Hace tres meses, el Botafogo era el club del momento. Había consagrado a figuras como Luiz Henrique e Igor Jesus en la selección nacional, consiguió su primera Copa Libertadores y se coronó campeón del Brasileirao, como se conoce a la liga de fútbol brasileña. Hoy no queda nada de la gloria de hace unas pocas semanas. Esta es la historia del descenso a los infiernos del “Fogão”.
La debacle de Botafogo terminó de sellarse el 27 de febrero, con la derrota 2-0 en el partido de vuelta de la Recopa Sudamericana ante Racing en su estadio, el Nilton Santos, para completar un agregado de 4-0.
Era la primera vez en 10 años que un campeón de la Copa Sudamericana superaba al de la Libertadores en ambos partidos en tiempo regular, sin recurrir a los penales, como lo hicieron Defensa y Justicia en 2021 e Independiente del Valle en 2023, luego de voltear los resultados de la ida.
Ya antes el cuadro blanquinegro había quedado eliminado también en cuartos de final del Campeonato Carioca, que enfrenta a los clubes del estado de Río de Janeiro, al caer ante Vasco Da Gama.
¿Qué pasó en esos 90 días desde la final de máximo trofeo de la Conmebol en el Monumental de Buenos Aires, en la que Botafogo superó 3-1 a Atlético Mineiro?
Caída libre en el mejor momento
Botafogo no perdía desde el 11 de agosto de 2024, cuando Juventude lo sorprendió 3-2. En el Brasileirão acumuló 16 jornadas consecutivas sumando con 10 victorias y seis empates. Así selló el tercer título de su historia en la liga doméstica y el primero desde 1995.
Después de eso, comenzó a desmoronarse. A principios de febrero cayó ante Flamengo en la Supercopa, que enfrenta al campeón de liga con el de copa en Brasil. Dos semanas después quedó eliminado en el Campeonato Carioca, luego de un torneo en el que no pudo superar a rivales chicos que ni siquiera juegan en primera división, como Maricá o Madureira.
El golpe de gracia llegó a finales de mes, cuando fue incapaz de reaccionar en casa para recuperarse del 2-0 en la ida ante Racing, y rescatar el último objetivo que le quedaba: la Recopa.
El año dorado del Botafogo se dio después de que el club se convirtiera en el segundo que más dinero gastó en contrataciones en 2023, solo superado por Flamengo.
Fueron casi 69 millones de dólares para apuntalar el equipo, que derivaron en movimientos como la llegada de Thiago Almada, que venía de ser campeón mundial con Argentina en Qatar 2022, o de Luiz Henrique, el fichaje más caro en la historia del fútbol brasileño para el momento: 20 millones de dólares pagados al Betis español.
La billetera era la de John Textor, empresario estadounidense, propietario de la plataforma de streaming FuboTV, y también del Olympique Lyon de la Ligue 1 francesa.
Y precisamente con la debacle del Lyon comenzó también la del Botafogo, porque para dar oxígeno al cuadro galo se terminó desbaratando al “Fogão”.
El Lyon está al borde de la quiebra, con pérdidas acumuladas de más de 225 millones de euros en cinco años, amenazado por la desaparición o el descenso administrativo, en parte a consecuencia de la situación general de la Ligue 1, que no logra concretar un acuerdo lucrativo de derechos de transmisión, pero también en gran medida por las decisiones administrativas propias y los consecuentes fracasos deportivos.
El Lyon, que en femenino es una potencia histórica, no ha logrado el objetivo de clasificarse a la Champions masculina, y acumula deudas por más de 500 millones de euros.
La Dirección de Control de Gestión de la liga francesa (DNGC) no aprobó la masa salarial del Lyon, y por lo tanto no le permitió participar en el mercado de fichajes de invierno. Así pues, la forma de apuntalar al Lyon fue traer desde Botafogo a Thiago Almada y al central Adryelson, que terminó cedido a préstamo al Anderlecht belga.
Luiz Henrique fue vendido por 33 millones de dólares al Zenit ruso, y en total 14 jugadores salieron para dar respiración asistida al Lyon. La mayoría fueron sustituidos por jugadores juveniles, salvo por el uruguayo Santiago Rodríguez, que llegó procedente del New York City FC de la MLS, y los brasileños Artur y Rwan Cruz, traídos de las ligas de Rusia y Bulgaria, respectivamente.
El técnico campeón de la Libertadores, Artur Jorge, también se marchó, para ir a dirigir en la liga de Qatar, y su reemplazo, Carlos Leiria, fue despedido luego de sumar seis derrotas en 11 partidos. La Recopa Sudamericana se afrontó con un entrenador interino, Claudio Cacapa, y después de la derrota ante Racing fue presentando Renato Paiva, un portugués que fue campeón de Ecuador con Independiente del Valle.
Conflictos dentro y fuera de los camerinos
No solamente la pérdida de talentos ha afectado a Botafogo, que tendrá poco tiempo para recuperarse de cara al Mundial de Clubes, al que está clasificado como campeón vigente de la Libertadores.
Luego de la victoria en ese torneo, los jugadores amenazaron con irse a una huelga por el impago de los premios derivados de esa conquista, según versiones de medios brasileños como O Globo o el portal UOL.
Finalmente, recibieron los premios, pero Textor siguió siendo noticia por su manejo tanto del Botafogo como del Lyon.
En Brasil, se vio obligado a acordar el pago una multa de 170.000 dólares, impuesta por el Tribunal Superior de Justicia Deportiva (STJD), la mayor jamás dictada por esta entidad, para evitar un costoso juicio.
Textor afirmó en 2024 tener evidencia de un presunto amaño de partidos que perjudicó a Botafogo, en el que habrían participado Palmeiras y São Paulo, pero no aportó las pruebas suficientes para sustentar su acusación, de acuerdo con el STJD.
Entonces, los clubes paulistas amenazaron con recurrir a los artículos del Código Brasileño de Justicia Deportiva relacionados con las ofensas a la honorabilidad, que contemplan sanciones de hasta 24 meses de suspensión para los infractores. Ante esto, Textor no tuvo más opción que llegar a un acuerdo para evitar una sanción que habría puesto en peligro su participación en el fútbol brasileño.
En Francia, el empresario estadounidense está enfrascado en una disputa similar, nada menos que con el dueño del PSG, Nasser Al-Khelaifi.
Textor acusó al cuadro de la capital de alineación indebida de su reciente adquisición, el delantero georgiano Kvicha Kvaratskhelia, el tercer fichaje más costoso del mercado invernal (73 millones de euros), en el partido que el Lyon perdió 3-2 en casa ante el París Saint Germain el 23 de febrero.
Según Textor, Kvaratskhelia no fue debidamente inscrito, pues su contrato no puede ser homologado, ya que a su juicio el financiamiento del PSG viola las leyes de la Unión Europea. En consecuencia, reclama que se aplique el reglamento de la liga en tales casos y se declare ganador al Lyon. El cuadro parisino, a su vez, ha respondido protestando la incorporación de Thiago Almada.
En ese partido, Textor apareció agitando de forma provocadora un sombrero de vaquero, en respuesta a un video filtrado de Al-Khelaifi en una reunión de propietarios, en el que se refería a él como un “cowboy”. Con sombrero o sin él, lo cierto es que el látigo de Textor no parece estar llevando a sus rebaños a buen destino.
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