Estados Unidos tiene previsto expulsar a unos 400 iraníes que ingresaron ilegalmente en el país, anunció un alto cargo de Exteriores en Teherán. Según fuentes citadas por el New York Times, un primer grupo de al menos 100 personas ya habría sido trasladado en un vuelo fletado tras meses de conversaciones bilaterales, aunque las autoridades iraníes no precisaron una fecha exacta y Washington ha guardado silencio.
Como parte de la ofensiva más amplia del presidente Donald Trump contra la inmigración, Estados Unidos planea deportar a unos 400 iraníes.
Hossein Noushabadi, director general de Asuntos Parlamentarios del ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, señaló que EE. UU. “planea deportar a unos 400 iraníes, la mayoría de los cuales ingresaron al país de forma ilegal, en línea con el nuevo enfoque antiinmigrante del gobierno estadounidense”.
“En el primer paso, decidieron deportar a 120 iraníes que ingresaron ilegalmente a EE. UU., la mayoría de ellos a través de México”, declaró a la agencia semioficial Tasnim.
El periódico New York Times informó el martes temprano que Estados Unidos deportó, ese mismo día, unos 100 iraníes a Irán, citando a dos altos funcionarios iraníes involucrados en las negociaciones y a un funcionario estadounidense con conocimiento de los planes.
Todos hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a dar detalles públicamente.
Este traslado forzoso a Irán forma parte de las medidas impulsadas por la administración Trump para deportar migrantes, aun cuando los destinos presenten graves violaciones de derechos humanos.
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Los funcionarios iraníes indicaron —según el informe— que un vuelo chárter estadounidense despegó de Luisiana el lunes por la noche y está previsto que llegue a Irán a través de Qatar el martes.
El periódico señaló que aún no se conocían las identidades de los iraníes ni las razones por las que intentaron emigrar a EE. UU.; sin embargo, según las fuentes iraníes, los deportados incluían hombres y mujeres, algunos de ellos parejas.
Los funcionarios señalaron que, en la mayor parte de los casos, las peticiones de asilo habían sido denegadas, los afectados no habían podido presentarse todavía ante un juez o llevaban largos periodos retenidos en centros de detención.
Noushabadi pidió a Washington que respete los derechos de los migrantes iraníes en Estados Unidos: “Algunos (repatriados) tenían permisos de residencia, pero debido a las razones señaladas por la oficina de inmigración de EE. UU. fueron incluidos en la lista. Por supuesto, se obtuvo su propio consentimiento para el retorno”, afirmó.
Esta deportación fue la culminación de meses de conversaciones entre ambos países, según los funcionarios iraníes. De hecho, uno de ellos precisó que el ministerio de Relaciones Exteriores asumió la coordinación del regreso y ofreció garantías de seguridad a los repatriados.
La solicitud de comentarios, de agencias como Reuters, no fue respondida ni por La Casa Blanca ni por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
No es la primera vez
En cuanto a los antecedentes de este tipo de deportaciones —que han generado demandas por parte de defensores de inmigrantes—, a inicios de 2025, en el marco de un acuerdo entre ambos países, Estados Unidos trasladó a un grupo de iraníes a Panamá, muchos de ellos conversos al cristianismo que enfrentaban riesgo de persecución en su país de origen.
Un año antes, Estados Unidos deportó en varios vuelos comerciales aproximadamente 25 iraníes de regreso a si nación, el total más alto hasta ese momento.
El cambio en la política de Estados Unidos es reciente.
Por años el país de Norteamérica refugió a iraníes que habían huido de su país como activistas de los derechos de las mujeres, disidentes políticos, periodistas y abogados, miembros de minorías religiosas perseguidas o de comunidades LGBTIQ.
El número de migrantes iraníes que llegaban a la frontera sur de EE. UU. y cruzaban ilegalmente aumentó durante el mandato de su predecesor demócrata, Joe Biden, por lo que Trump planea deportar a un número récord de personas que residen en Estados Unidos sin estatus legal.
Este tipo de deportaciones ha representado inconvenientes técnicos y logísticos para el gobierno estadounidense debido a la falta de relaciones diplomáticas regularizadas y la imposibilidad de obtener documentos de viaje con rapidez.
La solución había sido mantener a los migrantes detenidos durante largos periodos o liberarlos dentro del país.
Con Reuters y medios locales
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