la OMS.

Con Reuters, AP, AFP, EFE y medios locales.

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