Este sábado 22 de marzo, decenas de miles de manifestantes protestaron en ciudades de toda Francia contra el racismo y el auge de la extrema derecha, en un momento en el que la política francesa y estadounidense giran hacia esta parte del espectro.
Decenas de miles de personas se manifestaron este 22 de marzo en París y otras ciudades francesas contra el racismo y el auge de la extrema derecha, con algunos apuntando a la Administración de Donald Trump en Estados Unidos y otros portando banderas palestinas.
En la capital francesa se produjeron varios enfrentamientos entre policías y manifestantes.
Las concentraciones tuvieron lugar en medio del giro a la derecha de la política francesa, con el Gobierno prometiendo endurecer las políticas de migración y los controles fronterizos. Alrededor de 62.000 personas protestaron en toda Francia, según la Policía.
Muchos señalaron la creciente fuerza de las fuerzas políticas reaccionarias en Francia pero también en Estados Unidos.
Con pancartas, las personas manifestaron su descontento con mensajes como “el fascismo se está gangrenando de Washington a París”.
“La extrema derecha está en auge en toda Europa, da miedo porque en Francia vemos que las ideas de extrema derecha son cada vez más comunes, incluso entre los ministros de este Gobierno”, aseguró Evelyne Dourille, una jubilada de 74 años.
Mientras, una manifestante estadounidense afirmo que en EE. UU. deberían celebrarse manifestaciones similares: “Estados Unidos se desliza hacia el fascismo”, afirmó la mujer de 55 años.
Aurelie Trouve, diputada del partido de extrema izquierda Francia Insumisa (LFI), señaló la creciente popularidad del partido de extrema derecha de Marine Le Pen en el país. “Las ideas de extrema derecha están contaminando incluso al Gobierno”, afirmó Trouve.
En la ciudad portuaria de Marsella (sur), unas 3.300 personas salieron a la calle, mientras que 2.600 protestaron en Lille (norte), según recuentos policiales.
“Contra la islamofobia del Estado» y “Tesla es la nueva esvástica”, se leía en pancartas en esas ciudades.
Ines Frehaut, una estudiante que participó en su primera manifestación, sostuvo que algunas de las declaraciones del ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, de línea dura, le preocupaban. “Cuando ves lo que ha dicho sobre el Islam, Argelia y el uso del velo, ¡es grave!”, afirmó.
Las protestas tuvieron lugar un día después del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.
“La situación es grave”
“La situación es grave”, declaró la Liga de Derechos Humanos, señalando un “alarmante aumento” de los actos racistas.
“Hay una ofensiva reaccionaria global contra los extranjeros y sus hijos, contra los musulmanes”, añadió Dominique Sopo, responsable de SOS Racisme, señalando también el aumento de actos racistas y antisemitas.
En vísperas de las manifestaciones, la Francia Insumisa causó un gran revuelo en Francia al publicar la imagen de Cyril Hanouna, una de las estrellas más influyentes de los medios de comunicación de derechas del país, como parte de una campaña que llamaba a la gente a acudir a las protestas contra el racismo.
En la imagen aparecía Hanouna, nacido en el seno de una familia judía que emigró a Francia desde Túnez. Los críticos acusaron a la LFI de imitar los tropos antisemitas del Tercer Reich. Figuras clave de este movimiento político de izquierda admitieron que publicar la imagen había sido un “error” y la retiraron.
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