El ministro de Defensa de Ecuador, Gian Carlo Loffredo, asistió al velorio y rindió honores militares en Quito por los 11 militares muertos, según el Ejército, por miembros de las disidencias de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una emboscada cerca de la frontera colombo ecuatoriana. El presidente Daniel Noboa declaró tres días de duelo nacional.
“Un ataque contra 18 millones de ecuatorianos”, así describió el ministro de Defensa de Ecuador, Gian Carlo Loffredo, el asesinato de 11 soldados en la región amazónica el pasado viernes 9 de mayo.
“Este hecho es sin duda un recordatorio para todos nosotros de que estamos en guerra”, dijo Loffredo citado por el Ministerio de Defensa en la red social X.
Los ataúdes de los soldados, envueltos en banderas ecuatorianas, fueron dispuestos para una misa en Quito, mientras familiares y soldados se abrazaron visiblemente afligidos.
Los soldados murieron durante un enfrentamiento armado con el grupo criminal colombiano autodenominado “Comandos de la frontera”. Un total de 80 militares realizaban operaciones en varios puntos contra la minería ilegal en el sector de Alto Punino, en el noreste ecuatoriano, cuando fueron emboscados por hombres equipados con explosivos, granadas y fusiles.
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El Gobierno colombiano confirmó la participación de esta organización en el asesinato de los miembros del Ejército ecuatoriano.
“Rechazo el brutal ataque perpetrado por las disidencias de las FARC, cartel narcotraficante estructura: Comandos de la Frontera, que cobró la vida de 11 valientes militares ecuatorianos”, publicó en su cuenta de X el ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez.
El ministro colombiano destacó su “compromiso con el trabajo articulado y sostenido con Ecuador para garantizar la seguridad en la frontera común” y el combate del crimen organizado transnacional.
Frontera colombo-ecuatoriana: conflicto transnacional
Algunos sectores de la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) rechazan el acuerdo de paz firmado con el Gobierno colombiano en 2016 y no han depuesto las armas, continuando con sus actividades delictivas, incluido el narcotráfico, en la región fronteriza con Ecuador y Colombia.
Estos grupos, conformados por disidentes de grupos paramilitares colombianos también, se dedican al narcotráfico y a la minería ilegal.
Ecuador, considerado en su día un remanso de paz en una región conflictiva, ha visto la delincuencia dispararse en los años posteriores a la firma de la paz en Colombia. En 2025, Ecuador registró un asesinato por hora, la cifra más alta de América Latina.
Analistas argumentan que los grupos criminales colombianos que no se desmovilizaron trasladaron algunas de sus plazas de narcotráfico y delincuencia a Ecuador, punto geográfico estratégico para el comercio ilícito.
En la región amazónica ecuatoriana, fronteriza con Colombia, operan diversas organizaciones criminales vinculadas a cárteles colombianos y mexicanos.
"Comandos de Frontera", grupo que asesinó a los 11 soldados ecuatorianos el pasado viernes 9 de mayo, mantiene conversaciones de paz con el presidente colombiano Gustavo Petro, quien ha hecho de la solución del conflicto de más de cincuenta años con la guerrilla uno de los principales objetivos de su mandato aunque todavía sin logros sustanciales en cifras de violencia.
El comandante de la disidencia "Comandos de Frontera", Andrés Rojas, conocido como "Araña", fue capturado en febrero, al margen de las conversaciones. Un tribunal estadounidense solicita su extradición para enfrentar cargos de narcotráfico, según fiscales colombianos.
Con Reuters, AFP, y medios locales
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